Este efecto podría aprovecharse para prolongar la vida de las personas con VIH en alto riesgo de fallecer, especialmente en países con pocos recursos.
La infección por el virus GB tipo C (GBV-C) se relaciona con una reducción del 78% en el riesgo de mortalidad de personas con sida, según informa un equipo de investigadores en la edición digital de Clinical Infectious Diseases.
Los efectos beneficiosos de GBV-C fueron significativos incluso después de tener en cuenta los recuentos de CD4, la carga viral del VIH y el uso de terapia antirretroviral.
Por este motivo, el doctor David Gretch, experto en enfermedades infecciosas, considera que debería valorarse la posibilidad de utilizar el virus GBV-C como una vacuna terapéutica, sobre todo en países parcos en recursos donde las tasas de mortalidad por sida siguen siendo elevadas.
Aunque al principio se relacionó este virus con un tipo de hepatitis (y, en ocasiones, se le conoce de forma incorrecta como virus de la hepatitis G), la infección por GBV-C no es peligrosa y se transmite a través de vías similares a las del VIH. Un metanálisis de estudios que implicó un total de 1.295 personas con VIH evidenció que la coinfección por ambos virus estaba asociada con una reducción del 59% en el riesgo relativo de muerte.
Este hallazgo es coherente con la investigación en laboratorio que indica que el GBV-C induce la producción de unas citoquinas que inhiben el VIH y también reduce la activación de las células-T, bloquea la proliferación de CD4 mediada por IL-2 y reduce la expresión de los receptores de la entrada del VIH, CCR5 y CXCR4.
A pesar de estos resultados, aún había dudas respecto a las posibles ventajas de la infección por este virus. En particular, se sabía poco acerca del efecto que puede tener el GBV-C sobre la progresión del VIH en el caso de personas que ya estaban infectadas antes por este último virus.
Para comprobar el impacto de la infección (tanto prevalente como incidente) por GBV-C sobre la mortalidad por cualquier causa, se estudió una cohorte de personas en un estado avanzado de infección por VIH perteneciente al estudio VATS (siglas en inglés de Estudio de Activación Viral por Transfusión).
Las muestras de sangre procedentes de los participantes antes y después de la transfusión sanguínea fueron analizadas de forma retrospectiva para detectar la presencia de anticuerpos contra el GBV-C y ARN de este virus. Así, el equipo de investigadores fue capaz de determinar de forma precisa si los participantes estaban infectados por este virus al inicio o si lo adquirieron durante el seguimiento.
El estudio se realizó en 1996-1997, poco después de la introducción de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) contra el VIH.
El análisis de los autores contó con un total de 489 personas, todas las cuales tenían sida. Al inicio, el 60% de las personas no tenían ni anticuerpos contra el GBV-C ni niveles detectables de ARN de este virus, el 33% presentaban anticuerpos contra este virus y el 7% tenían un nivel detectable de ARN del GBV-C.
Los participantes recibieron seguimiento durante una mediana de 8,4 meses en el transcurso de los cuales se registró un total de 267 fallecimientos y el 9% de los pacientes abandonó el estudio o se perdió su seguimiento.
La tasa de supervivencia fue significativamente mejor en el caso de personas con niveles detectables de GBV-C al comienzo del estudio, en comparación con las que no los tuvieron (p= 0,02).
La relación entre la viremia de GBV-C y la mejora de la supervivencia siguió siendo significativa después de tener en cuenta varias características basales importantes relacionadas con los resultados clínicos en personas con VIH, incluyendo el recuento de CD4, la carga viral del VIH y el uso de TARGA (cociente de riesgo ajustado [CRA]: 0,42; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,24 - 0,73).
Por su parte, en el transcurso del estudio se infectaron por GBV-C un total de 39 personas.
En el caso de estas personas, incluso tras considerar otros factores de pronóstico, también se observó que presentaron una reducción notable en su riesgo de mortalidad (CRA: 0,22; IC95%: 0,08 - 0,58) en comparación con las personas que no mostraron niveles detectables de ARN del GBV-C.
La viremia de GBV-C se vinculó con una menor mortalidad en pacientes con VIH, después de ajustar en función de los niveles basales de carga viral del VIH, el recuento de CD4 y si en el momento el paciente tomaba o no terapia antirretroviral de gran actividad.
Además, se detectó una reducción significativa de la mortalidad relacionada con la infección incidente por GBV-C durante el seguimiento, incluso después de tener en cuenta los marcadores de progresión de VIH ajustados al tiempo.
El doctor Gretch señala que el virus es un antagonista natural del VIH y cree que los hallazgos de los estudios podrían tener una enorme importancia.
Asimismo, destaca que el GBV-C es tan seguro en seres humanos que las donaciones de sangre en EE UU no comprueban su presencia.
El médico indicó que la tasa de mortalidad relacionada de algún modo con el VIH sigue siendo enorme, especialmente en países con pocos recursos, por lo que afirma que podría ser interesante realizar un ensayo sobre biovacunación con GBV en poblaciones infectadas por VIH en alto riesgo de fallecimiento.
Fuente: Aidsmap
Referencias: Vahidnia F, et al. Acquisition of GB virus type C (HGV) and lower mortality in patients with advanced HIV disease. Clin Infect Dis, online edition, 2012.
Gretch D. Advocating the concept of GBV biotherapy against AIDS. Clin Infect Dis, online edition, 2012.
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