Acondicionar los pulmones con interferón gamma, una proteína natural del sistema inmunológico (citocina) mejor conocida por combatir infecciones bacterianas, parece ser un potente antiviral para el SARS-CoV-2, según científicos y colegas de los Institutos Nacionales de Salud.
Su nuevo estudio, publicado en Nature Communications, muestra en dos modelos de ratón diferentes que cuando una infección bacteriana desencadena la liberación de interferón gamma en los pulmones, esos animales posteriormente quedan protegidos de la infección por el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID. -19.
Los investigadores informan además que el uso de interferón gamma recombinante en la nariz de los ratones del estudio en el momento de la exposición viral reduce sustancialmente la infección por SARS-CoV-2 y la enfermedad por COVID.
Los científicos principales del proyecto sugieren realizar más pruebas con interferón gamma, solo y en combinación con otros tratamientos, para limitar la infección temprana por SARS-CoV-2 en las personas.
También plantean la hipótesis de que las personas con infecciones bacterianas previas que liberan naturalmente interferón gamma en sus pulmones pueden ser menos susceptibles al COVID-19.
El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de los NIH dirigió el proyecto con colaboradores del Instituto Malaghan de Investigación Médica de Nueva Zelanda.
Anteriormente, el equipo de investigación había observado que una vacuna contra la tuberculosis, conocida como BCG, administrada por vía intravenosa para establecer una infección pulmonar leve, proporcionaba posteriormente una fuerte protección contra la exposición al SARS-CoV-2.
El nuevo estudio revela que el interferón gamma, liberado por el sistema inmunológico en respuesta a la vacuna BCG, es necesario para la inmunidad antiviral observada contra el SARS-CoV-2.
Los investigadores también examinaron el mecanismo por el cual el interferón gamma protege contra el SARS COV-2 y presentaron evidencia de que la citocina se dirige a las células epiteliales del pulmón, un sitio importante de replicación viral temprana, limitando así su propagación.
Cuando comenzó el proyecto, el equipo de investigación no esperaba que el interferón gamma fuera el componente necesario para la protección contra el SARS-CoV-2.
Tradicionalmente, se sabe que otras formas de interferón (alfa, beta y lambda) combaten los virus, pero no el gamma. Así, sus hallazgos revelan una función antiviral recientemente apreciada para esta citocina.
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