La consejería en VIH-Sida es una práctica de intervención integral.
En este sentido, para su praxis es preciso personal calificado.
Por otra parte, en estas instancias se desarrolla un abordaje multidimensional del VIH-Sida que promueve un cambio social.
De esta manera se insta a fortalecer y potenciar a las personas frente a la realidad vivida por el VIH-Sida, en medio de las complejas expresiones que adquieren las vinculaciones y relaciones personales e interpersonales en el contexto en el cual están insertas, así como en la propia significación que tiene el VIH-Sida en la persona.
La OPS-ONUSIDA define a la consejería en VIH-Sida como: “un diálogo confidencial entre un cliente y su consejero para ayudar al primero a sobrellevar la tensión y apoyarlo en la toma de decisiones personales que le permitan convivir y enfrentar la infección y la enfermedad de una manera funcional.
El diálogo en sí debe comenzar durante el primer contacto del cliente, ya sea con los servicios de consejería de atención que incluyen todos los establecimientos de salud, tanto formales como informales, donde se da atención y apoyo social”.
ASEPO sustituye el término “cliente” por “personas que asisten a la consejería”.
Por otra parte, la OMS define a la consejería en el contexto del VIH-Sida como “…una relación de confianza y diálogo con dos objetivos generales: prevenir la infección y la transmisión del VIH y dotar de apoyo psicosocial a las personas directa o indirectamente afectadas por él”.
Para ASEPO, la consejería es un instrumento de prevención y educación en VIH-Sida; es una interacción propicia para que la persona, frente a una situación, tome la decisión más acertada teniendo en cuenta sus pensamientos y emociones.
Es un espacio de orientación, apoyo y contención ante las incertidumbres que rodean a la persona, donde se busca mejorar la autoestima, sus relaciones afectivas y sexuales; también, en su generalidad, trabajar sobre la importancia de la calidad de vida.
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