La publicación de sus resultados en Clinical Infectious Diseases, los investigadores estudiaron a un subgrupo de 498 mujeres y hombres que tienen sexo con hombres (HSH) en el ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo iPrEx, que primero probaron la eficacia de la PrEP en 2010 transgénero sin VIH.
Un total de 247 de los participantes en el subgrupo fueron asignados a tomar Truvada y los restantes 251 un placebo.
Los investigadores usaron tomografías DEXA para medir la DMO desde el principio del estudio y en intervalos de 24 semanas a partir de entonces.
Después de las primeras 24 semanas, la DMO entre los del grupo de Truvada cayó 0,91 por ciento en la columna vertebral y 0,61 por ciento en la cadera.
Los cambios después de ese momento no fueron estadísticamente significativas, lo que significa que puede haber ocurrido por casualidad.
Detección de Truvada dentro de las células del participante se correlacionó con una caída en la DMO después de 24 semanas.
Cincuenta y tres por ciento de los asignados a tomar Truvada tenía droga detectable en sus celdas.
Entre aquellos cuyas pruebas se indica que estaban tomando Truvada consistentemente, la DMO en la columna vertebral y la cadera se redujo 1.42 por ciento y 0.85 por ciento, respectivamente.
Después que las personas dejaron de tomar Truvada, tendían a experimentar un repunte, aunque no una completa, en su médula DMO.
La caída en la DMO no estaba vinculado a las fracturas óseas.
Los investigadores concluyeron que la "pérdida de hueso relativamente pequeño asociado con [Truvada] se compensa con la prevención de la infección por el VIH, lo que requiere la combinación [la terapia antirretroviral] que se asocia con relativamente mayor pérdida de la densidad mineral ósea."
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