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miércoles, 16 de mayo de 2012

Detección Precoz y Abordaje de la Depresión Durante el Tratamiento contra la Hepatitis C

El manejo adecuado de los síntomas depresivos asociados a interferón pegilado puede mejorar los resultados clínicos

Según los resultados de un estudio publicado en la edición de marzo de 2012 del International Journal of Interferon, Cytokine and Mediator Reserch, los pacientes con hepatitis C deberían ser cuidadosamente evaluados de síntomas de depresión antes y durante el tratamiento basado en interferón pegilado.

Los resultados también sugieren que los antidepresivos de la clase de los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) son una terapia eficaz y segura para los trastornos depresivos asociados al interferón.

Sin embargo, los autores comentan que la efectividad del uso profiláctico de los antidepresivos todavía no se ha establecido.

A pesar de los recientes avances en el tratamiento de la hepatitis C, con la aprobación el año pasado de los dos primeros antivirales de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés) telaprevir (Incivo®) y boceprevir (Victrelis®) y con los diversos regímenes de antivirales sin interferón que se encuentran en fase de investigación (véase La Noticia del Día 27/04/2012):
http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/27-04-12 es probable que el interferón pegilado continúe siendo uno de los pilares de la terapia en los próximos años.

Este fármaco puede causar efectos secundarios significativos, incluyendo alteraciones del estado de ánimo y depresión, lo que no sólo tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente, sino que también lleva a algunas personas a suspender el tratamiento.

La depresión es una complicación común y potencialmente grave de la terapia contra la hepatitis C basada en interferón pegilado.

Los pacientes con este trastorno psicológico pueden sufrir largos períodos de incapacidad, una menor calidad de vida, tienen potencialmente más visitas a consultas externas y hospitalizaciones, así como un aumento del riesgo de suicidio.

Todo ello subraya la importancia de la detección temprana y del tratamiento de la depresión. Un equipo de investigadores de la Universidad de Miami (EE UU) ha llevado a cabo una revisión de artículos publicados para establecer una más clara comprensión de la prevalencia de depresión entre pacientes con hepatitis C tratados con interferón pegilado.

También analizaron la investigación relacionada con las estrategias de detección, la efectividad de la terapia antidepresiva para la prevención y el tratamiento de la depresión causada por interferón y la gestión de los pensamientos o intentos de suicidio.

Las estimaciones de la prevalencia de depresión halladas entre pacientes tratados con interferón pegilado varían entre el 10 y el 40% en función del método de evaluación utilizado.

Los estudios muestran que se dispone de una serie de herramientas de evaluación que pueden detectar de forma efectiva a pacientes con depresión antes del inicio de la terapia basada en interferón.

El uso de las mismas técnicas de evaluación permitió también identificar casos de depresión durante el tratamiento.

Los autores destacaron los resultados de un estudio que mostraba el valor de un enfoque multidisciplinario y comentaba que la evaluación psiquiátrica mensual de los pacientes estaba asociada con una menor incidencia de depresión, psicosis y delírium en comparación con un enfoque “según las necesidades”.

Los pacientes con hepatitis C a menudo presentan factores de riesgo múltiples de depresión, y por tanto la terapia con interferón podría ser una de las muchas causas de esta afección.

En consecuencia, es necesario realizar, en cada caso, un análisis cuidadoso de las posibles causas de depresión.

Algunas evidencias mostraban que una respuesta inmunitaria más robusta durante el tratamiento contra la hepatitis C podría estar relacionada con tasas más elevadas de depresión.

El gen IL28B -cuyo genotipo CC se ha asociado con una respuesta favorable al tratamiento- se ha relacionado también con trastornos del sueño.

Se requieren, no obstante, más estudios para dilucidar de forma más clara esta asociación. Se desconoce si la terapia con interferón pegilado aumenta el riesgo de pensamientos suicidas.

Un pequeño estudio reveló que el 17% de los pacientes tenían ideaciones suicidas antes del inicio del tratamiento con interferón estándar y que este valor aumentó hasta el 26% durante la terapia. Sin embargo, un estudio con 400 pacientes con hepatitis C bajo tratamiento con interferón pegilado halló que solamente el 4% tenía pensamientos de suicidio.

A pesar de la falta de coherencia de los resultados de las investigaciones, los autores señalan que el riesgo de suicidio debería ser tomado siempre con seriedad y debería ser discutido con los pacientes y sus familias antes del comienzo de la terapia.

Asimismo, recomendaron que los pacientes con un historial de serios trastornos del estado de ánimo, depresión, pensamientos o intentos suicidas, así como aquellos con problemas de drogas y alcohol, deberían ser entrevistados con detenimiento y remitidos a un especialista para la evaluación del riesgo de suicidio y el tratamiento del trastorno subyacente antes incluso de considerar el tratamiento con interferón.

La terapia con antidepresivos ISRS se ha mostrado como un tratamiento seguro y efectivo de la depresión en pacientes que toman interferón pegilado.

Un estudio efectuado con 15 personas tratadas con citalopram halló que el 87% experimentaron una mejora de sus síntomas sin cambios en su función hepática.

Por otra parte, un ensayo clínico más reciente controlado por placebo reveló de forma similar la buena eficacia de este fármaco durante el tratamiento contra la hepatitis C basado en interferón en comparación con el grupo placebo.

A partir de todos los datos disponibles, los investigadores hacen recomendaciones específicas en cuanto al uso de antidepresivos en función de la gravedad de los síntomas.

En los casos de depresión leve: dosis baja de ISRS y seguimiento continuado con incremento de dosis si fuera necesario; en los síntomas moderados: dosis mediana de ISRS, considerar evaluación psiquiátrica y podría ser necesario suspender la terapia contra la hepatitis C; y en los casos de depresión grave: interrumpir el tratamiento anti-VHC, evaluación psiquiátrica y considerar la hospitalización.

Por lo que respecta al uso de ISRS como prevención en el desarrollo de depresión, su efectividad ha sido cuestionada, ya que existen estudios con resultados muy diversos.

Los autores consideran que el hecho de que algunas veces los ISRS no sean eficaces, sobe todo en su uso profiláctico, puede ser posiblemente explicado por el hecho de que el interferón no sólo aumenta la reabsorción de serotonina, sino que también disminuye la síntesis de serotonina.

Por último, los expertos señalan que los síntomas neuropsiquiátricos pueden verse agravados por el efecto de la terapia con interferón sobre la glándula tiroides.

Para determinar estos posibles efectos adversos, recomiendan analizar los niveles de la hormona hipofisaria estimulante del tiroides de todos los pacientes con hepatitis C antes del inicio del tratamiento, así como realizar su seguimiento durante la terapia.

Fuente: Aidsmap /Aidmed Referencia: Papafragkakis H, et al. Depression and pegylated interferon-based hepatitis C treatment. International Journal of Interferon, Cytokine and Mediator Research, 4: 25-35, 2012.

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