Tanto la diabetes como la infección por VIH fueron factores que, de forma independiente, incrementaron el riesgo de progresión de dicha dolencia renal
Según un estudio publicado en la edición digital de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, la presencia de diabetes aumenta el riesgo de padecer insuficiencia renal crónica en la población con VIH.
Dicha relación siguió siendo significativa incluso después de tener en cuenta posibles factores de riesgo y utilizar criterios diagnósticos de enfermedad renal más restrictivos.
La insuficiencia renal crónica es una causa de morbimortalidad de importancia creciente en las personas seropositivas. En EE UU, se calcula que el 15% de los pacientes con VIH padecen diabetes y alrededor del 45% de los nuevos casos de enfermedad renal avanzada entre personas con VIH tienen a la diabetes como su principal causa.
Aunque algunos estudios ya habían relacionado el efecto aditivo de la diabetes en la progresión de la insuficiencia renal en personas seropositivas, los datos se veían limitados por la falta de evaluación de posibles factores de confusión.
Para arrojar más luz sobre las relaciones entre las mencionadas dolencias, un equipo de investigadores del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE UU diseñó un estudio que incluyó a 31.072 participantes.
Ninguno de ellos tenía insuficiencia renal crónica en el momento de la inclusión.
Durante una mediana de cinco años de seguimiento, los autores midieron la progresión a insuficiencia renal crónica (definida como alcanzar una tasa de filtración glomerular [TFG] inferior a 45 mL/min/1,73m2).
Los participantes fueron repartidos en cuatro grupos en función de su estado: sin VIH ni diabetes, sólo con VIH, únicamente con diabetes y un último grupo que incluía a personas con VIH y diabetes.
El 7% de las personas que participaron en el estudio desarrollaron insuficiencia renal crónica. La tasa de progresión fue del 4% en aquellos participantes sin VIH ni diabetes, mientras que el porcentaje en personas seropositivas y con diabetes fue del 18%.
La tasa de progresión también difirió en función del estado serológico. Así, mientras que en pacientes con VIH o diabetes fue de 0,85 casos por cada 100 persona-años, en aquéllos que sólo tenían VIH la tasa fue de 1,95 casos por cada 100 persona-años.
En participantes que presentaban únicamente diabetes se dieron 2,64 casos por cada 100 persona-años. La mayor tasa de progresión fue la observada en personas con VIH y diabetes (4,37 casos por cada 100 persona-años).
Respecto a las personas sin VIH ni diabetes, el riesgo de padecer insuficiencia renal crónica fue más de dos veces superior en pacientes con sólo diabetes (cociente de riesgo [CR]: 2,48; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,19-2,80) e incluso superior en personas que tenían únicamente VIH (CR: 2,80; IC95%: 2,50-3,15).
En pacientes seropositivos y con diabetes, el riesgo de experimentar progresión a insuficiencia renal crónica fue más de cuatro veces superior al de aquellas sin ninguna de las dos enfermedades (CR: 4,47; IC95%: 3,87-5,17).
Al analizar los datos en función del estado serológico, la diabetes siguió asociada al riesgo de progresión a insuficiencia renal crónica, aunque la magnitud de la asociación fue superior en personas sin VIH (CR: 2,43; IC95%: 2,14-2,75) que en aquellas con el virus de la inmunodeficiencia humana (CR: 1,67; IC95%: 1,46-1,49).
Al utilizar una definición más estricta de progresión hacia insuficiencia renal crónica (hasta una TFG inferior a 30 mL/min/1,73m2), los incrementos de riesgo de los diferentes grupos de padecer progresión respecto a personas seronegativas y sin diabetes fueron todavía superiores.
Así, tanto en personas con sólo VIH (CR: 3,51; IC95%: 2,89-4,27), con sólo diabetes (CR: 3,10; IC95%: 2,51-3,83) o en personas con ambas afecciones (CR: 5,51; IC95%: 4,34-6,99), los riesgos se vieron incrementados con el cambio de definición.
Restringir el análisis a pacientes con VIH confirmó que la diabetes aumentó el riesgo de experimentar progresión a insuficiencia renal crónica.
Esta asociación fue independiente de los niveles de CD4, la carga viral, el uso de antirretrovirales o el historial de enfermedades definidoras de Sida.
No se apreció que algunos antirretrovirales relacionados con toxicidad renal tales como tenofovir (Viread®, también en Truvada® o Atripla®), lopinavir (en Kaletra® junto a ritonavir), atazanavir (Reyataz®) o inidinavir (Crixivan®) incrementaran el riesgo de presentar progresión a insuficiencia renal crónica.
Sin embargo, factores como tener una edad avanzada, carga viral alta, ser de etnia negra, ser hipertenso y presentar determinadas comorbilidades, como insuficiencia cardíaca o coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC), fueron factores de riesgo significativos de experimentar progresión a insuficiencia real.
Los investigadores concluyeron señalando que será clave determinar la importancia de la influencia de las comorbilidades en la salud de las personas con VIH.
Este hecho debería hacer plantear la atención sanitaria de la población seropositiva desde un punto de vista multidisciplinar, con protocolos que integren a diversos médicos especialistas.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Medapalli R, et al. Comorbid diabetes and the risk of progressive chronic kidney disease in HIV-infected adults: data from the Veterans Aging Cohort Study. J Acquir Immune Defic Syndr, online edition. DOI: 10.1097/QAI.Ob013e31825b70d9, 2012.
Articulo:
Website Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes:
http://journals.lww.com/jaids/pages/default.aspx