La correcta selección de medicamentos y su monitorización serían cruciales para evitar problemas de toxicidad o eficacia.
Según un estudio publicado en BMC Gastroenterology, boceprevir y telaprevir, los dos fármacos contra el virus de la hepatitis C (VHC) de aprobación más reciente -y que serán los primeros de una larga lista de antivirales de acción directa-, podrían presentar importantes interacciones con fármacos empleados para el tratamiento de problemas de salud mental.
Boceprevir y telaprevir han supuesto un avance en el tratamiento contra el VHC en términos de eficacia, pero, como se administran junto a interferón pegilado y ribavirina, no proporcionan mejoras en el perfil de tolerabilidad de la terapia.
Los problemas de tipo psiquiátrico son frecuentes en personas que toman interferón pegilado -especialmente la depresión- y constituyen uno de los principales responsables de pérdida de calidad de vida durante el tratamiento anti-VHC.
Ello puede traducirse en mala adherencia e interrupciones del tratamiento, además de las propias consecuencias directas de este tipo de efectos adversos.
Boceprevir y telaprevir no han sido relacionados con este tipo de efectos secundarios, pero, dada su metabolización a través del citocromo P450, podrían interaccionar con muchos fármacos usados para el tratamiento de afecciones psiquiátricas.
Para establecer si las terapias triples basadas en boceprevir o telaprevir incrementan el riesgo de padecer efectos secundarios de tipo psiquiátrico o alteran las concentraciones de los fármacos utilizados para tratarlos, investigadores canadienses decidieron llevar a cabo un estudio retrospectivo en el que incluyeron estudios publicados, presentaciones de conferencias e información obtenida a través de las compañías propietarias de los dos medicamentos.
En su análisis de los estudios, los investigadores, a pesar del limitado número de datos al respecto, no hallaron diferencias significativas en términos de efectos adversos psiquiátricos entre las personas tratadas con terapia triple y aquellas tratadas únicamente con interferón pegilado y ribavirina.
Sin embargo, al evaluar las potenciales interacciones, los investigadores encontraron que estas podrían tener lugar con fármacos de tres grandes familias de medicamentos psicotrópicos: antidepresivos, ansiolíticos, antiepilépticos y antipsicóticos.
En cuanto al uso de antidepresivos, tras su análisis, los autores concluyeron que debería evitarse el empleo conjunto de terapia triple anti-VHC y duloxetina o nefazodona.
La utlización de sertralina, mirtazapina, venlafaxina y antidepresivos tricíclicos tales como amitriptilina junto a la terapia triple debería hacerse con precaución y una monitorización adecuada.
Una mayor monitorización y posibles ajustes de dosis serían necesarios en el caso de escitalopram, citalopram, bupropión, desvenlafaxina y nortriptilina.
Con relación a los ansiolíticos de la familia de las benzodiazepinas, las más recomendables para ser tomadas junto a la terapia triple anti-VHC (por tratarse de medicamentos con poco impacto hepático y una vía de metabolización distinta al citocromo P450) serían lorazepam, oxazepam y temazepam.
Respecto a los anticonvulsivos, el ácido valproico no interaccionaría con boceprevir y telaprevir, pero su utilidad sería limitada a determinadas personas con buena función hepática, ya que presenta cierta toxicidad a ese nivel.
Carbamazepina estaría contraindicada por su metabolismo a través del citocromo P450.
No se aconsejaría el empleo de lamotrigina por su riesgo de exantema cutáneo, un efecto adverso común con la terapia triple.
Gabapentina y pregabalina no interaccionarían, por lo que podrían ser utilizadas junto a boceprevir o telaprevir.
Por último, los investigadores pusieron de manifiesto la necesidad de monitorización y posibles ajustes de dosis con los fármacos antipsicóticos; destacaron que, en el caso del empleo de litio en personas con trastorno bipolar o manía, el fármaco no interaccionaría con la terapia triple.
Los resultados del presente estudio muestran la importancia de controlar y monitorizar las interacciones en personas bajo terapia triple anti-VHC y problemas psiquiátricos, dado que dichas interacciones podrían afectar a la eficacia y seguridad tanto del tratamiento contra la hepatitis C como de las dolencias de tipo psiquiátrico.
Referencia: Sockalingam S et al. Psychiatric treatment considerations with direct acting antivirals in hepatitis C. BMC Gastroenterology 13: 86, 2013.
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