Investigadores del Instituto Nacional del Cáncer, parte de los Institutos Nacionales de la Salud, y sus colaboradores han descubierto que las personas de ascendencia europea y africana que fueron hospitalizadas por COVID-19 tienen más probabilidades de portar una combinación particular de variantes genéticas en un gen conocido como OAS1 que los pacientes con enfermedad leve que no fueron hospitalizados.
Las personas con esta combinación de variantes genéticas también siguen siendo positivas para la infección por SARS-CoV-2 por más tiempo.
Sin embargo, el tratamiento con interferón puede reducir la gravedad de la COVID-19 en personas con estos factores genéticos.
Los interferones son un tipo de proteína que puede ayudar al sistema inmunitario del cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades, como el cáncer.
El estudio aparece el 14 de julio en Nature Genetics.
Estos hallazgos se basan en estudios previos que sugirieron que los factores genéticos, como las variantes genéticas que afectan las proteínas antivirales de la OEA que facilitan la detección y descomposición del virus SARS-CoV-2, pueden influir en el riesgo de infección por SARS-CoV-2.
Los investigadores del NCI y sus colaboradores descubrieron que el tratamiento de las células con un interferón disminuyó la carga viral del SARS-CoV-2.
Los investigadores también analizaron datos de un ensayo clínico en el que los pacientes con COVID-19 que no estaban hospitalizados fueron tratados con interferón recombinante pegIFN-λ1 y encontraron que el tratamiento mejoró la eliminación viral en todos los pacientes; aquellos con las variantes de riesgo OAS1 fueron los más beneficiados.
Los resultados sugieren que el tratamiento con interferón puede mejorar los resultados de COVID-19 y específicamente en pacientes con ciertas variantes genéticas OAS1 que tienen una capacidad reducida para eliminar la infección.
Website Nature Genetics:
https://www.nature.com/ng