El estudio FEM-PrEP de 2.120 mujeres en el África subsahariana fue detenido a principios de 2011 porque las mujeres en el grupo de Truvada no fueron menos probabilidades de contraer el VIH que los del grupo placebo.
Baja adherencia a la PrEP resultó haber paralizado el estudio.
Investigadores de FEM-PrEP realizado 88 entrevistas en persona con mujeres del brazo Truvada y tenía 224 mujeres de ambos brazos participan en auto-entrevistas asistidas por ordenador con el fin de aprender más acerca de por qué una alta proporción de la población de estudio mintió acerca de su píldora usar.
En las entrevistas de ordenador, el 31 por ciento de las mujeres admitió a la sobre-reportar su tasa de adhesión durante el juicio, con mayor frecuencia, ya que estaban preocupados acerca de ser cortada del juicio.
La atención médica de las mujeres recibieron como parte de la prueba puede haber sido un factor motivador principal detrás de su participación.
La segunda razón más común por mentir fue que era más fácil simplemente para decir que habían estado tomando sus píldoras.
La siguiente razón más común para la mentira fue que las mujeres temían que el personal del ensayo estaría decepcionado en ellos si no se adhieren.
Treinta y cinco por ciento de los participantes dijeron que habían desechado píldoras con el fin de engañar a los investigadores de los ensayos en las visitas clínicas, cuando eran para traer de vuelta cualquier píldoras habían restantes para que los investigadores a deducir las tasas de adherencia.
El cuatro por ciento dijo que habían dado pastillas de distancia, ya sea con amigos o socios o para las personas con otras condiciones de salud que creían las píldoras sería tratar el VIH-positivo.
Durante las entrevistas, muchos de los participantes dijo que otras mujeres del estudio habían tirado las pastillas con el fin de salir como adherente al régimen.
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