Páginas con Documentos Descargables / Pincha para los Enales

martes, 16 de diciembre de 2025

Nueva Curación de la Infección por el VIH tras un Trasplante de Células Madre sin Resistencia Natural al Virus

Un hombre tratado por una leucemia en un hospital europeo ha sido declarado curado más de siete años después de interrumpir su tratamiento antirretroviral. 

Con ello, se convierte en la séptima persona en alcanzar este hito clínico y en la segunda en hacerlo sin recibir células madre resistentes. 

El caso publicado en Nature se remonta a un trasplante realizado en 2015 y ahora confirmado como curación completa. Este resultado redefine las condiciones que podrían ser necesarias para erradicar el VIH mediante un trasplante de células madre. 

Un cambio en la comprensión de cómo se cura el VIH Durante más de una década, la comunidad científica ha asumido que la curación mediante trasplante dependía de un requisito clave: que el donante tuviera dos copias mutadas del gen CCR5, responsables de eliminar el receptor que el VIH utiliza para infectar células inmunitarias. 

La ausencia total de este receptor hace que las células sean resistentes al virus. Sin embargo, esta condición solo aparece en una minoría de la población y limita de forma importante la disponibilidad de donantes compatibles. 

Los cinco primeros casos de curación confirmada parecían reforzar esta teoría. 

Pero en 2023, un paciente tratado en Suiza —el conocido paciente de Ginebra— demostró que la mutación completa no era imprescindible, aunque el seguimiento todavía era corto para asegurar la curación definitiva. 

El nuevo caso altera el equilibrio. El hombre recibió células madre con una sola copia mutada y otra normal, es decir, no resistentes al VIH, y aun así logró eliminar el virus por completo. Qué ocurrió durante el procedimiento 

El trasplante siguió el enfoque habitual para cánceres hematológicos: quimioterapia intensa para destruir el sistema inmunitario y permitir que las células del donante lo reconstruyeran. 

Durante el proceso, el hombre continuó con tratamiento antirretroviral para evitar que el virus infectara a las nuevas células. Tres años después del trasplante tomó una decisión arriesgada: interrumpió la terapia por iniciativa propia. Desde ese momento, y de forma sorprendente, no se detectó virus en sangre ni en tejidos, incluso con pruebas de alta sensibilidad. 

Siete años y tres meses después, el diagnóstico es claro: curación completa. ¿Cómo se explica la curación si las células no eran resistentes? 

El caso abre un debate científico profundo. Hasta ahora se pensaba que la curación se producía porque el virus, tras la quimioterapia, ya no podía infectar al nuevo sistema inmunitario debido a la ausencia completa del receptor CCR5. 

Sin ese receptor, la infección resultaba inviable. Aquí ocurre algo distinto: el receptor estaba parcialmente presente. 

Una hipótesis emergente es que el éxito no dependió solo de la resistencia al virus, sino del ataque inmunológico de las células del donante contra las células del receptor, un fenómeno conocido como enfermedad injerto contra huésped. 

Aunque puede ser grave, también podría destruir de forma rápida los últimos reservorios virales, dejando al VIH sin lugares donde persistir. 

Además, el hecho de que el donante tuviera solo una copia mutada de CCR5 podría haber modificado la distribución de sus propias células inmunitarias, generando un entorno donde los reservorios eran más vulnerables o accesibles. Implicaciones y límites 

Los investigadores destacan que este resultado amplía el abanico de posibles donantes para personas con cáncer y VIH que requieran un trasplante. 

Sin embargo, cada caso depende de una combinación muy específica de factores inmunológicos y genéticos tanto del donante como del receptor. 

Por esperanzador que sea, el trasplante de células madre no es una opción terapéutica para la mayoría de personas con VIH. Es un procedimiento de alto riesgo, reservado únicamente a enfermedades graves como las leucemias, y su mortalidad asociada impide justificarlo en personas sin cáncer. 

El tratamiento habitual —la terapia antirretroviral diaria o de administración periódica— sigue siendo la manera más segura y eficaz de mantener una vida larga y saludable, suprimir la transmisión y controlar la infección. 

A ello se añaden avances preventivos como la PrEP basada en lenacapavir, un inyectable de administración semestral que ha mostrado una protección casi completa frente al VIH. 

Paralelamente, se investigan estrategias más replicables, como la edición genética, las vacunas preventivas y terapéuticas y tecnologías para identificar y eliminar los reservorios virales. 

Aunque la curación del VIH continúa siendo un reto complejo, cada caso como este aporta información crucial para entender qué mecanismos permiten eliminar el virus del organismo y cómo podrían reproducirse de forma segura en el futuro. 



Website Nature: 
https://www.nature.com/