Hoy, con motivo del Día Mundial de la Vacuna contra el Sida, hemos de recordar que la epidemia del VIH sigue devastando la vida de millones de personas en todo el mundo, dejando niños huérfanos, asolando comunidades y afectando a las economías.
Para frenar esta pandemia, es preciso un auténtico compromiso mundial y debemos consagrarnos continuamente a esta tarea.
Hoy, en IAVI, somos más optimistas que nunca respecto a la posibilidad de que el desarrollo de una vacuna preventiva del VIH que ayude a poner fin a la pandemia esté por fin al alcance de la mano.
Décadas de dedicación por parte de investigadores, donantes, activistas y voluntarios han dado como fruto una reciente oleada de emocionantes descubrimientos y datos alentadores.
Sin embargo, descifrar estas prometedoras pistas para desarrollar una vacuna segura y eficaz contra el sida exigirá una gran concentración en el objetivo, así como la capacidad de diseñar con rapidez enfoques que tengan en cuenta la información más actualizada.
Hacer realidad la visión de un mundo sin sida precisa de energía, persistencia e ideas innovadoras de los adalides en este campo, tanto recién llegados como veteranos, así como del valor y compromiso constantes de las personas que participan de forma voluntaria en los estudios de vacunas contra el VIH.
Las vacunas cuentan con la capacidad de salvar y mejorar vidas. Las campañas de inmunización están sirviendo para proteger a millones de personas frente al sarampión, la neumonía y algunos virus causantes de cánceres.
Asimismo, la vacuna contra la polio prácticamente ha conseguido erradicar una enfermedad que había azotado al mundo durante siglos. Dicho de forma más sencilla, las vacunas funcionan.
Los nuevos datos procedentes de modelos matemáticos, hechos públicos hoy por IAVI y nuestros socios del Futures Institute, ilustran lo que, para los países de rentas bajas y medias, podría suponer una vacuna contra el sida eficaz.
Los resultados son sorprendentes: en un escenario donde los programas de prevención del VIH ya existentes se mantengan al mismo nivel y donde, en 2020, se introduzca una vacuna contra el sida de una eficacia únicamente del 50%, sólo en la década siguiente se evitarían 5,2 millones de nuevas infecciones en países de ingresos bajos y medios.
Más aún, el modelo también pone de relieve que una vacuna reduciría de forma notable el número de nuevas infecciones incluso en el caso de que los programas de prevención y tratamiento existentes alcanzaran los objetivos fijados recientemente por el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH/Sida (ONUSIDA) antes de que se introdujese la vacuna.
La combinación de una ampliación gradual de los programas de prevención y esa misma vacuna con una eficacia del 50% permitiría evitar casi 20 millones de nuevas infecciones para el año 2030.
Cada infección que se evitase supondría una persona que no necesitaría recibir un tratamiento antirretroviral de por vida para evitar sufrir enfermedades relacionadas con el sida o fallecer.
Aunque las incertidumbres inherentes al proceso de investigación y desarrollo hacen difícil determinar con precisión cuándo estará disponible una futura vacuna preventiva del VIH, nuestras previsiones caracterizan el enorme impacto que puede tener una vacuna en combinación con otras medidas de prevención de la infección en países de rentas bajas y medias.
Para poner fin a la pandemia de sida, debemos aprovechar al máximo el potencial de las herramientas preventivas existentes, al tiempo que nos esforzamos por acelerar el desarrollo y distribución de una vacuna contra el VIH, así como de otras nuevas opciones de prevención que resultan acuciantemente necesarias para tantas personas que viven con riesgo de infección, incluyendo mujeres, niños, poblaciones vulnerables y todas aquellas que no son conscientes de que viven en situación de riesgo.
Por desgracia, los primeros datos procedentes del Grupo de Trabajo sobre Búsqueda de Recursos para Vacunas y Microbicidas contra el VIH (HIV Vaccines and Microbicides Resource Tracking Working Group) evidencian que el descenso de financiación en la investigación de vacunas contra el VIH, que comenzó en 2008, se prolongó a lo largo de 2011.
Para alcanzar nuestro objetivo común de disponer de una vacuna contra el sida segura y eficaz es preciso invertir esta tendencia.
En este Día Mundial de la Vacuna contra el Sida, IAVI quiere hacer llegar su sincero agradecimiento a todas y cada una de las personas en gran medida olvidadas, incluyendo investigadores, artífices de políticas, activistas, donantes y voluntarias, por su incansable esfuerzo y dedicación en la tarea de desarrollar una vacuna contra el VIH para ayudar a frenar la pandemia de Sida.
Articulo:
Ventajas adicionales del desarrollo de una vacuna contra el Sida:
Website IAVI: