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martes, 26 de noviembre de 2019

Día Mundial del SIDA 2019

Para acabar con el VIH, la clave está en garantizar que las personas y las comunidades tengan poder para elegir, saber, prosperar y exigir. 

Según un nuevo informe de ONUSIDA, Power to the people (el poder a las personas), publicado antes del Día Mundial del Sida, las personas y las comunidades que viven con el VIH o que están afectadas por el virus participan en la toma de decisiones y en la prestación de servicios relacionados con el VIH. 

Así mismo, se observa cómo se han reducido los casos de nuevas infecciones y cómo cada vez más personas tienen acceso al tratamiento. 

Cuando las personas tienen el poder de escoger, de saber, de prosperar y de exigir, cuando la gente trabaja codo con codo, se consigue salvar vidas, acabar con las injusticias y restaurar la dignidad. 

«Cuando las personas y las comunidades cuentan con poder y con medios, se logra el cambio», apuntó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

«La solidaridad de las mujeres, de los jóvenes, de los gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, de los trabajadores sexuales, de los consumidores de drogas y de las personas transgénero ha logrado transformar la epidemia de sida, al capacitarlos a todos ellos para poner fin a la epidemia». 

El informe fue lanzado el 26 de noviembre en Kenia por la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, la secretaria del gabinete del ministerio de salud de Kenia y los representantes de la comunidad. En él se pone de manifiesto el enorme progreso alcanzado, sobre todo en lo concerniente a la expansión del acceso al tratamiento. 

Hacia mediados de 2019, aproximadamente 24,5 millones de personas de los 37,9 millones de personas que viven con el VIH lograron acceso al tratamiento.

Al continuar la adherencia al tratamiento, cada vez es menor el número de gente que fallece por enfermedades relacionadas con el sida.

«El trabajo conjunto del Gobierno con la sociedad civil, al que se suma la importantísima implicación de las comunidades, nos ha permitido reducir de manera significativa las nuevas infecciones por el VIH y el número de muertes relacionadas con el sida», insistió Sicily Kanuki, secretaria del gabinete del ministerio de salud keniata.

«Las comunidades están en el mismísimo centro de la respuesta al sida y son imprescindibles para erradicarlo». 

No obstante, el progreso alcanzado con respecto a la reducción de las infecciones por el VIH se entremezcla con la cifra de 1,7 millones de personas que se vieron afectadas por el virus en 2018. 

Las nuevas infecciones por el VIH se redujeron un 28 % de 2010 a 2018 en África oriental y meridional, la región más afectada por el VIH. 

Como señal prometedora y alentadora, la tasa de incidencia del VIH entre las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes de la región con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años pasó de 0,8 % en 2010 a un 0,5 % en 2018, lo que supone un descenso de un 42 %. 

Sin embargo, las chicas y las mujeres jóvenes todavía son las más castigadas por las nuevas infecciones del VIH. Así, cuatro de cinco nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes del África subsahariana tienen lugar entre chicas. 

Fuera de África oriental y meridional, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido únicamente un 4 % desde 2010. 

De mayor preocupación es el aumento de nuevas infecciones por el VIH en algunas regiones.

La cifra anual de nuevas infecciones por el VIH aumentó un 29 % en Europa oriental y Asia central, un 10 % en Oriente Medio y África del Norte, y un 7 % en América Latina. 

«En muchos lugares del mundo se ha logrado un espectacular progreso en lo concerniente a la reducción de nuevas infecciones por el VIH, muertes relacionadas con el virus y actitudes discriminatorias, sobre todo en África oriental y meridional. Pero, desgraciadamente, la desigualdad de género y el rechazo a los derechos humanos siguen dejando a mucha gente atrás», afirmó la Sra. Byanyima. 

«Las injusticias sociales, la desigualdad, el no reconocimiento de los derechos de las personas, y el estigma y la discriminación están impidiendo avanzar en la lucha para acabar con el VIH y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible». 


*El Día Mundial del Sida ofrece una importante plataforma desde la que destacar el papel de las comunidades en un momento en el que la reducida financiación y el cada vez menor espacio dedicado a la sociedad civil hacen peligrar la sostenibilidad de los servicios y de los esfuerzos por defenderlos. 

Se requiere que las comunidades se movilicen mucho más, y cuanto antes, con el fin de derribar las barreras que impiden el paso a las comunidades que se encargan de hacer llegar los servicios, entre ellas las restricciones a los registros y la ausencia de modalidades sociales contractuales. 

Hoy en día se necesita más que nunca la fuerte defensa encabezada por las comunidades, con el objeto de garantizar que el sida continúe presente en la agenda política, que los derechos humanos se respeten y que quienes toman las decisiones y las ponen en práctica asuman sus responsabilidades. 




Website ONUSIDA: 
https://www.unaids.org/es