Un estudio reciente encontró que de 1995 a 2009, el 10 por ciento de todas las muertes entre una gran cohorte de personas en tratamiento contra el VIH estaban relacionadas con el cáncer.
A medida que la tasa general de mortalidad entre las personas que reciben tratamiento contra el VIH disminuyó durante los primeros 15 años de la era moderna de los antirretrovirales, las muertes atribuibles a los cánceres que no definen el SIDA aumentaron, llegando al 10% de todas las muertes.
(NA-ACCORD) analizaron datos sobre 46.956 personas con VIH que recibieron tratamiento antirretroviral (ARV) en 13 cohortes norteamericanas entre 1995 y 2009.
Ninguna de las investigaciones Los participantes habían sido diagnosticados con cáncer en el inicio del estudio.
El ochenta y tres por ciento de la cohorte del estudio eran varones.
La edad mediana de los miembros de la cohorte al ingresar al estudio fue de 42,5 años.
En ese momento, el 30,3 por ciento de los participantes tenía un recuento de CD4 por debajo de 200 y el 40,8 por ciento tenía una carga viral por debajo de 500.
Entre aquéllos cuya condición de fumar se conocía, el 75,5 por ciento informó haber fumado.
El respectivo 7 por ciento y 23,7 por ciento de la cohorte tenían el virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC).
Los participantes fueron seguidos durante un acumulado de 267.145 años, o un promedio de 5,7 años.
Durante el seguimiento, 8,956 de ellos murieron, por una tasa de mortalidad general de 3,35 por ciento al año.
Un total de 1.997 de los participantes fueron diagnosticados con cáncer por primera vez durante el seguimiento; 1.069 (53.5 por ciento) de ellos murieron.
Las muertes entre los diagnosticados con cáncer constituyeron el 11.9 por ciento de todas las muertes entre la población total participante.
Los investigadores estiman que durante el período del estudio, el 9,8 por ciento de todas las muertes fueron resultado del cáncer, incluyendo el 7,1 por ciento atribuible a los NADC y el 2,6 por ciento a los cánceres que definen el SIDA.
La mayoría de las muertes por cáncer fueron el resultado de linfoma no Hodgkin, cáncer de pulmón y cáncer de hígado.
La tasa de mortalidad relacionada con los NADC fue mucho mayor en los hombres que en las mujeres y aumentó considerablemente con la edad.
Las tasas de mortalidad atribuibles a ADC y NADC fueron más altas cuando los individuos tenían un recuento bajo de CD4.
Durante el período de estudio, la mortalidad general disminuyó entre la población participante, mientras que las muertes relacionadas con el NADC aumentaron.
En consecuencia, una proporción creciente de muertes entre los participantes se atribuyó a los NADC, alcanzando el 10,1 por ciento de todas las muertes durante el período 2006 a 2009.
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