Dos estudios franceses subrayan la importancia de extender el uso del tratamiento contra la hepatitis C en esta población de pacientes
En el transcurso del VIII Taller Internacional sobre Coinfección por VIH y Hepatitis, que se inauguró ayer en Madrid, se han presentado los resultados de dos estudios franceses que arrojan más indicios sobre el impacto de la infección crónica por el virus de la hepatitis C sobre la morbimortalidad de las personas coinfectadas por VIH.
En los últimos años, los resultados de diversos estudios están revelando que la enfermedad hepática terminal se ha convertido, desde hace ya un tiempo, en la principal causa de muerte entre las personas coinfectadas por VIH y VHC (véase La Noticia del Día 21/07/2011):
De ahí, la importancia de describir cómo se manifiesta la coinfección por ambos virus en términos de morbilidad y mortalidad y cuáles podrían ser algunas potenciales estrategias de manejo.
Durante la tarde de ayer, se dieron a conocer los resultados de dos estudios que muestran las consecuencias de la enfermedad hepática terminal en los pacientes coinfectados en Francia.
En el país vecino, se calcula que un 24% de las personas con VIH tienen también hepatitis C. Los dos estudios presentados proceden de ANRS C013 HEPAVIH, la cohorte nacional francesa prospectiva de pacientes coinfectados por VIH y VHC puesta en marcha en el año 2005 con la finalidad de, entre otros objetivos, describir la historia natural de la doble infección en el país galo.
En uno de los estudios, los investigadores quisieron evaluar la incidencia de la enfermedad hepática terminal (hepatocarcinoma celula [HCC] o cirrosis descompensada, asociada a la presencia de alguna de las siguientes complicaciones: ascitis, varices esofágicas y/o encefalopatía hepática) y la influencia de la terapia basada en la combinación de interferón pegilado y ribavirina sobre su incidencia.
El estudio incluyó un total de 1.175 personas que recibieron un seguimiento clínico durante un período mediano de tiempo de 38 meses.
Los pacientes presentaban en su mayoría genotipos 1 y 4 del VHC (56% y 22%, respectivamente). La mediana de edad en el momento de entrada en la cohorte fue 45 años; un 70% de los participantes eran varones; un 95% estaban recibiendo tratamiento contra el VIH y un 42% nunca habían recibido terapia contra la hepatitis C.
Un 11% de los participantes comunicaron un consumo elevado de alcohol.
La evaluación de los estadios de fibrosis se llevó a cabo mediante el uso de biopsias de hígado o pruebas no invasivas, como Fibroscan® o Fibrotest.
Para evaluar la incidencia de la enfermedad hepática terminal en la población de pacientes estudiada, los investigadores fijaron su atención en personas coinfectadas que no tuvieran cirrosis descompensada ni hepatocarcinoma celular en el momento de entrar en la cohorte.
Se utilizó un algoritmo para evaluar el estadio de fibrosis que combinó las pruebas de biopsia hepática y las pruebas no invasivas.
Además, se registro el momento en que se produjo la primera descompensación hepática desde la entrada al estudio así como también el estadio de fibrosis en el momento de la inscripción de los participantes.
Los resultados ponen de manifiesto que la incidencia de las complicaciones estuvo claramente relacionada con el estadio de fibrosis hepática.
Así, en pacientes coinfectados por VIH y VHC y cirrosis compensada, la tasa de incidencia de la primera descompensación o de hepatocarcinoma celular fue de un 4% al año; de 6,1% a los 3 años; de 13% a los 4 años, y de 16% a los 5 años.
Entre las complicaciones relacionadas con enfermedad hepática terminal comunicadas, se produjeron 10 (27%) hepatocarcinomas; 23 (62%) cirrosis descompensadas, y 4 (10%) casos de ambas afecciones a la vez.
Los investigadores pudieron observar, a los cinco años de seguimiento, una tendencia hacia una incidencia más baja de hepatopatía terminal en aquellos pacientes que habían logrado una respuesta virológica sostenida -lo que se considera como curación de la hepatitis C- a un tratamiento contra el VHC en comparación con los que continuaban estando crónicamente infectados (5% frente a 17%; p= 0,1).
Con todo, se registraron dos casos de hepatocarcinoma celular en el grupo de pacientes que habían conseguido eliminar el VHC a través del tratamiento.
Dado que, de acuerdo con los resultados de este estudio, la incidencia de muertes asociadas al hígado parece ser menor en pacientes cirróticos que han logrado aclarar el virus que en aquellos que continúan infectados por VHC, los investigadores de este estudio subrayan la importancia de que los pacientes coinfectados pudieran realizar el tratamiento contra la hepatitis C antes de que la enfermedad hepática progrese a un estadio de cirrosis.
El segundo estudio tuvo como objetivo evaluar el riesgo de mortalidad y las causas de muerte en la misma cohorte de pacientes coinfectados por VIH y VHC en Francia.
Los pacientes recibieron un seguimiento anual si tenían fibrosis y semestral si tenían cirrosis. Para aquellos pacientes que estaban recibiendo tratamiento contra la hepatitis se les programaron visitas específicas adicionales.
Hasta la fecha, se han notificado un total de 78 muertes.
Los investigadores estimaron un riesgo de mortalidad acumulativa a los cinco años de un 9%, siendo la tasa mucho más elevada en personas coinfectadas con cirrosis descompensada que en aquellas que tenían cirrosis compensada y las que no tenían cirrosis.
Se pudieron documentar las causas para 78 fallecimientos (91%). Las principales causas de mortalidad fueron las siguientes: en un 34%, por muerte asociada al hígado; en un 13%, por hepatocarcinoma celular; en un 13%, por cáncer no asociado a sida o a la hepatitis C; en un 10%, por enfermedad cardiovascular; en un 10%, por muerte asociada a sida; en un 13%, por otras infecciones (la mitad de ellas por infecciones del tracto respiratorio); en un 4%, por sobredosis; y en un 3%, por suicidio.
En general, los fallecimientos relacionados con neoplasias contabilizaron un 27% del total de las causas de muerte, independientemente de si estaban asociadas a sida o no.
En sus conclusiones, los investigadores de esta cohorte señalan que, a pesar de la disponibilidad de la terapia contra la hepatitis C, las muertes relacionadas con el hígado continúan ocupando un lugar predominante entre las causas de fallecimiento en personas coinfectadas por VIH y VHC.
Además, las muertes por cáncer, asociadas o no a sida, son también frecuentes en esta población de pacientes, por lo que los autores sugieren la importancia de realizar intervenciones apropiadas para reducir el impacto del cáncer entre las personas coinfectadas.
Referencias: Salmon D, Pambrun E, Winnock W. Incidence of end stage liver disease (ESLD) in a cohort of HIV/HCV infected patients in France ‘HEPAVIH ANRS C013’ 8th International Workshop on HIV & Hepatitis Co-infection. 30 May - 1 June 2012, Madrid, Spain. Abstract O_02A.
Pambrun E, Winnock M, Rosenthal E, et al. Mortality risk and causes of death in a cohort of HIV/HCV infected patients in France: ANRS C013 HEPAVIH. 8th International Workshop on HIV & Hepatitis Co-infection. 30 May - 1 June 2012, Madrid, Spain. Abstract O_02B.
Articulo:
Website 8th International Workshop on HIV & Hepatitis Co-infection: