Los pacientes que obtienen puntuaciones más elevadas podrían necesitar un seguimiento a largo plazo de la función Neurocognitiva.
Según un estudio estadounidense publicado en Clinical Infectious Diseases, la combinación de simples y rutinarias analíticas de sangre podría predecir qué personas con VIH son especialmente vulnerables al deterioro cognitivo.
Las personas con altas puntuaciones en el índice VACS (Estudio de Cohorte sobre Envejecimiento de Veteranos, por sus siglas en inglés) presentan una mayor probabilidad de desarrollar una disminución en las funciones Neurocognitivas además de ser más propensos a presentar nuevos problemas neurocognitivos.
El índice VACS evalúa la gravedad de la enfermedad en las personas con el VIH.
Este índice se basa en la edad, los indicadores de infección por el VIH (recuento de CD4 y carga viral) y los indicadores generales de funciones orgánicas tales como hemoglobina, plaquetas, alanina aminotransferasa (ALT) y aspartato aminotransferasa (AST) y coinfección por el virus de la hepatitis C.
Las puntuaciones más altas en el índice VACS se asocian al incremento del riesgo de muerte en estos pacientes, hospitalizaciones y también enfermedades que se manifiestan normalmente en personas de edad avanzada como la debilidad, las fracturas por fragilidad y una menor fuerza muscular.
A pesar de los avances en el tratamiento y cuidado, los problemas neurocognitivos siguen siendo comunes entre las personas que viven con VIH, presentándose entre en un 30 y 50% de ellos.
Aunque en la mayoría de estos pacientes el deterioro es leve, su desarrollo tiene un impacto negativo en las funciones de la vida diaria.
Los investigadores estadounidenses llevaron a cabo un estudio con 655 personas adultas con el VIH para evaluar si las puntuaciones en el índice VACS podían predecir el cambio en las funciones Neurocognitivas y la incidencia de deterioro cognitivo.
Todos los participantes del estudio fueron atendidos en la Universidad de California (San Diego) y recibieron seguimiento durante 6 años.
La media de edad era de 43 años, siendo el 83% hombres, el 60% personas de raza blanca, con una media de recuento de CD4 de 346 células/mm3, el 67 % había tenido un diagnóstico de sida, el 61% estaba recibiendo terapia antirretroviral y el 51% tenía la carga viral indetectable.
Tres cuartas partes refirieron historia de abuso de sustancias y los pacientes con trastorno psiquiátrico grave o daño cerebral fueron excluidos del estudio.
La función Neurocognitiva fue evaluada a través de una amplia batería de Tests.
Durante el estudio se evaluaron las siguientes variables: la asociación entre los datos iniciales del índice VACS y la subsiguiente variación en las funciones Neurocognitivas; si los cambios en las puntuaciones del índice VACS se correlacionaban con cambios en la función Neurocognitiva a largo plazo; y si las puntuaciones en el índice VACS predijeron el momento en el que se produciría deterioro cognitivo en pacientes con una función Neurocognitiva normal al inicio.
Los resultados de las evaluaciones muestran que un 40% de los participantes presentó deterioro cognitivo al inicio.
La puntuación media en el índice VACS fue de 22 que resultó similar entre los pacientes con y sin deterioro cognitivo.
Se observó que no existe una asociación significativa entre las puntuaciones iniciales de VACS y los cambios neurocognitivos.
Sin embargo, los resultados muestran una fuerte asociación entre mayores puntuaciones en el índice VACS y peor rendimiento Neurocognitivo global y de dominio, incluso después de ajustar los resultados por posibles factores de confusión.
Un mayor índice VACS fue asociado a puntuaciones más bajas en la memoria en pacientes que no toman terapia antirretroviral pero no en los que sí la toman.
El análisis del 60% de los pacientes que al inicio de la investigación no presentaban deterioro cognitivo reveló que aquellos con mayores puntuaciones en el índice VACS a nivel basal tuvieron más probabilidades de desarrollar una disminución en las funciones cognitivas.
Después de ajustar los resultados por factores tales como el recuento nadir de CD4 y la depresión en el inicio del estudio, esta asociación dejó de ser significativa.
Sin embargo, los cambios en el índice VACS sí se asociaron a cambios en la función Neurocognitiva a largo plazo en los pacientes con VIH.
Los pacientes con puntuaciones más altas en el índice VACS son más propensos a desarrollar una disminución de las funciones Neurocognitivas en comparación con aquellos que presentan puntuaciones bajas o moderadas en este índice.
Los investigadores señalan que las puntuaciones del índice VACS a nivel basal no son un buen predictor del cambio Neurocognitivo a largo plazo.
Sin embargo, las variaciones en las puntuaciones del índice VACS se asocian a cambios neurocognitivos y la presencia de altas puntuaciones en el índice VACS indicarían un riesgo notable de deterioro cognitivo.
Estos resultados muestran que el índice VACS se pueda considerar una herramienta para identificar qué pacientes con VIH están en riesgo de desarrollar deterioro Neurocognitivo justificándose de este modo un mayor seguimiento de las funciones Neurocognitivas en estos pacientes.
Dado que cada vez son más las personas con el VIH que alcanzan edades avanzadas y que el deterioro cognitivo es, además, un trastorno progresivo relacionado con el proceso del envejecimiento, la atención y el seguimiento clínicos del VIH debería incluir la detección de este tipo de complicaciones así como la evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud a través de las herramientas estandarizadas.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Marquine M., Montoya J., Umlauf A. et al. The Veterans Aging Cohort Study (VACS) Index and neurocognitive change: a longitudinal study.Clin Infect Dis, online edition. DOI: 10.1093/cid/ciw328, 2016.
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