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miércoles, 18 de septiembre de 2019

La Juventud sería el Mayor Factor Predictivo a la Hora de Interrumpir la PrEP

Un estudio australiano muestra que los diagnósticos de ITS fueron igual de habituales entre los hombres gays que interrumpieron la PrEP y los que se mantuvieron en ella. 

En los últimos tiempos, diversos estudios se han centrado en analizar los casos de personas que interrumpen la profilaxis pre-exposición frente al VIH (PrEP, en sus siglas en inglés), tras haberla iniciado en proyectos de demostración, observaron que las personas jóvenes tenían dificultades para mantenerse en el uso de la herramienta preventiva. 

Uno de dichos estudios es el ensayo PrEPX, un estudio de demostración sobre la PrEP realizado en Victoria (Australia) cuyos resultados fueron presentados durante la X Conferencia sobre la Ciencia del VIH de la Sociedad Internacional del Sida (IAS, en sus siglas en inglés), celebrada el pasado mes de julio en Ciudad de México (México). 

Entre julio de 2016 y marzo de 2018, el ensayo inscribió a 4.275 participantes, 14 veces el número anual de nuevos diagnósticos por VIH en dicho estado. 

Los objetivos concretos del estudio eran reducir la incidencia anual de nuevos diagnósticos del VIH en un 25% en la población general y en un 30% entre los hombres gays, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH). 

En el presente análisis los investigadores se centraron en analizar los casos de participantes que dejaron de tomar la PrEP antes de finalizar el estudio, así como en examinar los factores asociados con dicha interrupción y en evaluar el riesgo de VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) de estos participantes. 

Los investigadores analizaron los datos de las 3.489 personas que se habían inscrito antes de octubre de 2017. 

La mayor parte de los participantes eran hombres gays, bisexuales y otros HSH cisgénero en la treintena de edad y que habían mantenido relaciones sexuales anales sin preservativo en los tres meses anteriores a su inscripción. En el estudio participaron 39 mujeres trans (el 1,1% del total). 

La edad media de los participantes fue de 34 años, pero el 25% de ellos tenían menos de 29 años.

Casi tres cuartas partes de estas personas habían mantenido sexo anal sin preservativo en los tres meses anteriores a la inscripción, el 13% había usado metanfetamina y el 5% había usado drogas inyectables. 

Algunos datos, como el comportamiento sexual de riesgo para el VIH y otras ITS, provenían solo de las 2.900 personas que asistieron a la red de clínicas de la Colaboración Australiana para la Vigilancia Centinela Mejorada y Coordinada (ACCESS, por sus siglas en inglés). 

Durante el período de estudio, 85 personas (el 2,4%) se retiraron oficialmente del estudio, pero otras 877 personas interrumpieron su participación sin previo aviso (el 25%). 

En el estudio, la interrupción del tratamiento se definió como una brecha entre la última receta de PrEP y cualquier receta posterior o el final del estudio de más de 210 días. 

De los 877 participantes que habían interrumpido el tratamiento sin avisar, 275 (el 31% de este grupo o el 7,8% del total de participantes) nunca regresaron después de su primera receta de PrEP. 

Las personas que habían interrumpido la participación pudieron reinscribirse y 197 de ellas lo hicieron. 

Los investigadores observaron que determinados grupos de personas fueron más propensos a interrumpir la PrEP. 

Entre ellas, las personas jóvenes eran especialmente propensas a interrumpirla. 

Las personas menores de 29 años fueron un 75% más proclives a abandonar que las mayores de 40 años.

Las personas que habían consumido drogas inyectables fueron un 64% más propensas a interrumpir la PrEP y las personas que habían usado metanfetamina presentaron una probabilidad de interrumpir la PrEP superior en un 34%.

Las personas a las que el médico derivó a la PrEP fueron 27% más propensas a interrumpirla que aquellas que habían acudido a la clínica a pedirla por su cuenta. 

Las personas que utilizaban el preservativo de manera consistente con sus parejas ocasionales tuvieron un 52% más de probabilidades de interrumpir la PrEP que aquellas que no los utilizaban. 

La interrupción de la PrEP no condujo al abandono de los servicios de salud sexual. 

De los 743 participantes procedentes de las clínicas ACCESS que interrumpieron el tratamiento, 440 se realizaron posteriormente una prueba del VIH (el 59% del total de los que interrumpieron la PrEP) y de éstas, 158 (el 34% de las que realizaron la prueba del VIH) reiniciaron la PrEP. 

Ello significa que el 80% de los participantes que reiniciaron el tratamiento lo hicieron después de hacerse una prueba de VIH. 

Entre las personas que interrumpieron la PrEP se produjeron 10 infecciones por el VIH, lo que se tradujo en una incidencia anual del 2,3%. 

De éstas, dos personas fueron diagnosticadas después de su segunda visita y los investigadores sospechan que podrían haber tenido una infección reciente por el VIH cuando ingresaron en el estudio. 

Otros cuatro nunca regresaron después de recibir su primera receta. De los cuatro restantes, dos tenían dos recetas de PrEP (una de ellas había interrumpido el tratamiento y luego comenzó de nuevo) y dos tenían tres recetas; sin embargo, todas fueron diagnosticadas mucho después de que se agotara su última receta, un promedio de 6,5 meses o 199 días después de dejar de tomar la PrEP. 

Los diagnósticos de infecciones de transmisión sexual (ITS) fueron tan habituales en las personas que interrumpieron la PrEP como en las que siguieron tomándola. 

El 7,6% de los que permanecieron en PrEP y el 8,2% de los que la suspendieron fueron diagnosticados de gonorrea.

En el caso de infección por clamidia, las cifras fueron de 7,8% y 8,4%; respectivamente y respecto a la sífilis, los porcentajes correspondientes fueron del 1,6% y 2,6%; respectivamente. 

Estos datos sugieren que se corría tanto riesgo de adquirir el VIH después de interrumpir la PrEP como el que se habría tenido de no haberla iniciado. 

Los investigadores del estudio afirman que resulta preocupante que el riesgo percibido de infectarse por el VIH pueda ser menor que el riesgo real.

Con el fin de reducir las tasas de abandono de la herramienta preventiva, los expertos proponen ciertas mejoras tales como asesorar a las personas sobre cómo tomar PrEP intermitente en aquellos casos en que el riesgo también sea intermitente; informar mejor sobre los efectos secundarios agudos que se pueden experimentar durante el primer mes de tratamiento; y proporcionar más apoyo incluido el apoyo económico, para trasladarse hasta las clínicas. 




Website International AIDS Society (IAS 2019): 
https://www.ias2019.org/