El ensayo global REPRIEVE, que ha inscrito a 7.700 personas que toman tratamiento contra el VIH y busca determinar los efectos de una estatina para reducir el colesterol en los resultados de las enfermedades cardiovasculares (ECV), está arrojando luz sobre muchas otras preguntas urgentes sobre la salud de las personas que viven y envejecen con el virus.
El ensayo comenzó a inscribir a personas con VIH en todo el mundo en 2015; en 2019, alcanzó la inscripción completa, con participantes de 12 países en los cinco continentes.
Todos los participantes tienen un riesgo bajo a moderado de ECV según las calculadoras de riesgo tradicionales para la población general, lo que significa que normalmente no se les recomendaría un medicamento con estatinas.
Fueron asignados al azar para recibir Livalo (Pitavastatina) o un placebo de manera doble ciego, lo que significa que ni los participantes ni los investigadores saben quién ha recibido qué tipo de píldora.
La pregunta principal que el estudio busca responder es si la estatina reduce el riesgo de eventos adversos importantes para la salud relacionados con la ECV, ya que se realiza un seguimiento de los participantes durante varios años.
Pero los autores del estudio también buscan aprovechar un estudio tan grande y a largo plazo para abordar muchas otras preguntas importantes sobre la salud y el bienestar de las personas VIH positivas a medida que envejecen.
La edad media de los participantes al momento de la inscripción era de 50 años.
Por lo tanto, en general, brindan un buen reflejo de hacia dónde se dirige la población mundial con VIH a medida que envejece constantemente gracias al tratamiento antirretroviral (ARV) que brinda la oportunidad de una vida mucho más larga.
Si bien los resultados centrales de REPRIEVE no se esperan hasta 2023, los autores del estudio acaban de publicar en el Journal of Infectious Diseases una colección de artículos con hallazgos preliminares del estudio sobre una amplia gama de temas.
Un artículo describe la impresionante diversidad de la cohorte de participantes.
Dado que sus datos demográficos son una buena representación de la población mundial con VIH, la cohorte del estudio está preparada para proporcionar datos especialmente útiles.
Esto incluye diversidad de nacionalidad, raza, etnia y sexo designado al nacer.
Más del 60% de los participantes no son blancos y más del 31% son mujeres.
El dos por ciento, o 129 personas, son transgénero.
Al ingresar al estudio, los participantes habían estado viviendo con el VIH durante una media de 13 años desde su diagnóstico y habían estado tomando ARV durante una media de 10 de esos años.
Los investigadores de REPRIEVE encontraron que en el punto de referencia del estudio, un número sustancial de participantes presentaba signos que indicaban que tenían una función renal reducida.
De hecho, un subestudio de REPRIEVE está analizando si Livalo puede ralentizar o prevenir el deterioro de la función renal.
De manera preocupante, los datos indicaron que muchos de los participantes tienen exceso de grasa alrededor del corazón.
Esta condición está asociada con un mayor riesgo de problemas cardíacos.
La población de estudio también tiene una alta tasa de deterioro de la fuerza y función muscular.
Los autores de REPRIEVE también están analizando el envejecimiento reproductivo entre las mujeres del estudio, en otras palabras, el ritmo del proceso natural que conduce a la menopausia.
Las mujeres en edad reproductiva más avanzada, según encontraron los autores del estudio, tenían más probabilidades de tener una circunferencia de cintura alta y niveles altos de hemoglobina en sangre.
El envejecimiento reproductivo acelerado fue más común entre las mujeres que vivían en África subsahariana, América Latina o el Caribe que en las naciones más ricas, como Estados Unidos.
El estudio está preparado para proporcionar datos especialmente importantes sobre las enfermedades cardiovasculares entre las personas transgénero VIH positivas, ya que actualmente existe una gran necesidad de realizar más investigaciones sobre este tema.
Estudios anteriores han encontrado que el uso de hormonas que afirman el género puede aumentar el riesgo de ECV.
Los investigadores de REPRIEVE descubrieron que una circunferencia de cintura alta era más común entre las mujeres trans, en particular las que recibían este tipo de tratamiento hormonal.
Website National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID):
https://www.niaid.nih.gov/
Website The Journal of Infectious Diseases:
https://academic.oup.com/jid