Cuando hablamos de sexualidad en nuestro país, seguimos observando rostros sonrojados, incomodidad, censura; definitivamente sigue siendo un tema tabú en la sociedad Venezolana, pese al reconocimiento legal del tema como un derecho humano, tal como lo establece la Constitución de la República y hasta la Ley Orgánica de Protección de Niños/as y Adolescentes.
Aun trato de entender por qué, puesto que al hablar de los derechos sexuales nos referimos simplemente a tener control respecto de la sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva y a decidir libre y responsablemente sin verse sometido a coerción, discriminación o violencia.
Supone unas relaciones sexuales igualitarias para todos y todas, que garanticen el pleno respeto a la integridad de la persona y el consentimiento mutuo, asumiendo de forma compartida las responsabilidades y consecuencias de su comportamiento sexual.
Sin embargo, pese a la sencillez del asunto, siguen teniendo mayor peso varios elementos que han intervenido en la vulneración de los derechos sexuales:
Tradiciones culturales, escuelas, iglesias, familia, falta de compromiso político, entre otros que en conjunto o por separado contribuyen a la invisibilización del tema en la agenda pública, a mantenerlo en el ámbito privado o íntimo y a su reconocimiento como un derecho humano tan importante como la vivienda, la salud, la educación y la libertad, por mencionar algunos.
Pero, si el derecho a la sexualidad es la libertad de escoger libremente ¿por qué no todos podemos hacerlo en igualdad de condiciones y oportunidades?
Tenemos por ejemplo el caso de las personas que tienen una orientación sexual o identidad de género “diferente” a la culturalmente establecida como “normal” y aceptada por la “mayoría”; como es la realidad de las personas Gay, Lesbianas, Bisexuales, Transgénero, Transexuales o Intersexuales (GLBTI) o sexo diversas, quienes no pueden expresar libremente su sexualidad sin ser objeto de miradas, burlas o cualquier tipo de señalamiento.
Frente a esta situación, se han realizado múltiples intentos y algunos han sido los avances que ha alcanzado el movimiento que agrupa a diferentes activistas por los derechos de los grupos GLBTI:
Recurso de interpretación del Tribunal Supremo de Justicia del artículo 21 de la Constitución Nacional, consolidación de la marcha del orgullo Gay, concentraciones por la reivindicación y marchas, incorporación del tema en la agenda de las ONG de derechos humanos tradicionales y de los medios de comunicación, conformación de la defensoría especial en materia de diversidad sexual y finalmente el acercamiento y presión a la Asamblea Nacional para que legisle sobre la materia.
Pero queda mucho camino por recorrer.
Este trabajo fue publicado en la edición 25 de AxV MAGAZINE de la fundación Artistas por la Vida.
Articulo:
http://www.stopvih.org/eCarteleras/2012/feb/la-sexualidad-tambien-es-un-derecho.php
Website:
http://www.stopvih.org/
Aun trato de entender por qué, puesto que al hablar de los derechos sexuales nos referimos simplemente a tener control respecto de la sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva y a decidir libre y responsablemente sin verse sometido a coerción, discriminación o violencia.
Supone unas relaciones sexuales igualitarias para todos y todas, que garanticen el pleno respeto a la integridad de la persona y el consentimiento mutuo, asumiendo de forma compartida las responsabilidades y consecuencias de su comportamiento sexual.
Sin embargo, pese a la sencillez del asunto, siguen teniendo mayor peso varios elementos que han intervenido en la vulneración de los derechos sexuales:
Tradiciones culturales, escuelas, iglesias, familia, falta de compromiso político, entre otros que en conjunto o por separado contribuyen a la invisibilización del tema en la agenda pública, a mantenerlo en el ámbito privado o íntimo y a su reconocimiento como un derecho humano tan importante como la vivienda, la salud, la educación y la libertad, por mencionar algunos.
Pero, si el derecho a la sexualidad es la libertad de escoger libremente ¿por qué no todos podemos hacerlo en igualdad de condiciones y oportunidades?
Tenemos por ejemplo el caso de las personas que tienen una orientación sexual o identidad de género “diferente” a la culturalmente establecida como “normal” y aceptada por la “mayoría”; como es la realidad de las personas Gay, Lesbianas, Bisexuales, Transgénero, Transexuales o Intersexuales (GLBTI) o sexo diversas, quienes no pueden expresar libremente su sexualidad sin ser objeto de miradas, burlas o cualquier tipo de señalamiento.
Frente a esta situación, se han realizado múltiples intentos y algunos han sido los avances que ha alcanzado el movimiento que agrupa a diferentes activistas por los derechos de los grupos GLBTI:
Recurso de interpretación del Tribunal Supremo de Justicia del artículo 21 de la Constitución Nacional, consolidación de la marcha del orgullo Gay, concentraciones por la reivindicación y marchas, incorporación del tema en la agenda de las ONG de derechos humanos tradicionales y de los medios de comunicación, conformación de la defensoría especial en materia de diversidad sexual y finalmente el acercamiento y presión a la Asamblea Nacional para que legisle sobre la materia.
Pero queda mucho camino por recorrer.
Este trabajo fue publicado en la edición 25 de AxV MAGAZINE de la fundación Artistas por la Vida.
Articulo:
http://www.stopvih.org/eCarteleras/2012/feb/la-sexualidad-tambien-es-un-derecho.php
Website:
http://www.stopvih.org/