Parece que los nuevos diagnósticos de VIH en Europa del Este y Asia Central continúan aumentando.
Como informa Medscape Medical News, los datos preliminares para 2017 refuerzan la advertencia sobre la epidemia en la región emitida por funcionarios de salud pública el año pasado.
En 2016, hubo 160,453 nuevos diagnósticos de VIH en la región, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) en Estocolmo.
La mayoría se encontraban en Rusia, que vio 103,438 casos nuevos. (Otros países de la región incluyen los estados bálticos, Bielorrusia, Georgia, Rumania, Rusia, Tayikistán y Ucrania).
Cuando se informen los números oficiales para 2017 en noviembre, Rusia contabilizará unos 104.000 casos.
Casi la mitad de los casos en el país son el resultado de agujas compartidas entre usuarios de drogas inyectables.
"Sigo pensando que esto es el África subsahariana que está sucediendo de nuevo", dijo a Medscape Linda-Gail Bekker, PhD, presidenta de la Sociedad Internacional del SIDA.
En Europa del Este, casi el 25 por ciento de las personas que viven con el VIH no conocen su estado; De los que sí saben que tienen el virus, solo el 46 por ciento está tomando Antirretrovirales.
Es importante que las personas con VIH conozcan su estado y se adhieran a sus medicamentos no solo para que puedan vivir vidas más saludables y más largas, sino también para que no transmitan el virus a otras personas.
Las personas que mantienen cargas virales indetectables no pueden transmitir el VIH a través del sexo.
La situación en Europa del Este se ve más clara cuando se la compara con su vecino occidental. En Europa occidental, 6.2 de cada 100,000 personas fueron diagnosticadas con VIH en 2016.
En Europa del Este, fueron 50.2 de cada 100,000.
Anastasia Pharris, PhD, del ECDC, le dice a Medscape que los países podrían tomar medidas para frenar estas tasas de VIH.
Para empezar, más países podrían implementar programas de prueba y tratamiento en lugar de esperar hasta que los recuentos de CD4 caigan a un cierto número, como 200 o 350, para ofrecer tratamiento.
Ofrecer programas de intercambio de jeringas y tratamiento médico también ayudaría.
Rusia, por ejemplo, ha prohibido las clínicas de metadona. Los hombres homosexuales, otra población con mayor riesgo de contraer el virus, son perseguidos en ese país, lo que los pone en mayor peligro.
Pharris señala que las historias de éxito no son desconocidas, pero el truco es crear asociaciones entre clínicas locales, acciones de salud pública y grupos comunitarios.
Website Medscape:
https://www.medscape.com/
Website PLoS Medicine:
https://journals.plos.org/plosmedicine/