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lunes, 16 de mayo de 2016

¿Cuándo Ofrecer la Prueba del VIH Basada en la PCR en Entornos Comunitarios?

Un estudio concluye que debería tenerse en cuenta la presencia de determinados síntomas en las dos semanas previas a la realización de la prueba.

Un estudio estadounidense publicado en Emerging Infectious Diseases ha concluido que las pruebas del VIH capaces de detectar infecciones muy recientes en fase aguda, en concreto aquellas basadas en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR, en sus siglas en inglés), deberían ser ofrecidas a aquellas personas en las que determinados síntomas han tenido lugar en algún momento de las dos semanas previas a la realización de la prueba.

Proporcionar dicha prueba únicamente si la persona tiene síntomas en el momento de realizar la prueba haría perder un buen número de diagnósticos de primoinfección.

El diagnóstico clínico de la infección por VIH a partir de los síntomas de la primoinfección –dada su inespecificidad– no es posible, por lo que la realización de la prueba del VIH es imprescindible para poder diagnosticar la infección.

Sin embargo, la selección de la prueba del VIH debe ir condicionada al período ventana tras la práctica de riesgo. Algunas pruebas presentan un coste más elevado que otras y las basadas en la PCR son, generalmente, las que tienen un mayor coste para los servicios comunitarios o de ámbito clínico que las realizan.

Por ello, su uso suele restringirse únicamente a aquellas personas que tienen síntomas en el momento de realizar la prueba y no en aquellas en las que los síntomas ya remitieron.

Para poder evaluar el coste-efectividad de la realización de pruebas del VIH basadas en la PCR en personas con posible infección aguda, investigadores de la Universidad de San Diego (EE UU) llevaron a cabo un estudio para determinar la proporción de personas con infección aguda por VIH que tenían síntomas en el momento de acudir a la realización de la prueba y la de aquellas que habían presentado síntomas de forma reciente (en las 2 semanas anteriores).

Un total de 90 hombres que habían recibido el diagnóstico de infección aguda por VIH entre 2007 y 2014 en centros comunitarios fueron incluidos en el estudio.

En el estudio, se definió infección aguda como tener un resultado positivo en una prueba del VIH basada en la PCR y un resultado negativo en una prueba de anticuerpos.

El diagnóstico de las infecciones se confirmó con la prueba de confirmación habitual (la prueba de Western Blot) una vez transcurrido el período ventana.

Los investigadores obtuvieron muestras sanguíneas de los participantes de la primera visita posterior al diagnóstico para analizar la carga viral y los niveles de CD4.

Además, se realizó un registro exhaustivo de la aparición, duración y remisión de un total de 10 signos y síntomas asociados a la primoinfección por VIH: dolor de cabeza, faringitis, dolores musculares, fiebre, fatiga, sudores nocturnos, problemas gastrointestinales, exantema cutáneo, dolores articulares y pérdida de peso.

De los 90 participantes, el 80% (un total de 72 personas) había experimentado signos o síntomas asociados a la primoinfección en las 2 semanas anteriores a la realización de la prueba.

De ellas, cuarenta y siete -que representarían el 52% del total de participantes y el 65% de quienes habían tenido signos o síntomas en las últimas dos semanas- tenían signos o síntomas de primoinfección en el momento de realizar la prueba y veinticinco (que representaban el 28% del total) habían tenido signos o síntomas en las dos semanas previas a la prueba pero no los tenían ya en el momento del test.

Ni la carga viral ni los niveles de CD4 condicionaron de forma significativa la aparición o la duración de los signos o síntomas.

Sin embargo, en los doce casos de personas que acudieron a realizar la prueba por la sintomatología que experimentaban se observó una carga viral significativamente superior a la del resto de participantes.

Los resultados del presente estudio pueden ser importantes para establecer protocolos adecuados de utilización de pruebas del VIH basadas en la PCR en entornos comunitarios.

Siendo la restricción por coste-efectividad un hecho todavía inevitable, el basarse en la presencia de signos o síntomas en el momento de la realización de la prueba es un criterio, a la luz de los resultados del presente estudio, ciertamente cuestionable.

Referencia:
Hoenigl M, Green N, Camacho M, et al. Signs or Symptoms of Acute HIV Infection in a Cohort Undergoing Community-Based Screening. Emerg Infect Dis. 2016 Feb;22(3). doi: 10.3201/eid2203.151607.



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