Nuevos hallazgos de la Iniciativa de Investigación de COVID para Mejorar la Recuperación (RECOVER) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) sugieren que la infección con SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, puede estar asociada con un aumento en el número de casos de encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC).
Según los resultados, el 4,5% de los participantes post-COVID-19 cumplieron con los criterios de diagnóstico de EM/SFC, en comparación con el 0,6% de los participantes que no habían sido infectados por el virus SARS-CoV-2.
RECOVER es el programa nacional de los NIH para comprender, diagnosticar, prevenir y tratar la COVID prolongada.
El equipo de investigación, dirigido por Suzanne D. Vernon, PhD, del Centro Bateman Horne en Salt Lake City, examinó a los adultos que participaron en el estudio de cohorte de adultos RECOVER para ver cuántos cumplieron con los criterios de diagnóstico clínico del IOM para EM/SFC al menos seis meses después de su infección.
El análisis incluyó a 11.785 participantes que habían sido infectados por SARS-CoV-2 y 1.439 participantes que no habían sido infectados por el virus. Los resultados aparecen en el Journal of General Internal Medicine.
El EM/SFC es una enfermedad compleja, grave y crónica que a menudo se presenta después de una infección.
El EM/SFC se caracteriza por una fatiga de nueva aparición que ha persistido durante al menos seis meses y está acompañada de una reducción de las actividades previas a la enfermedad; malestar posterior al esfuerzo, que es un empeoramiento de los síntomas después de la actividad física o mental; y sueño no reparador más deterioro cognitivo o intolerancia ortostática, que es mareo al estar de pie.
Las personas con COVID prolongada también experimentan algunos o todos estos síntomas.
El COVID prolongado es una enfermedad crónica asociada a la infección que se presenta después de la infección por SARS-CoV-2 y está presente durante al menos tres meses como un estado de enfermedad continuo, recurrente y remitente, o progresivo que afecta a uno o más sistemas orgánicos.
Las personas con COVID prolongada informan una variedad de síntomas que incluyen fatiga, dolor y dificultades cognitivas.
La Dra. Vernon y su equipo determinaron que la incidencia de nuevos casos de EM/SFC era 15 veces mayor que los niveles previos a la pandemia.
Estos hallazgos aportan evidencia adicional de que las infecciones, incluidas las causadas por el SARS-CoV-2, pueden provocar EM/SFC.
El malestar posterior al esfuerzo, la intolerancia ortostática y el deterioro cognitivo fueron los síntomas de EM/SFC más notificados entre los participantes del grupo infectado.
Las limitaciones de este estudio incluyen la dependencia de los síntomas notificados por los propios participantes, la exclusión de los participantes del programa RECOVER que habían sido hospitalizados y la naturaleza esporádica de los síntomas de EM/SFC.
Se necesita más investigación para comprender los mecanismos biológicos de por qué algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar EM/SFC después de la infección que otras.
Avanzar en el conocimiento de cómo el virus SARS-CoV-2 puede provocar EM/SFC puede ayudar a descubrir posibles tratamientos para una variedad de enfermedades crónicas asociadas a la infección.
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