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sábado, 28 de junio de 2025

Las Mujeres con el VIH Pierden su “Ventaja Cardiovascular” frente a los Hombres

Un estudio publicado en Clinical Infectious Diseases muestra que, a diferencia de la población general, las mujeres cisgénero con VIH no disfrutan de un menor riesgo de enfermedades cardíacas graves que los hombres seropositivos. 

El hallazgo forma parte del análisis del ensayo REPRIEVE, que evalúa el beneficio de las estatinas en personas con VIH. El estudio destaca también, entre otras cuestiones, la necesidad de priorizar el abandono del tabaco y el control de la presión arterial en personas con el VIH. 

Esto es esencial para quienes tienen un menor riesgo de enfermedades cardíacas graves, independientemente de si toman estatinas. 

*Efectos de las estatinas 
El ensayo REPRIEVE demostró que la administración diaria de pitavastatina reduce en un 36 % el riesgo de eventos cardiovasculares mayores —como infarto de miocardio o accidente cerebrovascular— en personas con VIH y riesgo cardiaco bajo a moderado. 

Como respuesta, las guías clínicas de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea ahora recomiendan estatinas en este grupo. 

Para mejorar el cuidado cardiovascular en personas con el VIH, el grupo de estudio REPRIEVE analizó los factores de riesgo asociados con eventos cardiovasculares mayores. Buscaban identificar qué factores impactan más en el riesgo de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares y cuáles pueden modificarse con cambios en el estilo de vida. 

*¿Cómo se hizo el estudio? 
REPRIEVE reclutó a 7.769 personas con el VIH de entre 40 y 75 años, en tratamiento antirretroviral por al menos seis meses. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a tomar pitavastatina o un placebo y fueron monitoreados durante aproximadamente cinco años. 

La mediana de edad de los participantes fue de 50 años, con un 69% de hombres. El 53% eran blancos y el 41% negros o afroamericanos. El 63% fueron reclutados en países de altos ingresos, el 18% en América Latina y el Caribe, y el 15% en África subsahariana. 

Al inicio del estudio, el 36% tenía presión arterial alta, el 25% eran fumadores actuales, y el puntaje de riesgo cardiovascular medio era del 4,5%. 

Para evaluar el riesgo de eventos cardiovasculares mayores asociados con factores de riesgo modificables, los investigadores crearon un modelo multivariable. 

Ajustaron por factores demográficos, ubicación de reclutamiento, tabaquismo, uso de sustancias, antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares prematuras, factores metabólicos, recuento nadir de CD4, supresión viral y régimen antirretroviral al inicio del estudio. 

*Mujeres y riesgo cardiovascular 
A diferencia de lo observado en la población general —donde el estrógeno premenopáusico confiere cierta protección—, en mujeres con VIH dicho efecto protector parece atenuarse. 

Tras la menopausia, la caída de estrógenos equipara el riesgo con el de los hombres; en el contexto del VIH, además, la inflamación crónica y la activación de células T pueden neutralizar aún más cualquier ventaja hormonal. 

*Tabaquismo y control arterial 
El equipo del estudio REPRIEVE destaca el tabaquismo como un factor de riesgo clave. Los fumadores actuales tenían más del doble de probabilidades de experimentar un evento cardiovascular mayor durante el estudio. 

Las personas que dejaron de fumar antes de unirse al estudio no mostraron un riesgo elevado en comparación con quienes nunca fumaron. 

Los investigadores enfatizan la necesidad de intervenciones para dejar de fumar que aborden la soledad, la depresión y el uso de sustancias, factores asociados con el tabaquismo en personas con el VIH. 

El monitoreo y control de la presión arterial también son esenciales para prevenir enfermedades cardiovasculares. 

La hipertensión es común entre personas con el VIH, especialmente mayores de 50 años. Los investigadores afirman que gestionar la presión arterial es tan importante para quienes toman estatinas como para todos los demás. 

En el estudio REPRIEVE, la pitavastatina tuvo un mayor impacto en eventos cardiovasculares en personas sin hipertensión. La carga viral no suprimida también fue un factor de riesgo modificable, lo que respalda la necesidad de un tratamiento antirretroviral temprano y constante, concluyen los investigadores. 



Website Clinical Infectious Diseases: 
https://academic.oup.com/cid