Un estudio llevado a cabo por investigadores holandeses que fue presentado en Congreso Internacional sobre Terapia Farmacológica del VIH, celebrado la semana pasada en la ciudad escocesa de Glasgow (Reino Unido), ha concluido que las comorbilidades no relacionadas con el VIH serían factores significativamente asociados al riesgo de fallecimiento.
Las mujeres con 3 o más comorbilidades tendrían un riesgo de muerte superior al observado en hombres con el mismo número de comorbilidades.
Los datos fueron obtenidos de la cohorte holandesa ATHENA, que cuenta con más de 25.000 participantes.
Las enfermedades no definitorias de sida son causa de gran morbilidad y mortalidad entre personas con el VIH.
La multimorbilidad –definida como acumulación de 2 o más comorbilidades distintas al VIH- ha comenzado a ser frecuente entre personas con el VIH, ya sea por causa de la propia infección, sus tratamientos o el envejecimiento (o por una mezcla de varios de estos factores).
Para determinar la relación entre la multimorbilidad y la mortalidad por cualquier causa en personas con el VIH –estratificando los resultados en función del género- los investigadores diseñaron el presente estudio, que incluyó a más de 25.000 personas con el VIH de la cohorte ATHENA en tratamiento Antirretroviral, que fueron seguidas entre los años 2000 y 2017.
El estudio se centró en 7 comorbilidades: enfermedad cardiovascular, infarto cerebral, cánceres no definitorios de sida, insuficiencia renal crónica, diabetes, hipertensión y obesidad.
Para identificar la independencia de cada factor de riesgo de muerte por cualquier causa, el análisis se ajustó en función de edad, género, área geográfica de origen, vía de transmisión del VIH, tabaquismo, recuento de CD4, carga viral, historial de sida, infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) e infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC).
El análisis incluyó a 4.813 mujeres (19% de los participantes) y a 20.473 hombres.
La mediana de la edad fue menor en mujeres que en hombres (34,3 y 40,5 años; respectivamente) y un menor porcentaje de mujeres que de hombres había nacido en Holanda (27,3% y 62,7%; respectivamente).
La mediana del recuento de CD4 inicial fue similar en mujeres y hombres (310 células/mm3 y 330 células/mm3; respectivamente), como también lo fue la mediana de la carga viral al inicio del tratamiento (3,5log copias/mL y 4,1log copias/mL en mujeres y hombres, respectivamente)
De forma lógica, el número de comorbilidades por persona aumentó con la edad.
En mujeres, tenían dos o más comorbilidades el 8% de aquellas entre los 40 y los 49 años; el 14% de quienes tenían entre 50 y 59 años y el 27,1% de las mayores de 70 años.
En hombres, dichos porcentajes fueron del 4% en hombres entre 40 y los 49 años; del 8,5% de quienes tenían entre 50 y 59 años y del 21,6% en mayores de 70 años.
Las tasas de mortalidad aumentaron desde las 5,9 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento entre quienes no tenían comorbilidades hasta 21,0 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento entre quienes tenían una comorbilidad; 35,2 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento entre quienes tenían dos comorbilidades; 81,0 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento entre quienes tenían tres comorbilidades y 173 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento entre quienes tenían cuatro o más comorbilidades.
Respecto a la ausencia de comorbilidades, tener 1 comorbilidad aumentó 3,6 veces el riesgo de fallecer (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 3,2-4,0; p 0,05), tener 2 comorbilidades aumentó 6 veces dicho riesgo (IC95%: 5,3-7,0; p 0,05), tener 3 comorbilidades lo aumentó 14 veces (IC95%: 11,6-16,7; p 0,05) y tener cuatro comorbilidades lo incrementó 24 veces (IC95%: 17,7-32,0; p 0,05).
Las mujeres sin comorbilidades tuvieron una mortalidad inferior a la de los hombres en idéntica situación (riesgo relativo [RR]: 0,55 en mujeres sin comorbilidades; IC95%: 0,43-0,70; p 0,05).
Aquellas con una o 2 comorbilidades presentaron una mortalidad similar a los hombres (RR: 0,94 y RR: 1,0; respectivamente).
Las mujeres con tres comorbilidades presentaron un 69% más de riesgo de fallecer que los hombres en las mismas condiciones (RR: 1,69; IC95%: 1,09-2,61; p 0,05) y aquellas con 4 o más comorbilidades vieron incrementado más de dos veces el riesgo de fallecer respecto a los hombres con el mismo número de comorbilidades (RR: 2,21; IC95%: 1,02-4,77; p 0,05).
Los investigadores concluyeron que la multimorbilidad es un factor de predicción robusto e independientemente asociado a la mortalidad en personas con el VIH.
Aunque la mortalidad por cualquier causa fue –globalmente- inferior en mujeres, la multimorbilidad condicionó en mayor medida la mortalidad en mujeres que en hombres.
Website National AIDS Treatment Advocacy Project (NATAP):
http://www.natap.org/
Website HIV Glasgow 2018:
http://www.hivglasgow.org/