Un metaanálisis realizado a partir de los datos de 59 estudios sobre profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) ha revelado que el 41% de las personas que empezaron a tomar esta herramienta preventiva la habían abandonado en un plazo de seis meses.
Estas tasas fueron más elevadas en poblaciones distintas a las de hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH), llegando en algunas poblaciones incluso al 72% a los seis meses.
No obstante, algunos de estos estudios apuntan a que hasta el 47% de estas personas retomaron la PrEP antes de un año.
El análisis fue realizado por un equipo de investigadores chino y estadounidense y fue publicado en The Lancet HIV.
El estudio consistió en un metaanálisis de los datos procedentes de 59 estudios, en los que participaba un total de 43.917 personas.
Se consideró una interrupción cuando la persona informó de la misma, cuando no se realizó la reposición de recetas o cuando se produjo una pérdida de seguimiento no programada-
La tasa de interrupción fue del 41% en los seis meses siguientes al inicio de la PrEP y el 35% en los 12 meses siguientes.
La explicación a que la tasa de interrupción sea menor a los 12 que a los seis meses sería que las personas que reinician la PrEP pueden contabilizarse como personas que continuaron.
Dichos estudios fueron realizados en distintos continentes, aunque la mayor parte tuvieron su sede en América del Norte (54%) y el África subsahariana (22%).
En cuanto a la población implicada, casi la mitad (47%) eran hombres GBHSH o mujeres transexuales, aunque se dispuso de muy pocos datos sobre este último grupo de población como para poder extraer conclusiones por separado.
En conjunto, las tasas de interrupción en hombres GBHSH y mujeres trans fueron del 31%, ascendiendo hasta el 72% en el caso de hombres y mujeres heterosexuales.
Dichas tasas fueron del 62% entre la población de personas usuarias de drogas inyectables, del 51% entre las mujeres trabajadoras del sexo y del 43% en estudios en donde únicamente participaron mujeres y chicas adolescentes.
Cabe señalar que el número de estudios que cubrían algunos de estos grupos de
población era reducido, lo que hace difícil establecer conclusiones firmes.
Se contó con datos sobre la PrEP ‘a demanda’ procedentes de 7 estudios y se observó que las tasas de interrupción fueron más bajas entre las personas que seguían esta pauta.
A pesar de que las tasas de interrupción fueron más elevadas en los estudios realizados en el África subsahariana (llegando al 47,5%), una posible explicación es que en dichos estudios participaron grupos de población distintos a los hombres GBHSH o las mujeres trans.
En cuanto al resto de las regiones mundiales, las tasas de interrupción fueron más elevadas en América del Norte (38%), mientras que en la región de Asia y Pacífico fue del 33%, en Europa del 17% y en Sudamérica del 9% (aunque el análisis incluyó menos estudios de esta última región).
Como ya se ha mencionado, las tasas de interrupción fueron menores al considerar un periodo de 12 meses o más, frente a las obtenidas con seis meses o menos (35% frente al 41%).
Esta diferencia no fue tan pronunciada entre la población de hombres GBHSH (27% frente al 31,5%).
La incidencia de VIH fue mayor en aquellos estudios que registraron las tasas de interrupción más elevadas, aunque no fue un factor estadísticamente significativo en todos los estudios.
La tasa de interrupción, en todos los grupos de población, fue incluso mayor en aquellos estudios que no informaron de la incidencia.
La incidencia del VIH fue significativamente mayor entre los hombres GBHSH y mujeres trans con un valor superior al 0,5% en aquellos estudios con una tasa de interrupción de la PrEP del 33%. Por su parte, en los estudios en los que la incidencia anual era inferior al 0,5%, la tasa de interrupción estuvo solo en el 24%.
Algunos de los estudios indagaron los motivos por los cuales las personas habían abandonado la PrEP y las dos razones aducidas con mayor frecuencia fueron, con diferencia que las personas no toleraban los efectos secundarios de carácter agudo (25 estudios) y que consideraban que su riesgo de infección por al VIH era bajo (21 estudios).
Hay que destacar que la adherencia, a pesar de que suele considerarse un factor muy relevante, no fue nombrado con tanta frecuencia como habría cabido esperar (siete estudios).
También es importante señalar que en un estudio de Kenia descubrió que muchas personas empezaron a tomar la PrEP porque su pareja había sido diagnosticada del VIH, pero que, una vez esta alcanzó una carga viral indetectable, abandonaron la profilaxis.
Esto resulta especialmente relevante teniendo en cuenta que la percepción de encontrarse en una situación de riesgo fue la razón principal por la que las personas iniciaron la PrEP en otro gran estudio africano.
También se midió la adherencia en 24 estudios (en los que participaron 10.183 personas), para lo cual se emplearon distintos métodos: la medición directa del nivel de fármacos en sangre, la declaración de la propia persona o los datos de reposición de los fármacos en la farmacia.
En el caso de las personas que tomaban la PrEP diaria, la adherencia subóptima se definió como los datos de reposición que evidenciaran que se habían tomado el 80% o menos de las píldoras dispensadas (lo que equivale a una media de 5,6 días a la semana) o las declaraciones de la persona que indicasen que se habían tomado menos del 90%.
Se trata de unas consideraciones deliberadamente conservadoras para tener en cuenta el hecho de que las personas suelen sobrestimar su grado de adherencia.
La tasa global de adherencia subóptima fue del 38%. Al igual que en el caso de las interrupciones, estas tasas fueron mucho menores entre los hombres GBHSH y mujeres trans que en otros grupos de población: 75% en personas usuarias de drogas inyectables; 62% en el caso de las mujeres trabajadoras del sexo; 56% de tasa de adherencia subóptima en los estudios realizados únicamente con mujeres y niñas cis; y 49% en hombres y mujeres heterosexuales.
La adherencia subóptima también pareció estar asociada a la edad, siendo más probable entre las personas más jóvenes: el 62,5% de las personas de 24 años, frente al 34% de los mayores de 24 años.
En general, las tasas de adherencia subóptima reflejaron las tasas de interrupción, excepto en que mientras que las tasas de interrupción mejoraron con el tiempo (al volver las personas a tomar la PrEP), los niveles de adherencia disminuyeron de forma constante con el paso del tiempo.
Este descenso fue más marcado en los hombres GBHSH y en las mujeres trans.
Solo se dispuso de un estudio que midiera el nivel de adherencia en la PrEP ‘a demanda’ y se comprobó que tuvo una tasa de adherencia subóptima del 29% (frente al 36% en los estudios de PrEP diaria), pero se trató de un único estudio, con población de hombres GBHSH y mujeres trans y de pequeño tamaño, por lo que no pueden extrapolarse los resultados.
La tasa de incidencia del VIH estuvo mucho más vinculada a un pobre nivel de adherencia a la PrEP que a la tasa de interrupción.
En el conjunto de los estudios, la tasa de adherencia subóptima fue del 51% en los estudios que registraron una incidencia anual del VIH por encima del 0,5%, frente al 36% en aquellos que informaron de una tasa incidencia por debajo del 0,5%.
Sólo ocho estudios midieron la proporción de personas que reiniciaron la PrEP tras su interrupción.
En tres de ellos, el tiempo de seguimiento fue como máximo de 6 meses y en ellos, únicamente el 18% de personas reiniciaron la PrEP.
Sin embargo, en los estudios con periodos de seguimiento más prolongados se observó un número superior de casos de reinicio de la PrEP, así, mientras que la proporción de personas que volvieron a iniciar el tratamiento fue del 37% al considerar todos los estudios, este porcentaje fue del 47% en los estudios que contaron con más de 12 meses de seguimiento.
En sus conclusiones, los autores señalan que en cualquier implementación de programa de PrEP deberían diseñarse estrategias dirigidas a fomentar el reinicio de la PrEP como protección frente a un riesgo ya existente o nuevo.
Website Aidsmap:
https://www.aidsmap.com/
Website The Lancet:
https://www.thelancet.com/journals/lanhiv/home