Un estudio australiano pone de manifiesto que la atención y el tratamiento de la hepatitis C podría ser una oportunidad para realizar intervenciones que faciliten el cambio de conductas necesarias para lograr la microeliminación del VHC en este colectivo.
Los hombres gays, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH) con el VIH que lograron eliminar la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) gracias al tratamiento consideran que tener hepatitis C es más estigmatizante que vivir con el VIH.
Además, consideran que formar parte de ciertas redes sociales y sexuales aumenta las posibilidades de reinfección por el VHC.
Además, perciben que el abandono de estas redes y la abstinencia del consumo de drogas puede llevar al aislamiento social.
Estos son los principales hallazgos de un estudio cualitativo realizado en Australia y publicados recientemente en la revista Journal of the International AIDS Society.
En los últimos años se han detectado brotes de infección aguda por el virus de la hepatitis C (VHC) entre hombres gays, bisexuales y otros HSH con el VIH europeos, uno de los cuales tuvo lugar en Barcelona.
Los nuevos diagnósticos de hepatitis C aguda se han asociado a conductas de riesgo durante las sesiones de ChemSex, en las cuales pueden compartirse materiales o instrumentos para la inyección de drogas y/o haber realizado prácticas sexuales de alto riesgo (sexo vigoroso sin protección, uso de juguetes sexuales, fisting, etc.).
El estigma asociado a la hepatitis C –construido a partir de estereotipos relacionados con la criminalización del uso de drogas y la percepción negativa de las personas que podrían tener hepatitis C– ha supuesto una barrera que limita, entre otros aspectos, revelar el estado serológico en las conversaciones o hacerse la prueba de detección del VHC.
Desde la llegada de los antivirales de acción directa frente al VHC (DAA, en sus siglas en inglés) la hepatitis C es tratable y curable.
Sin embargo, las tasas de reinfección por el VHC entre hombres gays, bisexuales y otros HSH con el VIH son elevadas debido a la exposición repetida a factores de riesgo bien conocidos.
Por esta razón, mientras que el acceso cada vez mayor al tratamiento de la hepatitis C en muchos países podría conducir a una posible eliminación de la hepatitis C, la tasa de reinfección registrada en este subgrupo de hombres con el VIH subraya la necesidad de investigar más a fondo los factores sociales y conductuales asociados a la reinfección, así como las percepciones y las actitudes de estos hombres frente a la reinfección por el VHC.
Este fue, precisamente, el objetivo de un estudio cualitativo puesto en marcha por un equipo de investigadores del Instituto Burnet de Melbourne (Australia).
Entre abril y agosto de 2017, los investigadores realizaron entrevistas en profundidad a 15 hombres con el VIH que recientemente se habían curado de la hepatitis C y que habían participado en un ensayo clínico que tenía como objetivo evaluar la posibilidad de microeliminación de la hepatitis C utilizando el enfoque ‘tratamiento como prevención’ en hombres gays, bisexuales y otros HSH coinfectados por el VIH y hepatitis C.
La mediana de edad de los participantes fue de 46 años (rango de edad entre 26 y 60 años) donde la mayoría se identificó como gay. En promedio, llevaban 15 años viviendo con el VIH y la mediana de tiempo desde el diagnóstico de la hepatitis C fue 7 años.
Doce de los participantes había utilizado algún tipo de droga a lo largo de su vida y 10 de ellos informaron de haber usado drogas inyectables alguna vez.
A través de la teoría fundamentada constructivista, los investigadores dividieron las opiniones de los participantes sobre sus trayectorias de infección y reinfección de la hepatitis C en tres categorías.
En la primera categoría –llamada ‘dicotomías entre el VIH y la hepatitis C’–, se observó que para la mayoría de los participantes recibir el diagnóstico de hepatitis C fue una experiencia impactante.
Mientras que el VIH se considerada una infección normalizada en la comunidad gay y manejable, el diagnóstico de la hepatitis C se vivió como altamente estigmatizante.
Pese a que la mayoría de los entrevistados habían utilizado drogas inyectables, no se sentían identificados con las poblaciones que ellos consideraban en riesgo de hepatitis C.
Los entrevistados también refirieron que los mensajes de prevención tienden a centrarse en el VIH a expensas de otras infecciones, lo que lleva a un menor conocimiento de la hepatitis C.
En la siguiente categoría –llamada ‘entornos de riesgo y evitar la reinfección’–, los entrevistados identificaron sus redes sociales y sexuales como factores que perpetúan el riesgo en los que el uso de drogas era generalizado y las relaciones sexuales de alto riesgo frecuentes.
También revelaron que, a menudo, el tratamiento de la hepatitis C provocaba cambios en el estilo de vida que llevaban a los hombres a dejar de frecuentar ciertas redes sociales y sexuales lo que podría causar soledad y aislamiento.
La última categoría –a la que se llamó ‘el cuidado de la hepatitis C como catalizador del cambio’– puso de manifiesto que recibir atención para la hepatitis C mejoró el conocimiento sobre los riesgos y facilitó el uso de estrategias para reducir la transmisión.
Los participantes expresaron estar más dispuestos a preguntar a las parejas sexuales sobre su estado de la hepatitis C y a evitar las relaciones sexuales extremas y sin preservativo con parejas que desconocían su estado frente a la hepatitis C.
Sin embargo, los hombres afirmaron que les seguía resultando difícil preguntar sobre el estado serológico frente a la hepatitis C debido al estigma asociado.
Los participantes valoraron positivamente poderse curarse de la hepatitis C.
El estigma asociado a la infección por el VHC motivó a los participantes a tratarse y así evitar que se les asociase como usuarios de drogas inyectables o tener que revelar su estado serológico frente al VHC.
Varios participantes describieron que recibir atención y tratamiento frente a la hepatitis C resultó como un catalizador para reducir el uso de metanfetamina y replantearse el uso de drogas en contextos sexuales.
Para algunos la reinfección fue percibida como un fracaso cuando se estaba tratando de evitar el consumo de sustancias y mantenerse alejado de las redes sexuales.
Por lo tanto, mantenerse alejado de ciertas redes sociales y sexuales se relacionó estrechamente con la ausencia de reinfección.
Aquellos que optaron por seguir utilizando drogas, expresaron confianza en las estrategias de reducción de daños para evitar la reinfección y declararon que utilizarían sus experiencias para educar a los pares dentro de las redes de consumo de drogas.
Según los autores del presente estudio, las campañas de prevención de la hepatitis C dirigidas a los hombres gays, bisexuales y otros HSH con el VIH deberían tener en cuenta la multiplicidad de riesgos de transmisión del VHC en el contexto de uso de drogas en las relaciones sexuales, así como la interseccionalidad de las diferentes identidades sociales estigmatizadas.
Además, señalan que la atención de la hepatitis C se presenta como una oportunidad importante para brindar apoyo más allá de la cura de la hepatitis C y podría ser fundamental para facilitar el cambio de conductas necesarias para su eliminación.
Website Aidsmap:
https://www.aidsmap.com/
Website Journal of the International AIDS Society (JIAS):
https://onlinelibrary.wiley.com/journal/17582652