A nivel mundial la infección por VIH ha alcanzado proporciones alarmantes y sigue en aumento. Aproximadamente cuarenta millones de mujeres, hombres y niños han adquirido el VIH o tienen SIDA.En Paraguay la epidemia está afectando cada vez más a niñas, adolescentes y mujeres. Es urgente que se implementen políticas públicas que garanticen una educación sexual integral.
A nivel mundial la infección por VIH ha alcanzado proporciones alarmantes y sigue en aumento. Aproximadamente cuarenta millones de mujeres, hombres y niños han adquirido el VIH o tienen SIDA.
Según el informe de UNGASS 2011, el análisis de las tendencias de transmisión y las estadísticas de prevalencia revela que se está reduciendo la diferencia entre el número de mujeres y de hombres que adquirieron el VIH o que tienen SIDA.
En Paraguay hay 9573 personas que viven con VIH y la epidemia está afectando cada vez más a niñas, adolescentes y mujeres: la tasa de incidencia de VIH en la población femenina es de 14; 1 por cada 100.000 habitantes, y la razón hombre/mujer de la infección por el VIH en el año 2011 es de 1,79/1.
Esta situación puede deberse al aumento en el acceso a la realización de la prueba en mujeres embarazadas desde finales del año 2005, a través de la implementación del Programa para la Prevención de la Transmisión Materno Infantil (PTMI) y del proyecto financiado por el Fondo Mundial a partir del año 2007, con la habilitación de centros de testeo voluntario (CTV) y servicios de atención integral (SAI) en otras regiones sanitarias del país.
De todos los casos registrados de VIH desde el año 1985 al 2009, el 71,7% pertenece al sexo masculino y el 26,8 % al sexo femenino (fuente: informe epidemiológico PRONASIDA-2011).
Tomando en cuenta los indicadores mencionados -que no son más que el reflejo de las inequidades socioeconómicas y de género que persisten- las niñas, adolescentes y mujeres deben recibir una educación de la sexualidad como parte de su educación integral, que les facilite incrementar sus capacidades para afrontar los desafíos de las nuevas tecnologías, cuidar su salud y vivir su sexualidad de manera plena, responsable y sin violencia.
Sin embargo, pese a esta situación, en nuestro país no se puede abordar la educación de la sexualidad integral en niñas, adolescentes y mujeres por la presión de grupos conservadores y fundamentalistas religiosos.
La falta de implementación de políticas públicas en la materia condena a las jóvenes a embarazos precoces, muertes por abortos clandestinos, infecciones de transmisión sexual y la adquisión del VIH.
No soy partidaria de hablar de “feminización de la epidemia” pues pareciera que otra vez son las mujeres las responsables de la transmisión del virus.
Sin embargo, sí creo urgente buscar estrategias de prevención para disminuir el riesgo de infección por VIH en niñas, adolescentes y mujeres desde un abordaje cultural, de género y derechos humanos. Solo así podremos decir que estamos dando respuesta a la problemática del VIH/SIDA en Paraguay.
Es fundamental además que el Estado reconozca que es un Estado laico, que no debe responder a presiones políticas y/o religiosas.
Articulo:
http://www.corresponsalesclave.org/2012/03/vih-sida-rostro-de-mujer-paraguay.html
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