Los hallazgos de un estudio francés arrojan más indicios sobre los beneficios del inicio temprano del tratamiento antirretroviral
Según un estudio francés cuyos resultados han sido publicados en la edición electrónica de Clinical Infectious Diseases, tener la carga viral del VIH detectable, un bajo recuento nadir de células CD4 y un nivel elevado de células CD8 se asocia con un aumento del riesgo de ataque al corazón en personas con VIH.
Estos parámetros virológicos e inmunitarios se mostraron significativos incluso tras ajustar por factores tradicionales de riesgo cardiovascular.
Es bien sabido que las enfermedades cardiovasculares son una causa importante y cada vez mayor de morbimortalidad en personas con VIH.
Aunque las causas exactas no se conocen con precisión, se cree que podrían incluirse los factores de riesgo tradicionales, los efectos secundarios de ciertos fármacos antirretrovirales, la inmunodeficiencia y el efecto proinflamatorio de la viremia no controlada (véase La Noticia del Día 07/06/2012):
Con el fin de contribuir al esclarecimiento de las causas, un grupo de investigadores del estudio ANRS CO4 llevó a cabo una investigación caso-control en pacientes con VIH atendidos en hospitales franceses entre 2000 y 2009.
Los casos fueron personas con VIH que habían experimentado su primer ataque al corazón. Cada uno de los pacientes se emparejó con hasta cinco controles con VIH del mismo sexo, edad, pero que no habían sufrido un ataque cardíaco.
Tanto para los casos como para los controles se recopiló información acerca de posibles factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, como por ejemplo, las causas tradicionales, el empleo de tratamiento antirretroviral, la viremia y el estado del sistema inmunitario.
La mayoría de participantes fueron hombres (89%), con una mediana de edad de aproximadamente 46 años.
En comparación con los controles con VIH que no habían experimentado un infarto de miocardio, los casos tuvieron una prevalencia más elevada de factores de riesgo tradicionales de enfermedad cardiovascular, como por ejemplo, tabaquismo (p= 0,028), historia familiar (p <0,001), hipertensión (p= 0,001), diabetes (p= 0,036), uso de drogas (p= 0,041) e hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia.
Los resultados revelan que las personas que tuvieron un ataque al corazón, en comparación con los pacientes que no lo sufrieron, mostraron más probabilidades de tener la carga viral detectable (57% frente a 48%; p= 0,006); una mediana más elevada de la carga viral (127 frente a 50 copias/mL; p= 0,002), un recuento nadir de células CD4 más bajo (135 frente a 177 células/mm3; p= 0,001) y un recuento de células CD8 actual más elevado (p <0,001).
Del análisis también se desprende que los pacientes que padecieron un ataque al corazón tuvieron más probabilidades de haber sufrido una enfermedad definidora de sida (44% frente a 34%; p= 0,001) y de vivir con VIH desde hacía más tiempo (10 frente a 9 años; p= 0,001).
El mayor factor de riesgo individual de ataque cardíaco fue el tabaquismo (cociente de probabilidades [CP]: 4,08; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,75 - 6,04), aunque otros factores tradicionales igualmente se asociaron con dicho riesgo, como por ejemplo, padecer hipertensión (CP: 2,13; IC95%: 1,34 - 3,40) o hipercolesterolemia (CP: 2,33; IC95%: 1,67 - 3,25).
El análisis arrojó una serie de factores de riesgo que, relacionados con el VIH, también se mostraron significativos.
Este es el caso de la exposición acumulativa a los inhibidores de la proteasa: cada diez años de exposición a fármacos de esta clase de antirretrovirales supuso un incremento de más del doble en el riesgo de sufrir un ataque al corazón (CP: 2,23; IC95%: 1,17 - 4,24).
Ninguna otra clase de antirretrovirales se asoció de forma significativa con ataque cardíaco.
Tras controlar por factores de riesgo tradicionales, los investigadores hallaron que una carga viral detectable aumentó el riesgo de ataque al corazón en alrededor de un 50% (CP: 1,51; IC95%: 1,09 - 2,10).
Un bajo recuento nadir de células T CD4 se relacionó con un aumento del riesgo de ataque cardíaco, sin embargo, el recuento actual no tuvo ningún efecto sobre dicho riesgo.
En este sentido, los investigadores señalan: “El recuento nadir de células T CD4 podría reflejar el tiempo durante el cual el VIH se ha replicado a sus anchas y, en consecuencia, ha dañado el sistema inmunitario, y se ha relacionado con una hiperactivación del sistema inmunitario incluso en pacientes con viremia controlada, lo que podría explicar la asociación con el riesgo de infarto de miocardio”.
La investigación, asimismo, reveló que un recuento elevado actual de células CD8 fue un factor de riesgo de infarto de miocardio.
Las personas con un recuento superior a 1.150 células/mm3 tuvieron aproximadamente un 50% más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón que los pacientes con un recuento inferior a 760 células/mm3.
Los investigadores subrayan la novedad de este hallazgo.
Los autores consideran que su estudio tiene implicaciones inmediatas en la atención y el tratamiento del VIH, señalando en sus conclusiones:
“Estos hallazgos apoyan el diagnóstico y el tratamiento precoz de la infección por VIH y la realización de estudios que evalúen intervenciones diseñadas para disminuir la activación inmunitaria persistente en pacientes con cargas virales descontroladas”.
Fuente: Aidsmap.
Referencia: Lang S, Mary-Krause M, Simon A et al. HIV replication and immune activation are independent predictors of risk of myocardial infarction in HIV infected individuals. Clin Infect Dis, online edition. DOI: 10.1093/cid/cis489, 2012
Articulo:
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