La prevalencia del consumo de cocaína por vía intravenosa y la falta de vivienda serían factores clave del nuevo brote de VIH registrado en cuatro centros de intercambio de jeringuillas de Glasgow.
Un nuevo análisis realizado por un equipo de investigadores escoceses en cuatro clínicas con programas de intercambio de jeringuillas de Glasgow (Escocia, Reino Unido) entre 2011 y 2018 ha revelado que el consumo de cocaína por vía intravenosa y la falta de vivienda estarían detrás de un nuevo brote de infección por el VIH registrado en la capital escocesa.
Este es el principal hallazgo de un estudio publicado en el mes de abril en la revista The Lancet.
El aumento de las infecciones por el VIH entre las personas que se inyectan drogas en Glasgow pone de manifiesto cambios en las conductas relacionadas con el uso de drogas inyectables, volviéndose cada vez más frecuente el uso de cocaína por vía intravenosa, una práctica con más riesgos de infección por el VIH.
El consumo de cocaína inyectada y la falta de vivienda son dos de los factores que más contribuyen al aumento de las infecciones por el VIH entre personas usuarias de drogas inyectables (UDI) en Glasgow.
En 2015, se localizó un brote de VIH entre personas UDI en el Servicio Nacional de Salud Greater Glasgow and Clyde, a pesar de que, desde hace 30 años, existe un programa de reducción de daños con una cobertura muy amplia que distribuye alrededor de un millón de kits de inyección segura cada año.
Al cabo de tres años la epidemia persiste y los investigadores tratan de saber a qué grupos de población está afectando la epidemia.
En un intento por comprender la reaparición del VIH en este grupo de población usuaria de drogas, donde hasta hace poco tiempo la incidencia había permanecido baja desde el primer brote registrado a principios de la década de 1980, un equipo de investigadores analizó los datos de vigilancia bioconductual de los participantes en una encuesta completada entre 2011-2018 en cuatro centros con programas intercambio de jeringuillas de Glasgow.
Entrevistadores adecuadamente formados formularon a los participantes de la encuesta preguntas sobre cuestiones demográficas, conductuales y del uso del programa de intercambio de jeringuillas y se les tomaron muestras de sangre seca para realizarles una prueba anónima del VIH y del virus de la hepatitis C (VHC).
Los investigadores elaboraron varios modelos para determinar los factores de riesgo individuales y ambientales asociados con la infección por VIH.
El análisis evidenció que entre 2011 y 2018 la prevalencia del VIH en las personas encuestadas aumentó de 0,1% a 4,8% en el Greater Glasgow and Clyde, y de 1,1% a 10,8% en el centro de la ciudad de Glasgow.
En este mismo periodo, la prevalencia de uso de cocaína por vía intravenosa aumentó del 16% al 50% en la muestra general, y del 37% al 77% en el centro de la ciudad de Glasgow.
Los resultados revelaron que las personas con el VIH tenían más probabilidades de haber estado sin hogar en los últimos seis meses, de haber permanecido en un centro penitenciario al menos cinco veces desde que empezaron a inyectarse drogas y de haberse inyectado cocaína en los últimos seis meses.
Después de tener en cuenta los factores de riesgo ambientales e individuales, la infección por el VIH se asoció con el consumo de cocaína por vía intravenosa y la falta de vivienda.
Este estudio proporciona evidencia adicional sobre los malos resultados de salud y las desigualdades experimentadas por las poblaciones sin hogar, y destaca la necesidad de más investigación sobre las motivaciones y los patrones de inyección de estimulantes en este grupo para informar las políticas y las respuestas en la práctica clínica.
Las poblaciones sin hogar tenían más probabilidades de inyectarse cocaína a pesar de que la heroína es la sustancia ilegal dominante que existe desde hace más tiempo.
Curiosamente, este estudio proporciona nueva evidencia que vincula la inyección de cocaína en polvo con la falta de vivienda, junto con estudios en otros lugares que también informan de tasas crecientes de inyección de cocaína en las personas sin hogar.
Este cambio en el uso de sustancias no es exclusivo de Glasgow.
En Europa, se han producido brotes de VIH en Luxemburgo, Atenas y Budapest, a pesar de los sólidos programas de reducción de daños que poseen.
Muchos expertos apuntan a la disponibilidad de cocaína de alta calidad en el mercado como la razón por la cual las personas se están alejando del consumo de heroína por vía intravenosa.
En esta investigación, la inyección de cocaína también se asoció significativamente con el VIH después de controlar por la frecuencia de inyección y las relaciones sexuales sin protección.
En comparación con la heroína, la cocaína es una sustancia con una vida media más reducida (tiempo en que la concentración en sangre de la droga se reduce a la mitad, lo que se corresponde con una reducción de su efecto), por lo que se asocia con inyecciones más frecuentes.
También es más probable que se tome cocaína en escenarios sociales que pueden conducir a un aumento de los comportamientos de riesgo de adquirir el VIH.
Este resultado sugiere que podría haber otros aspectos no medidos de la inyección de cocaína que aumentan el riesgo de infección por VIH entre personas UDI en Glasgow.
Es necesaria más investigación sobre el papel de la inyección de cocaína para facilitar y mantener la transmisión rápida del VIH entre personas UDI.
Los autores concluyen señalando que los programas de reducción de daños de amplia cobertura se deben combinar con la vigilancia de la infección por el VIH y las conductas asociadas con su posible transmisión a través de programas comunitarios, realizando un esfuerzo por llegar a las poblaciones más desatendidas y reaccionando con rapidez ante amenazas potenciales.
Website The Lancet:
https://www.thelancet.com/journals/lanhiv/