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jueves, 14 de enero de 2016

La Detección Anual del VIH y el Uso de la PrEP podría Ralentizar la Epidemia en Hombres Gays y otros HSH en Holanda

En los últimos diez años más de dos tercios de las nuevas infecciones en esta población tuvieron su origen en personas que desconocían su diagnóstico.

Los datos epidemiológicos relativos a la población de hombres gais y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) en los Países Bajos revela que, en la última década, más del 71% de las nuevas infecciones por VIH se produjeron a través de relaciones sexuales sin protección con hombres que no sabían que tenían la infección y apenas el 6% estuvieron vinculadas a hombres que tomaban tratamiento antirretroviral, según un artículo publicado en Science Translational Medicine.

El equipo de investigadores que realizó este estudio considera que la combinación de una política de realización de prueba del VIH anual, el inicio del tratamiento antirretroviral de forma inmediata tras el diagnóstico y la provisión de profilaxis preexposición (PrEP) a la mitad de los hombres sin VIH conseguiría evitar hasta dos tercios de las nuevas transmisiones.

Los expertos afirman que el notable incremento del acceso al tratamiento antirretroviral no ha tenido un gran impacto en la epidemia de VIH entre hombres gais y otros HSH en Países Bajos (donde la incidencia se mantiene estable o incluso aumenta), por lo que consideran que es importante averiguar qué intervenciones pueden ser eficaces.

En su trabajo, el equipo de investigadores recurrió al análisis filogenético para identificar infecciones con perfiles genéticos similares.

En primer lugar trabajaron con muestras procedentes de hombres gais y otros HSH diagnosticados entre 1996 y 2010 que probablemente se habían infectado un año antes del diagnóstico.

A continuación intentaron emparejar estas muestras con las de otros hombres cuyas infecciones pudieron estar relacionadas.

Esto supuso examinar las muestras de sangre de hombres ya diagnosticados en el momento y otros que recibieron el diagnóstico (y por tanto, la muestra de sangre) años más tarde.

Afortunadamente para los intereses del estudio, para la mayor parte de las personas con VIH en los Países Bajos se pudo disponer de estos análisis, lo que permitió identificar una significativa proporción de emparejamientos entre transmisiones.

De los 1.045 hombres gais recién diagnosticados de VIH que tenían una muestra de sangre disponible para el análisis, 617 (59%) pudieron ser emparejados con uno o más posibles hombres que podrían haberles infectado.

En total hubo 903 posibles transmisores y 2.343 emparejamientos.

Cuando el equipo de investigadores comprobó si un posible transmisor había sido diagnosticado y/o estaba tomando tratamiento en el momento de la posible transmisión, se comprobó que hasta el 71% de los hombres identificados como posibles transmisores no había recibido el diagnóstico en aquel momento.

Otro 22% de los posibles transmisores sí había recibido el diagnóstico, pero aún no estaban tomando tratamiento en aquel momento.

Un 6% de los posibles transmisores estaba tomando tratamiento cuando se produjo la supuesta infección y el 1% correspondió a hombres que habían abandonado la atención médica.

El 43% de los hombres identificados como transmisores habían vivido con VIH menos de un año antes de la posible transmisión a otra persona.

El equipo de investigadores destaca que el reducido número de transmisores que tomaban tratamiento es un reflejo de la elevada eficacia de la terapia antirretroviral como prevención.

En el estudio, la quinta parte de las transmisiones estuvieron relacionadas con hombres diagnosticados que aún no tomaban tratamiento, pero al tratarse de una muestra histórica (hasta 2010) no están reflejados los cambios más recientes en las políticas de inicio de tratamiento, que probablemente harán que se reduzcan las transmisiones atribuidas a este grupo.

En su artículo, los autores también dedicaron un espacio a estimar qué impacto habría tenido sobre la cifra de nuevas infecciones la implementación de distintas intervenciones de salud, específicamente en el periodo de 2008 a 2010.

Las intervenciones consideradas fueron el inicio inmediato del tratamiento de todos los hombres diagnosticados de VIH, la provisión de profilaxis preexposición a la mitad de los hombres gais sin VIH de menos de 30 años y la realización anual de la prueba del VIH.

Según sus cálculos, si solo se hubiera ofrecido el inicio inmediato del tratamiento, se podrían haber evitado el 19% de las transmisiones.

La combinación del inicio inmediato del tratamiento con la PrEP habría permitido evitar hasta el 30% de las infecciones.

Al sumar la realización anual de la prueba a estas dos intervenciones se estima que se habrían evitado hasta el 45% de las infecciones.

No obstante, si se hubiera ofrecido la PrEP a la mitad de la población de hombres gais con independencia de su edad, el número de infecciones evitadas se habría elevado hasta el 66%.

Según los autores, los resultados de su estudio ponen de relieve la necesidad de combinar intervenciones preventivas para conseguir un impacto muy superior al que tendrían dichas estrategias por separado.

Sin embargo, en este caso en concreto, dada la elevada cobertura del tratamiento en Países Bajos, las posibles mejoras en esta intervención son limitadas y, en consecuencia, los esfuerzos deberían centrarse principalmente en las intervenciones preventivas dirigidas a las personas sin VIH.

Fuente: Aidsmap
Referencia: Ratmann O et al. Sources of HIV infection among men having sex with men and implications for prevention. Science Translational Medicine 8: 320ra2, 2016.




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