Aunque el aplicador rectal utilizado en los ensayos clínicos se muestra mucho más efectivo que la aplicación manual, su uso puede resultar menos aceptable y cómodo para los potenciales usuarios.
El uso de un gel microbicida rectal aplicado de forma diaria o bien antes y después de mantener relaciones sexuales anales receptivas está siendo evaluado actualmente como profilaxis preexposición al VIH (PrEP).
El estudio MTN-017 comparó la seguridad y aceptabilidad de una PrEP oral con Truvada® (Tenofovir/Emtricitabina) frente a un gel basado en Tenofovir al 1%.
Los participantes de la fase II de este ensayo consideraron que el gel resultó casi igual de fácil de usar que la PrEP oral y afirmaron que estaban dispuestos a utilizarlo durante el sexo (aunque no de forma diaria).
No obstante, en su mayoría, las personas voluntarias declararon que preferirían la profilaxis oral antes que el gel si tuvieran que elegir entre ambos métodos.
La opinión de los participantes sobre la aceptabilidad de estas dos herramientas de prevención del VIH (comprimido oral frente al gel rectal) podría responder a la vía de administración.
En el ensayo MTN-017 a los participantes se les proporcionó un aplicador rectal para que pudieran introducir el gel en el recto.
El aplicador tiene la ventaja de liberar la dosis precisa en la superficie adecuada; sin embargo, por su tamaño y forma, podría resultar un método poco atractivo y aceptable para los potenciales usuarios.
Teniendo en cuenta que muchas personas utilizan lubricante en las relaciones sexuales anales los expertos se han planteado si un gel microbicida rectal formulado y aplicado como lubricante podría ser utilizado en la prevención del VIH y si este sistema de aplicación ofrecería una protección del tejido anal similar a la observada con el aplicador rectal.
Durante la pasada Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2016), celebrada el mes de febrero en la ciudad de Boston (EE UU), se presentaron los resultados de un estudio que arrojan más luz sobre esta cuestión.
El objetivo de este pequeño ensayo fue evaluar si un gel microbicida rectal aplicado de la misma manera que se utilizan los lubricantes podría liberar el mismo volumen y en las mismas áreas del colón que el gel administrado por medio de un aplicador rectal.
En el estudio participaron cinco hombres seleccionados por practicar de sexo anal receptivo y se utilizó gel y lubricante radiomarcados cuya presencia puede ser detectada mediante el uso de una tomografía computarizada de emisión monofotónica (SPECT/CT, por sus siglas en inglés).
Los participantes utilizaron en primer lugar un gel radiomarcado (3,5 o 10 mL) administrado por vía rectal por medio de un aplicador de 4 centímetros fijado a una jeringa.
Tras un periodo de lavado, los mismos participantes se aplicaron un gel lubricante radiomarcado (10 mL) con los dedos de la misma que se utiliza el lubricante en las relaciones sexuales anales.
Tras la aplicación manual, los participantes utilizaron un falo artificial para simular una relación anal receptiva y garantizar la extensión del lubricante en la superficie del recto.
Se llevaron a cabo SPECT/TC cuatro horas después de la aplicación de cada producto.
El gel administrado por ambos métodos se situó en el colón rectosigmoide, a una mediana de 7,7 centímetros (rango intercuartil [RIC]: 5,2-13,4) desde la unión anorrectal.
Sin embargo, el método de aplicación manual se asoció con una distribución más variable –12,5 cm (RIC: 7,3-37,0)– que el uso del aplicador rectal que tuvo un distribución más uniforme –18,1 cm (RIC: 17,35-18,5).
Además con la aplicación manual del gel como lubricante, los participantes utilizaron solo 2,7 mL (RIC: 1,8-6,6) de los 10mL que contenía la dosis, es decir se retuvo aproximadamente un 3% del producto en el colon.
En comparación, con el aplicador rectal se retuvo un 95% del gel en el colon con la dosis de 10mL y un 88%, con la dosis de 3,5mL.
La aplicación manual del gel a una dosificación de 10mL se asoció a una exposición 32 veces menor que el uso de un aplicador rectal del gel a la misma dosificación.
Los investigadores también midieron hasta qué punto el gel se distribuyó a lo largo del colón utilizando para ello pruebas de imagen SPECT/CT y el uso de un algoritmo computarizado para calcular las concentraciones de gel.
Los investigadores hallaron que, si bien la distribución del gel fue similar tanto con la administración manual como con el uso del aplicador rectal, la dosificación manual se asoció con una distribución menos consistente del producto a través del colón.
En sus conclusiones, los investigadores señalan que un gel microbicida rectal aplicado como lubricante podría no proporcionar concentraciones apropiadas del fármaco o una cobertura suficientemente protectora de la mucosa en las localizaciones donde se necesita.
Además, consideran que la dosificación del lubricante podría requerir un formulación diferente a la dosificación del aplicador rectal, por ejemplo aumentando hasta el 10% la concentración de fármaco contenido en el potencial lubricante microbicida en lugar del 1% utilizado en el gel microbicida rectal que está siendo evaluado en los ensayos clínicos.
Los resultados de este pequeño estudio así como los resultados de aceptabilidad de los diferentes productos preventivos utilizados en el estudio MTN-017 ponen de manifiesto que, si en un futuro se aprueba un gel microbicida rectal como PrEP, será fundamental para su éxito hallar un método de aplicación que resulte fácil y aceptable para los potenciales usuarios.
Fuente: Beta blog
Referencia: Shieh E, Weld E, Fuchs EJ, et al. Gel applied as anal lube without applicator provides poor rectal mucosal coverage. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Boston, February 22-25, 2016. Abstract 169bLB.
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