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viernes, 17 de enero de 2014

Deterioro Neurocognitivo y Terapia Antirretroviral


La selección del momento óptimo de inicio del tratamiento sería esencial para prevenir y abordar esta condición. Un artículo de revisión publicado en Current Opinion in HIV and AIDS, realizado por investigadores británicos, ha analizado los datos disponibles relativos al papel de la terapia antirretroviral en la prevención, el abordaje y el desarrollo del deterioro Neurocognitivo.

La relación entre el tratamiento contra el VIH y dicha comorbilidad es controvertida y posiblemente, ambivalente, ya que los antirretrovirales pueden prevenir el desarrollo del deterioro Neurocognitivo, especialmente en personas con niveles muy bajos de CD4, pero algunos estudios han establecido cierta toxicidad neuronal de dichos fármacos que podría condicionar su papel beneficioso para personas con buenos recuentos de CD4.

La llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) a finales de la década de 1990 supuso un descenso muy marcado de las infecciones oportunistas del sistema nervioso central y de los casos de demencia asociada al VIH.

La mejora de los tratamientos en los años posteriores –más tolerables- hizo que las tasas de este tipo de patologías continuaran disminuyendo.

Sin embargo, los autores del artículo destacaron que, pese a que las comorbilidades cerebrales más graves han disminuido, otras más leves, tales como el deterioro Neurocognitivo, persisten y podrían afectar, en niveles sintomáticos, a un porcentaje importante de personas bajo tratamiento antirretroviral eficaz, algo detectado por diversos estudios (véase La Noticia del Día 16/07/2013).

En su artículo, los investigadores resumieron las causas del desarrollo del deterioro Neurocognitivo asociado al VIH en varios mecanismos, que relacionaron con sus correspondientes factores de riesgo:

•La activación inmunitaria persistente y la reconstitución inmunitaria: Con mayor impacto cuanto menor sea el recuento de CD4 nadir, ya que cuanto más haya logrado progresar la infección antes de tratarla, mayor será el grado de activación y el riesgo de experimentar el síndrome de reconstitución inmunitaria, factores que, por su naturaleza proinflamatoria, generarían moléculas dañinas para el tejido cerebral.

•Terapia antirretroviral: Dentro de este grupo se hallarían tanto la propia toxicidad cerebral asociada al uso crónico de los antirretrovirales (que sería variable en función del fármaco, pero que todavía no ha sido investigada en profundidad) como la reproducción del VIH en dicho tejido cuando se utilizan combinaciones de antirretrovirales que no logran atravesar adecuadamente la barrera hematoencefálica (una especie de filtro entre los vasos sanguíneos que tiene como objetivo evitar la llegada al sistema nervioso central de tóxicos).

•Envejecimiento prematuro: Algo observado en personas con VIH en numerosos estudios, ya sea por la propia inflamación asociada a la infección crónica como al uso de determinados antirretrovirales (véase La Noticia del Día 07/07/2011).

•Genética: Tener un historial familiar de demencia u otras enfermedades neurodegenerativas constituye un factor de riesgo de padecer deterioro Neurocognitivo.

•Coinfecciones: Algunas de ellas tales como la hepatitis C, la sífilis o Citomegalovirus (CMV) pueden influir de forma directa o indirecta sobre la función cerebral (ya sea por causa del patógeno, de su tratamiento o de la reacción del sistema inmunitario a dicha coinfección).

•Otros factores: El riesgo de deterioro Neurocognitivo se incrementa con la concurrencia de enfermedades cardiovasculares, depresión, consumo de drogas, abuso de alcohol y/o tabaquismo.

Se trata de factores dañinos a nivel cerebral ya sea por alterar el transporte de oxígeno y nutrientes (enfermedades cardiovasculares y tabaquismo) o directamente la función cerebral (alcohol, drogas o depresión).

Sobre la base de estos resultados, los autores del estudio concluyeron que en la prevención y el abordaje del deterioro Neurocognitivo jugaría un papel esencial la selección del momento óptimo de inicio del tratamiento antirretroviral, hecho que aún genera controversias.

Así, mientras en personas con bajos niveles de CD4 o con deterioro cognitivo asociado al VIH antes de iniciar la TARGA los beneficios del tratamiento antirretroviral son indiscutibles, el impacto a nivel cerebral de iniciar la terapia en personas con VIH asintomáticas y con elevados niveles de CD4 no está todavía bien definido y podría ser uno de los frenos a la tendencia, hacia la cual aparentemente nos dirigimos, de iniciar el tratamiento antirretroviral tras el diagnóstico independientemente de los niveles de CD4 o la carga viral.

Fuente: NATAP
Referencia: Winston A, Vera JH. antiretroviral therapy prevent HIV-associated cognitive disorders? Curr Opin HIV AIDS.2014 Jan;9(1):11-6.





Website National AIDS Treatment Advocacy Project (NATAP):   http://www.natap.org/

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