Dos estudios estadounidenses han concluido que las personas con el VIH se encontrarían en mayor riesgo que las seronegativas de experimentar sintomatología grave tras adquirir mpox –nombre recientemente acuñado para denominar a la hasta ahora llamada viruela del mono– especialmente si no se encuentran en tratamiento antirretroviral y presentan bajos niveles de CD4.
Durante la pasada primavera se detectó un brote de mpox fuera de las zonas africanas de donde es endémica. Este hecho llevó finalmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a considerar el brote como una emergencia internacional para la salud pública e instar a los países a llevar a cabo una serie de medidas de contención.
Desde entonces –según datos de la OMS- se han detectado más de 84.000 casos en 110 países y se han registrado 80 fallecimientos.
La mayoría de los casos de dicho brote se dieron en hombres gays, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) y, tras un pico a finales de verano, su incidencia se ha reducido a la mínima expresión en la mayoría de países.
La proporción de personas con el VIH entre las afectadas por el presente brote ha oscilado entre el 25% y el 40% en función del país. Este hecho llevó a investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) de EE UU a analizar el impacto del VIH sobre la gravedad los casos de mpox registrados durante el brote en el país.
Un total de 29.980 casos de mpox se detectaron entre el inicio del brote y la actualidad.
El 40% de los casos se dieron en personas con el VIH –porcentaje que alcanzó el 70% en algunos estados–.
La proporción de personas de etnia negra o latinoamericana con mpox fue avanzando a medida que evolucionaba el brote.
Dicho fenómeno se asemejaría al observado históricamente en la epidemia del VIH que fue permeando con el tiempo en las comunidades con mayores tasas de pobreza.
Entre el 10 de agosto y el 10 de octubre de 2022, los investigadores analizaron 57 casos de hospitalización por mpox.
Todos excepto 3 eran hombres. La mediana de la edad era de 34 años, el 68% de estas personas eran de etnia negra y el 23% no tenían residencia fija.
El 82% de estas personas tenían el VIH, de las cuales solo un 9% se encontraban en tratamiento antirretroviral antes del diagnóstico de mpox.
El 72% de las personas con pruebas de los niveles de CD4 disponibles tenían recuentos inferiores a 50 células/mm3 (estado de inmunosupresión avanzada).
Todos los pacientes hospitalizados presentaban lesiones cutáneas graves y dos tercios de ellos tenían lesiones graves en mucosas. Algunos presentaban incluso problemas pulmonares, oculares y cerebrales.
El 30% requirieron de su ingreso en la unidad de cuidados intensivos y el 21% (12 personas) fallecieron. En cinco de los fallecimientos se atribuyó a la mpox el ser la causa principal o un factor contribuyente al desenlace fatal.
En algunas de las personas ingresadas se detectó un retraso de hasta un mes entre el primer día que solicitaron atención médica y el inicio del tratamiento frente a la mpox. Más del 90% recibieron el antiviral tecovirimat por vía oral y un 65% lo acabó recibiendo por vía intravenosa.
Los investigadores apuntan a que en personas en estado de inmunosupresión avanzada puede ser necesario modificar los protocolos de tratamiento habituales frente a la mpox, anticipando el inicio del tratamiento y prolongando su uso durante más tiempo de lo habitual.
El segundo estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Georgia (EE UU), comparó las características y manifestaciones clínicas de personas con diagnóstico de mpox en función de su estado serológico al VIH.
Los datos de partida fueron los de una cohorte estadounidense conocida como TriNetX.
Hasta el 1 de septiembre de 2022, los investigadores identificaron 322 casos de mpox en adultos, de los que el 29% tuvieron lugar en personas con el VIH.
La mayoría de casos se dieron en personas de alrededor de 30 años. Todos los casos con el VIH eran hombres, hecho que llevó a incluir solo a hombres en el análisis para que los grupos fueran comparables.
Los porcentajes de personas de etnia negra (24% frente a 11%) y de latinoamericana (24% frente a 11%) fueron superiores entre aquellos participantes con mpox y VIH.
Aunque poder establecer el grado de control del VIH entre los participantes presentó serias limitaciones por la ausencia de datos en algunos de ellos, el promedio del recuento de CD4 fue de 587 células/mm3, lo que permitiría estimar que el control de la infección era, en general, bueno.
Al contrario que en otros estudios realizados al respecto, las prácticas sexuales de alto riesgo y la coexistencia de otras infecciones de transmisión sexual fueron fenómenos poco frecuentes en ambos grupos comparados –aunque ello podría también deberse a que dichos datos podrían no haberse registrado-.
Las personas con mpox y el VIH presentaron una probabilidad de tener exantema cutáneo (25% frente a 11%, respectivamente); dolor rectal (25% frente a 10%, respectivamente); abscesos anales o rectales (11% frente a 0%, respectivamente); fimosis (11% frente a 0%, respectivamente), neumonía (11% frente a 0%, respectivamente) y amigdalitis (11% frente a 0%, respectivamente) superiores a las observadas en personas seronegativas con mpox.
Las personas con el VIH y mpox presentaron una probabilidad de precisar de la atención en urgencias (53% frente a 29%, respectivamente) o de ser hospitalizadas (11% frente a 4%, respectivamente) superior a la observada en personas sin el VIH, aunque presentaron una menor probabilidad de ser atendidas por el servicio de emergencias médicas (42% frente a 58%, respectivamente).
No se reportó ningún fallecimiento.
Los resultados de los presentes estudios apuntan a una mayor susceptibilidad a las consecuencias de la mpox en personas con el VIH.
Aunque ello estaría especialmente relacionado con un mal control de la infección por el VIH en el contexto de la exclusión social, el segundo estudio también apunta a peores resultados clínicos de la mpox en el contexto de una infección por el VIH con niveles de CD4 superiores a 500 células/mm3.
Será importante que sigan realizándose estudios retrospectivos sobre el reciente brote de mpox para ir fijando aquellos hallazgos más relevantes en el contexto de la infección por el VIH que mejoren la atención y el seguimiento de la mpox en este colectivo.
Website AIDS Journal:
https://journals.lww.com/aidsonline/