¿Quiénes somos?

Tampico-Madero-Cd. Victoria, Tamaulipas, Mexico
Centro Nacional de Capacitación y Educación para la Prevención, Tratamiento y Cuidado del VIH/Sida

¡Bienvenidos!

México

Hora actual en
Mexico City, México

Espacio de Intercambio de Información, para Promover la Asistencia y Atención Médica en Instituciones de Salud y Asociaciones Civiles de Respuesta al Sida, con Marco de Lineamientos en Derechos Humanos.

Así como Promover, Difundir y Aplicar los Programas que las Instituciones Públicas y Privadas, Nacionales e Internacionales, y que Favorezca la Restitución, Atención y Tratamiento de las Personas con VIH/Sida.

Fortaleciendo así la Capacidad Médica Integral.

miércoles, 14 de agosto de 2024

Las Prohibiciones de las Redes Sociales podrían Privar a los Adolescentes de Ayuda en Materia de Salud Mental

Los efectos de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes no se comprenden bien. 

Eso no ha impedido que el Congreso, las legislaturas estatales y el director general de servicios de salud de Estados Unidos sigan adelante con prohibiciones de edad y etiquetas de advertencia para YouTube, TikTok e Instagram. 

Pero el énfasis en los temores sobre las redes sociales puede hacer que los responsables de las políticas pasen por alto los beneficios para la salud mental que brindan a los adolescentes, dicen investigadores, pediatras y las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina. 

En junio, el director general de servicios de salud Vivek Murthy, el principal médico del país, pidió que se incluyan etiquetas de advertencia en las plataformas de redes sociales. 

El Senado aprobó la Ley de Seguridad Infantil en Internet bipartidista y un proyecto de ley complementario, la Ley de Protección de la Privacidad Infantil y Adolescente en Internet, el 30 de julio. 

Y al menos 30 estados tienen legislación pendiente relacionada con los niños y las redes sociales, desde prohibiciones de edad y requisitos de consentimiento de los padres hasta nuevos cursos de alfabetización digital y mediática para estudiantes de K-12. 

La mayoría de las investigaciones sugieren que algunas características de las redes sociales pueden ser perjudiciales: el contenido impulsado por algoritmos puede distorsionar la realidad y difundir información errónea; las notificaciones incesantes distraen la atención y perturban el sueño; y el anonimato que ofrecen los sitios puede envalentonar a los acosadores cibernéticos. 

Pero las redes sociales también pueden ser útiles para algunos jóvenes, dijo Linda Charmaraman, científica investigadora y directora del Laboratorio de Investigación sobre Juventud, Medios y Bienestar en los Centros Wellesley para Mujeres. 

Para los niños de color y los jóvenes LGBTQ+, y otras personas que pueden no verse ampliamente representados en la sociedad, las redes sociales pueden reducir el aislamiento, según la investigación de Charmaraman, que se publicó en el Manual de uso de medios digitales y salud mental en adolescentes.

Las prohibiciones por edad, dijo, podrían afectar desproporcionadamente a estos grupos marginados, que también pasan más tiempo en las plataformas.

“Al principio piensas: ‘Eso es terrible. Tenemos que sacarlos de eso’”, dijo. 

“Pero cuando descubres por qué lo están haciendo, es porque les ayuda a tener una sensación de afirmación de identidad cuando hay algo que falta en la vida real”. 

Arianne McCullough, de 17 años, dijo que usa Instagram para conectarse con estudiantes negros como ella en la Universidad Willamette, donde aproximadamente el 2% de los estudiantes son negros. 

“Sé lo aislante que puede ser sentirse como si fueras la única persona negra, o cualquier minoría, en un espacio”, dijo McCullough, una estudiante de primer año de Sacramento, California.

“Por eso, tener a alguien a quien pueda enviarle un mensaje de texto rápidamente y simplemente decirle: ‘Vamos a pasar el rato’, es importante”.

Después de aproximadamente un mes en Willamette, que está en Salem, Oregon, McCullough armó una red social con otros estudiantes negros. 

“Todos estamos en un pequeño chat grupal”, dijo. “Hablamos y hacemos planes”. 

Las redes sociales no siempre han sido tan útiles para McCullough. Después de que las escuelas de California cerraran durante la pandemia, McCullough dijo que dejó de competir en fútbol y atletismo. 

Aumentó de peso, dijo, y su muro de redes sociales promocionaba constantemente ejercicios en casa y dietas de ayuno. 

“Ahí es donde entraron las comparaciones corporales”, dijo McCullough, señalando que se sentía más irritable, distraída y triste. 

“Me comparaba con otras personas y cosas de las que antes no era consciente”. 

Cuando su madre intentó quitarle el teléfono inteligente, McCullough respondió con un arrebato emocional. 

“Definitivamente era adictivo”, dijo su madre, Rayvn McCullough, de 38 años, de Sacramento. 

Arianne dijo que, con el tiempo, se sintió más feliz y más ella misma una vez que redujo el uso de las redes sociales. 

Pero el miedo a perderse algo finalmente volvió a aparecer, dijo Arianne. “Extrañaba ver lo que hacían mis amigos y tener una comunicación fácil y rápida con ellos”. 

Durante una década, antes de que la pandemia de COVID-19 desencadenara lo que la Academia Estadounidense de Pediatría y otros grupos médicos declararon “una emergencia nacional en la salud mental de niños y adolescentes”, un mayor número de jóvenes había estado luchando con su salud mental. 

Más jóvenes reportaban sentimientos de desesperanza y tristeza, así como pensamientos y comportamientos suicidas, según encuestas de comportamiento de estudiantes de noveno a duodécimo grado realizadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. 

Se ha culpado al mayor uso de las redes sociales inmersivas (como la interminable lista de videos en YouTube, TikTok e Instagram) de contribuir a la crisis. 

Pero un comité de las academias nacionales descubrió que la relación entre las redes sociales y la salud mental de los jóvenes es compleja, con posibles beneficios y daños. 

La evidencia del efecto de las redes sociales en el bienestar infantil sigue siendo limitada, informó el comité este año, al tiempo que pidió a los Institutos Nacionales de Salud y otros grupos de investigación que prioricen la financiación de dichos estudios. 

En su informe, el comité citó la legislación de Utah del año pasado que impone límites de edad y tiempo al uso de las redes sociales por parte de los jóvenes y advirtió que la política podría ser contraproducente. 

“La intención de los legisladores de proteger el tiempo para el sueño y el trabajo escolar y de prevenir al menos algún uso compulsivo podría fácilmente tener consecuencias no deseadas, tal vez aislando a los jóvenes de sus sistemas de apoyo cuando los necesitan”, decía el informe. 



Website Cambridge University: 
https://www.cambridge.org/universitypress