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jueves, 14 de noviembre de 2024

Un estudio Encuentra una Relación entre la Polifarmacia y un Mayor Riesgo de Caídas en Personas con el VIH

La polifarmacia en personas con el VIH se relaciona con una velocidad de marcha más lenta y con caídas recurrentes, según un estudio publicado en Clinical Infectious Diseases. 

Se comprobó que esta relación se mantenía incluso después de tener en cuenta la existencia comorbilidades médicas, el consumo de alcohol o el consumo de sustancias, entre otros factores. 

Este hallazgo subraya la necesidad de dar más relevancia a la identificación y manejo de la polifarmacia en la población de personas con el VIH. 

El tratamiento antirretroviral tiene una elevada eficacia y seguridad, lo que permite que las personas con el VIH puedan disfrutar de una esperanza de vida similar a la de la población general 

Igualmente, el tratamiento permite que una elevada proporción de personas con el VIH tengan una carga viral indetectable, lo que evita que el VIH pueda transmitirse a otras personas.

A pesar de ello, incluso las personas con el VIH en tratamiento presentan distintos grados de inflamación y activación inmunitaria crónica. Esto se traduce en un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, elevación del colesterol, depresión o cáncer, entre otras.

Muchas de las mencionadas dolencias también suelen estar asociadas al envejecimiento, pero pueden manifestarse de manera prematura en las personas con el VIH. 

En muchos casos, la aparición de estas enfermedades crónicas conlleva la necesidad de tomar medicaciones adicionales, lo que hace que las personas seropositivas vean aumentado el número de medicamentos que tienen que tomar. 

El término ‘polifarmacia’ se refiere al uso de numerosos fármacos (generalmente más de cinco) para tratar diversos problemas médicos. Es un término que se surge con frecuencia en el contexto de las personas que envejecen con el VIH, ya que a menudo requieren varios fármacos debido a la presencia de diversas enfermedades crónicas. Para arrojar más luz sobre este tema, se puso en marcha un estudio de EE UU para evaluar el impacto de la polifarmacia y la “hiperpolifarmacia” (definida como el uso simultáneo de 10 o más medicamentos por prescripción médica además de los antirretrovirales). 

En concreto, el equipo de investigadores decidió centrarse en el impacto de los distintos grados de polifarmacia sobre la velocidad de desplazamiento y las caídas. 

El estudio contó con la participación de 977 personas con el VIH. Al inicio del mismo, la mayoría de estas personas (84%) tenía entre 40 y 59 años y el 81% eran hombres y el 19% mujeres (determinado según el género asignado al nacer). En cuanto a las características étnicas, el 65% se identificó como personas blancas y el 35% como personas de color. 

El recuento medio de CD4 en el momento fue de 630 células/mm³, mientras que el recuento más bajo registrado en algún momento (nadir) fue de 197 células/mm³. 

Entre las principales comorbilidades existentes se encontraron neuropatía periférica (40% de los casos), diabetes (12%), enfermedad renal (10%) y enfermedad cardiovascular (6%). 

El 26% de las personas fumaba en el momento de iniciarse el estudio, mientras que el 21% usaba otras sustancias (excluyendo el tabaco). 

Las personas participantes se sometieron a revisiones periódicas semestrales. Se comprobó que un 24% de los participantes tomaba cinco o más medicamentos (además del tratamiento antirretroviral), mientras que un 4% recibía 10 o más medicamentos (hiperpolifarmacia). 

Como era de esperar, las tasas de polifarmacia aumentaron con la edad. Así, al 35% de las personas en la franja de 60 años o más se les habían prescrito cinco o más medicamentos (además de los antirretrovirales), en comparación con el 22% de las personas menores de 60 años. 

Es interesante señalar que, a pesar de que el número de comorbilidades fue similar en mujeres y hombres, se observó que las mujeres fueron más propensas a la polifarmacia.

Al determinar la familia de medicamentos, se vio que las mujeres tendieron a declarar un mayor consumo de opiáceos con receta (16%) en comparación con los hombres (8%). 

También se observó que, proporcionalmente, se recetaron más tratamientos hormonales a las mujeres que a los hombres, posiblemente debido a la menopausia. 

Por otro lado, también se calcula que aproximadamente el 81% de los participantes mayores de 65 años tomaban al menos un medicamento inadecuado. 

No obstante, los autores del estudio afirman que, para estar seguros de este aspecto, es necesario seguir investigando con los equipos médicos que atienden a las personas. 

Hasta el 40% de las personas participantes mostraba una velocidad de marcha lenta. Al analizar los datos teniendo en cuenta diversos factores como edad, sexo, etnia, nivel de estudios, el recuento de CD4, etc., se descubrió que la polifarmacia estaba significativamente relacionada con un mayor riesgo de marcha lenta. 

En el transcurso del estudio, hasta el 12% de los participantes declaró haberse caído al menos una vez y el 5%, dos o más veces. 


Hay que reseñar que aproximadamente el 4% de las personas que se cayeron sufrieron alguna fractura. El análisis de los datos reveló que la polifarmacia duplicó el riesgo de caídas, mientras que la hiperpolifarmacia llegó casi a quintuplicarlo. 

En sus conclusiones, los autores señalan que puede ser necesario prestar más atención a la gestión de la medicación de las personas con el VIH, especialmente en el caso de mujeres y personas mayores. 

Esto podría incluir la realización de intervenciones para reducir la polifarmacia y el uso inadecuado de la medicación, así como una mayor vigilancia de las interacciones entre fármacos. 

El equipo de investigadores considera que sus resultados apuntan a que la polifarmacia puede tener impactos negativos en la función física de las personas con el VIH y justifica que se incrementen los esfuerzos para identificar y reducir el riesgo de polifarmacia. 



Website Clinical Infectious Diseases: 
https://academic.oup.com/cid