En 1998 la Asamblea General de Naciones Unidas expresó su profunda preocupación por el hecho de que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) había adquirido proporciones de pandemia.
Al tomar nota de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado Día Mundial del SIDA el 1 de diciembre de 1998, la Asamblea destacó la importancia de la observancia adecuada de esa ocasión (resolución 43/15).[1]
La epidemia del SIDA es un constante desafío en la salud y el desarrollo a nivel mundial. Por todo el mundo 34 millones de personas viven con VIH y a pesar de que la infección ha disminuido casi un 25% entre 2001 y 2009, la epidemia avanza dejando atrás las posibles soluciones.[2]
En 2011, hubo unos 700,000 casos menos de nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial que en 2001.[3]
El Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, se ha convertido en uno de los días internacionales en el área de la salud más reconocidos; y en una oportunidad clave para crear conciencia, recordar a aquellos que han fallecido, y celebrar las victorias como el acceso a servicios de prevención y tratamiento[4].
El SIDA sigue siendo uno de los problemas de salud más graves del mundo; afecta trágicamente a las familias y debilita las comunidades y sociedades.
En su calidad de copatrocinadora, la UNESCO actúa en plena concordancia con el ONUSIDA para alcanzar el objetivo de cero nuevas infecciones de VIH, cero discriminaciones y cero fallecimientos relacionados con el SIDA.
Trabajamos en favor de “los tres ceros” ayudando a los países a dar a los jóvenes una mejor educación sobre el VIH y una educación sexual adecuada a su edad, y aunando esfuerzos con todas las partes interesadas a fin de centrar los esfuerzos en los jóvenes que tienen entre 10 y 20 años de edad[5].
Sin embargo, el VIH sigue afectando de forma desproporcionada a profesionales del sexo, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y personas que se inyectan drogas.
Una reciente revisión de datos en 50 países reveló que el 12% de las profesionales femeninas del sexo viven con el VIH y que la probabilidad de infección para las trabajadoras sexuales es 13,5 veces mayor que para los demás.
A menudo, los países con epidemias generalizadas, en los que más de uno de cada 100 adultos tienen el VIH, no reconocen la gravedad de la carga que enfrentan los trabajadores sexuales, casi uno de cada cuatro de los cuales viven con el VIH en sus ciudades capitales.[6]
A escala mundial, el número de personas con nuevas infecciones por el VIH descendió un 33% entre 2001 y 2012. No obstante, 2,3 millones de personas se infectan por el VIH cada año, de las cuales 1,6 millones viven en el África Subsahariana.[7]
En 2013, la OMS publicó nuevas directrices que simplifican el tratamiento y extienden los beneficios de los medicamentos antirretrovirales a un grupo de personas más numeroso.
Usar medicamentos antirretrovirales en etapas tempranas ayudará a que las personas seropositivas vivan más tiempo en condiciones más saludables y reducirá sustancialmente el riesgo de transmitir el VIH a otras personas.
Este cambio podría impedir la muerte de otros 3 millones de personas y prevenir otros 3,5 millones de nuevas infecciones del VIH de aquí a 2025[8].
Es importante señalar que de 1983 a 2011 la tasa de incidencia acumulada[9] por SIDA en nuestro país, muestra que el Distrito Federal concentra la mayor cantidad de casos, con una tasa de 270.60 casos por cada 100 mil habitantes, seguido por Guerrero (205.98) y Baja California (201.13).
Por el contrario, los estados que presentan las menores tasas son Zacatecas (57.88), Guanajuato (63.40) y Coahuila (65.88).[10]
Finalmente, es importante señalar que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ha reconocido al VIH Sida como una realidad que reclama la atención decidida de políticas de salud, pero también como un problema de derechos humanos.
No solamente porque la protección de la salud y la no discriminación son derechos humanos, ni únicamente porque las personas que viven con VIH son sujetos de todos los derechos humanos, ni exclusivamente porque la condición de vulnerabilidad de estas personas es importante, sino porque la misma repuesta al SIDA por parte de la sociedad en su conjunto, sólo será exitosa si se colocan los derechos humanos en el corazón de la misma.[11]
Website Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH): http://www.cndh.org.mx/