Un estudio presentado en el Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado en noviembre de 2018 en San Francisco (EE UU), concluyó que Tenofovir Alafenamida (TAF) muestra una eficacia similar a Tenofovir Disoproxil Fumarato (TDF) en el tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis B (VHB), pero con un perfil de seguridad mucho más favorable.
TAF es fármaco con un menor impacto renal y óseo que TDF.
Por esta razón, ya ha sustituido a TDF en el ámbito del tratamiento de la infección por el VIH, donde fármacos como Descovy®, Odefsey® o Genvoya® son, respectivamente, las nuevas versiones de Truvada®, Eviplera® y Stribild®.
Ahora llega al campo de la infección por el VHB bajo el nombre comercial de Vemlidy®, ámbito en el cual en España todavía se encuentra en proceso de negociación de su precio.
TDF es un medicamento con buenos niveles de seguridad y tolerabilidad tanto en el tratamiento de la infección por el VIH como en el de la causada por el VHB.
No obstante, su impacto a nivel renal y –en consecuencia– a nivel óseo hace que su uso a largo plazo pueda relacionarse con importantes problemas de salud y calidad de vida.
Ello llevó al desarrollo de TAF, un Profármaco de Tenofovir que produce altas concentraciones de Tenofovir en los linfocitos y en los hepatocitos a dosis muy inferiores a las que necesitaba TDF.
Por ello, esta versión genera concentraciones muy inferiores en sangre y, por tanto, un menor impacto renal y óseo.
Con el objeto de verificar que dicho impacto renal y óseo también tiene lugar cuando TAF se utiliza para tratar el VHB, investigadores de Hong Kong realizaron un análisis de los datos de seguridad ósea y renal aportados por dos estudios de fase III (el estudio 108 y el estudio 110) llevados a cabo para obtener la aprobación de TAF en el tratamiento de la infección por VHB.
El estudio 108 contó con la participación de 425 personas con infección crónica por VHB y resultados negativos del antígeno ‘e’ del VHB (HBeAg, en sus siglas en inglés) y el estudio 873 contó con 873 personas con resultados positivos al HBeAg.
La negativización del HBeAg suele asociarse a un control parcial de la infección por el sistema inmunitario y, por tanto, menores niveles de replicación del virus.
Los participantes eran de 17 países, dos tercios eran hombres y el 80% eran de origen asiático.
La edad promedio era de 40 años, una cuarta parte habían sido tratados previamente frente al VHB y el 10% tenía cirrosis hepática.
Todos los participantes fueron distribuidos aleatoriamente a recibir 25mg de TAF o 300mg de TDF una vez al día.
Los investigadores contaron con datos de 144 semanas de seguimiento en 211 personas distribuidas aleatoriamente al grupo con TDF y en 180 que tomaron TDF 96 semanas, tras la que el protocolo de los estudios les permitió pasar a TAF.
Las características demográficas de este subgrupo fueron similares a las del total de los participantes en los estudios.
El 30% eran mayores de 50 años –factor de riesgo renal y óseo– y, al inicio, el 30% tenía una densidad mineral ósea inferior al rango normal en cadera y casi la mitad la tenían reducida en la columna vertebral.
A las 144 semanas, el 88% de quienes tomaban TDF y el 84% de aquellos con TAF tenían carga viral del VHB indetectable (inferior a 29 UI/mL).
El 65% y el 72% de ambos grupos, respectivamente, habían experimentado la normalización de los niveles de la transaminasa alanina aminotransferasa (ALT).
El 6% de las personas con TDF y el 10% de aquellas con TAF experimentaron el paso a indetectabilidad del HBeAg.
Ninguno de los participantes obtuvo la negativización del antígeno de superficie (HBsAg, en sus siglas en inglés), que sería indicativo de la cura funcional los tratamientos fueron, en general, seguros y bien tolerados.
Solo el 4% de las personas con TDF y el 6% de aquellas con TAF presentaron eventos adversos graves y ninguno de los participantes interrumpió el tratamiento por esta causa.
Respecto a la función renal, la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) mejoró en aquellas personas que cambiaron a TAF y se mantuvo estable en aquellas que siguieron con TDF.
Solo el 4% de quienes pasaron a TAF experimentó una pérdida de función renal que le llevara a un empeoramiento de un estadio según los criterios de valoración de la insuficiencia renal crónica, algo que se observó en el 12% de quienes se mantuvieron con TDF.
Los biomarcadores de la función tubular renal mejoraron entre quienes pasaron a TAF y se mantuvieron estables entre quienes se mantuvieron con TDF.
En cuanto a la seguridad a nivel óseo, la densidad mineral ósea aumentó en un 0,98% en la cadera y en un 2,04% en la columna vertebral entre quienes pasaron a TAF, mientras que no se observaron cambios significativos entre quienes se mantuvieron con TDF.
Los marcadores séricos de la resección ósea también mejoraron en mayor medida entre quienes pasaron a TAF.
Sobre la base de estos hallazgos, los investigadores concluyeron que el cambio de TDF a TAF en el tratamiento de la infección crónica por VHB permite mantener la eficacia reduciendo el impacto a nivel renal y óseo.
Website Infohep:
http://www.infohep.org/
Website AASLD Liver Meeting 2018:
https://www.aasld.org/events-professional-development/liver-meeting