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lunes, 26 de noviembre de 2012

Qué es la Criminalización del VIH y Por Qué nos Afecta a Todos

Se está hablando mucho de la criminalización del HIV en estos días pero si uno no trabaja en el área de salud o de legales puede no estar familiarizado con el término.
 
De hecho, el hombre gay promedio pensará que no tiene nada que ver con él pero estaría equivocado.
 
La criminalización del HIV nos impacta a todos sin importar cuál es nuestra condición en base al HIV.
 
Es un asunto de salud publica. ¿Cuál es el propósito de estas leyes? ¿Sirven para prevenir la propagación del virus del HIV? ¿Esperamos que el uso de la ley sirva para que la gente blanquee su estado de salud? ¿Es esta una herramienta de castigo y venganza? ¿Cuál es el objetivo de encarcelar a la gente por ser HIV+? Este es un asunto muy sensible.
 
Para tener una idea de esto se pueden leer las secciones de comentarios en cualquier artículo acerca de la criminalización del HIV.
 
Pareciera ser que la maldad de la gente no conoce límites cuando se habla de este tema.
 
Pero es entendible porque la gente tiene miedo. Miedo de contraer el HIV y miedo de esa criatura mítica, “el paria HIV+”, cuyo único propósito es el de desparramar la “enfermedad mortal”. 
 
Los medios han hecho un gran trabajo en aumentar esos miedos e incluso en jugar la carta racial en mucho de los casos. La mejor herramienta que tenemos contra el miedo es la información y por suerte hay mucha data sobre este tema de parte de organizaciones como Positive Justice Project y The Sero Project.
 
En lo que respecta a la criminalización del HIV hay dos tipos de situaciones donde se aplican estas leyes. Una de ellas es la falta de revelación o confesión durante el sexo y cualquier otro intercambio de fluidos corporales (escupidas, mordeduras, estornudos, etc).
 
Los casos de los fluidos corporales demuestran lo arcaicas que son estas leyes. Las mordidas, escupidas, estornudos, etc, no pueden transmitir el HIV.
 
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) lo ha dejado bien en claro en un documento lanzado recientemente acerca del riesgo de transmisión del HIV.
 
Desafortunadamente, una reciente investigación en Michigan demuestra que en muchos casos de criminalización del HIV, muchos abogados y jueces no tienen mucho conocimiento acerca de los hechos científicos respecto de las características y comportamiento del virus.
 
Una discusión acerca de la confesión o blanqueamiento del HIV+ es algo controvertido y complicado.
 
Esto revela lo complicado que puede ser el sexo entre dos hombres. Alguna gente ha usado estas leyes como forma de vengarse de una pareja HIV+ luego de una ruptura amarga.
Otros pueden temer dejar una mala relación por temor a como su pareja HIV+ pueda reaccionar.
 
En la corte, es la palabra de la persona HIV- contra la de la persona HIV+ y todos sabemos que una “persona propagadora de un virus mortal” no es particularmente la clase de testigo que recibirá el visto bueno el jurado.
 
Estas leyes pueden sonar como discusiones abstractas y teóricas pero es importante recordar que realmente impactan las vidas de personas HIV+.
 
Algunas de estas personas están actualmente cumpliendo una condena en prisión, mientras que otras han tenido la suerte de salir solo para vivir en otra clase de cárcel en el mundo real.
 
Estas leyes que indican la criminalización del HIV consiguen que la gente decida no hacerse el test del HIV por miedo.
 
Para colmo de males, sabemos que estas leyes incrementan el estigma que rodea al HIV y el estigma es una de las fuerzas más potentes detrás de esta epidemia.
 
Ningún adulto en una relación consensuada inició una conversación acerca del HIV y como resultado, la persona HIV+ terminó encarcelada bajo un cargo de delincuente sexual.
 
En síntesis, la criminalización del HIV no alienta a la confesión, declaración o blanqueamiento del HIV+, no previene los contagios, incrementa el estigma que rodea al HIV y desanima a las personas al momento de hacerse el test.
 
La mejor manera de describir estas leyes es como un desastre para la salud pública. Si realmente estamos comprometidos a lograr una “generación libre de SIDA”, entonces nuestras leyes deben reflejar esta idea.
 
La justicia social debe continuar siendo una parte integral del movimiento de la lucha contra el SIDA.
 
Debemos recordar a nuestras organizaciones LGBT que tienen la obligación de defender los derechos de las personas que viven con HIV.
 
“Tratamiento como prevención” y “generación libre de SIDA” se han convertido en frases habituales dentro del léxico de la lucha contra el SIDA, pero es tiempo de agregar otro lema: el “HIV no es un crimen”.
 
Articulo:
 
Website Positive Justice Project:
 
Website The SERO Project: