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Así como Promover, Difundir y Aplicar los Programas que las Instituciones Públicas y Privadas, Nacionales e Internacionales, y que Favorezca la Restitución, Atención y Tratamiento de las Personas con VIH/Sida.
El uso de BMS-955176 en una biterapia (combinado con Atazanavir) podría ser una buena opción para personas cuyo VIH presenta resistencias a análogos de Nucleósido o para aquellas cuyo organismo no tolera bien dicha familia de antirretrovirales.
BMS-955176, un antirretroviral en investigación con un mecanismo de acción innovador, sería bien tolerado y podría conllevar niveles de eficacia similares a los de una terapia antirretroviral estándar (formada por 3 fármacos) al combinarse únicamente con un fármaco, concretamente Atazanavir (Reyataz®).
Estas han sido las principales conclusiones de un pequeño estudio de fase IIa presentado en la VIII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH (IAS 2015).
El nuevo estudio supone un nuevo paso hacia adelante en el desarrollo del fármaco, tal y como ya sucedió en la pasada edición de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) con un estudio –también de fase IIa- llevado a cabo con el fármaco.
La actividad de BMS-955176 tiene en uno de los últimos pasos de la replicación del VIH, justo antes de su salida de la célula huésped, evitando la división entre la proteína de cápside p24 (la que detectan las pruebas diagnósticas de cuarta generación) y una pequeña secuencia peptídica de la poliproteína Gag del VIH.
Ello promueve la liberación de virus inmaduros que no pueden infectar a otras células.
La familia de los inhibidores de la maduración, a la que pertenecería BMS-955176, aún no cuenta con ningún fármaco comercializado.
Bevirimat es, hasta la fecha, el principio activo de esta familia que llegó más lejos dentro del desarrollo clínico, que finalmente fue interrumpido por problemas de resistencia natural al fármaco de algunas cepas del VIH.
Según los resultados de los estudios realizados durante la aún corta andadura de BMS-955176, estos problemas no tendrían lugar con el nuevo fármaco.
El nuevo estudio contó con la participación de 28 adultos con VIH de subtipo B –el más prevalente en Europa y EE UU-, que tomaron una combinación formada por BMS-955176 y el inhibidor de la proteasa (IP) Atazanavir.
La selección de dicha combinación no fue casual: dado que los mecanismos de acción de los IP y de los inhibidores de la maduración tienen lugar en fases cercanas de la replicación del VIH, se considera que su toma conjunta puede generar sinergia, es decir, que la actividad resultante de la combinación sea superior a la suma de las de los dos fármacos de forma individual.
Además, esta combinación podría suponer una interesante alternativa para personas que no pueden tomar inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de Nucleósido (ITIN), ya sea por intolerancia o por tener VIH con mutaciones de resistencia a dicha familia.
Todos los participantes eran hombres y mayoritariamente de etnia blanca.
El recuento de CD4 al inicio del tratamiento era de unas 500 células/mm3 y la mediana de la carga viral era de 4,2log copias/mL.
Los participantes fueron distribuidos aleatoriamente a recibir BMS-955176 (a dosis de 40 u 80mg diarios) y Atazanavir (400mg sin potenciar con Ritonavir [Norvir®] o 300mg si se potenciaba con 100mg de Ritonavir).
El tratamiento tuvo una duración de 28 días, mientras que el seguimiento se prolongó durante 14 días tras la finalización del tratamiento.
Los resultados de los grupos de tratamiento se compararon con los de un grupo control, que recibió Tenofovir/Emtricitabina (Truvada®) y Atazanavir potenciado por Ritonavir.
La carga viral disminuyó rápidamente en todos los grupos de tratamiento, con reducciones de la carga viral de entre 1,66 y 2,18log al finalizar el tratamiento.
Dicha disminución fue comparable a la observada en el grupo control (de 2,22log).
Las reducciones máximas de la carga viral durante los 42 días evaluados fue de 2,02log en el grupo que tomaba 40mg de BMS-955176 y Atazanavir potenciado por Ritonavir, de 1,86log en el grupo que tomaba 40mg de BMS-955176 y Atazanavir no potenciado, de 2,23log en el grupo que tomaba 80mg de BMS-955176 y Atazanavir no potenciado y de 2,39log en el grupo control.
El tratamiento con BMS-955176 fue, en general, bien tolerado, sin efectos adversos graves ni interrupciones del tratamiento por efectos adversos.
Una persona del grupo con dosis de 80mg diarios de BMS-955176 experimento neutropenia transitoria, un efecto adverso que debería ser adecuadamente controlado en posteriores estudios para descartar posibles fenómenos de toxicidad hematológica relacionados con el fármaco que podrían afectar al balance riesgo-beneficio del fármaco.
La mayoría de personas que tomaron Atazanavir potenciado por Ritonavir experimentaron elevaciones de los niveles de bilirrubina, un efecto secundario conocido de Atazanavir.
Sin embargo, solo en dos de las 16 personas que tomaron Atazanavir no potenciado tuvo lugar dicho efecto adverso.
La coadministración de BMS-955176 –en cualquiera de las dosis evaluadas- no pareció condicionar la elevación de los niveles de bilirrubina.
Los resultados del presente estudio muestran que BMS-955176 –a falta de estudios de mayor tamaño que confirmen la eficacia y seguridad del fármaco- podría tener un papel interesante dentro de las futuras opciones terapéuticas para tratar la infección por VIH.
La posibilidad de formar parte de regímenes seguros y tolerables libres de ITIN la conferiría un importante valor añadido.
Fuente: HIVandHepatitis
Referencia: Hwang C, Schürmann D, Soboths C, et al. Second-generation HIV-1 maturation inhibitor BMS- 955176: antiviral activity and safety with atazanavir +/- ritonavir. 8th International AIDS Society Conference on HIV Pathogenesis, Treatment, and Prevention. Vancouver, July 19-22, 2015. Abstract TUAB0106LB.
La IAS 2015, además de ser recordada como la conferencia del (objetivo) ’90-90-90’ también lo será por ser el encuentro en el que la profilaxis pre-exposición (PrEP) pasó de los ensayos clínicos al uso en ‘entornos reales’.
Aparte de los resultados procedentes de los estudios sobre dosificación intermitente (de los que se informó la semana pasada), en la IAS 2015 también se presentaron los datos de los estudios de demostración diseñados para probar el funcionamiento de la PrEP en un entorno real, fuera de los ensayos clínicos.
Estos estudios de demostración evaluaron el uso diario de la profilaxis con Tenofovir y Emtricitabina (Truvada) en diversos escenarios de EE UU.
Estos ensayos hallaron que las personas con un mayor nivel de riesgo de infección fueron las que utilizaron la profilaxis de forma más constante.
El Proyecto US Demo examinó el uso de la profilaxis en hombres gais y bisexuales y mujeres transexuales en las ciudades de San Francisco, Miami y Washington DC (EE UU).
El estudio descubrió que, a lo largo de un año, el nivel de adherencia de los participantes a las dosis de tratamiento profiláctico fue del 85%.
Los mayores niveles de adherencia se registraron en aquellas personas que también declararon haber practicado sexo sin preservativo con dos o más parejas en los tres meses anteriores.
El nivel de adherencia fue notablemente inferior entre los participantes de Miami. Muestra de ello fue que mientras que la adherencia fue del 90% en San Francisco y del 88% en Washington DC, en Miami sólo se alcanzó el 65%.
Los participantes de Miami tendieron a ser de menor edad, la proporción de personas de etnia negra era mayor y solían tener menos conductas de riesgo de infección por VIH.
Se observó una sólida relación entre el origen étnico y el nivel de adherencia a la profilaxis: el 97% de los participantes de etnia blanca presentaron unos niveles de Tenofovir en sangre compatibles con la toma de cuatro o más dosis a la semana.
Este porcentaje fue del 77% entre las personas de origen latino y apenas del 57% entre las de etnia negra.
El estudio ATN 110 (siglas en inglés de Red de Ensayos con Adolescentes) consiguió la inscripción de 200 hombres jóvenes gais y bisexuales en doce ciudades de EE UU.
Este ensayo también halló pruebas de la existencia de diferencias en los niveles de adherencia a la PrEP en función del origen étnico, observándose los niveles más bajos entre los hombres negros.
Cuatro participantes se infectaron por VIH en el transcurso del estudio (a las semanas 8, 32, 40 y 48), lo que equivale a una incidencia anual del 3,29%.
Estos cuatro hombres habían tomado la profilaxis en algún momento, pero ninguno de ellos presentó niveles detectables de Tenofovir en sangre en la visita programada del estudio en la que se les diagnosticó el VIH.
“ATN 110 tuvo éxito en lograr la participación de hombres jóvenes que practican sexo con otros hombres (HSH) que podrían ser elegibles para recibir profilaxis pre-exposición”, comentó la doctora Sybil Hosek.
“La tasa de incidencia de VIH fue elevada en comparación con las observadas en los brazos de intervención de otros ensayos abiertos sobre PrEP, pero dado el elevado número de infecciones de transmisión sexual detectado, esta cifra probablemente hubiera sido más elevada en ausencia de profilaxis”.
“Se trata de un grupo de hombres jóvenes y muy pocos de ellos poseen seguro médico o reciben atención sanitaria de forma regular.
Tenemos que investigar más sobre las creencias relativas a la salud y a los niveles de confianza de nuestros participantes para entender qué intervenciones podrían alentar el uso de la PrEP”.
La prueba del VIH realizada por la propia persona (Autotest) fue otro de los temas que atrajo la atención en la IAS 2015.
Algunas de las sesiones más concurridas de la conferencia fueron la presentación de las directrices sobre pruebas del VIH de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y un simposio sobre nuevas modalidades de realización de prueba diagnóstica del VIH.
En las directrices de la OMS no se llega a recomendar el Autotest porque aún no está claro cómo debería ofrecerse está opción, ni que precauciones habría que tomar para garantizar la derivación a la atención médica y evitar la coacción.
Actualmente hay en marcha al menos 20 estudios dirigidos a proporcionar más pruebas al respecto, pero los ya presentados parecen dejar claro la existencia de una enorme demanda de las pruebas realizadas por la propia persona.
Una de las lagunas de conocimiento más importantes es la referida a su implementación en entornos de recursos limitados con hombres que practican sexo con hombres (HSH), personas trabajadoras sexuales, personas usuarias de drogas intravenosas y otras poblaciones en situación de vulnerabilidad.
En aquellos lugares donde exista un estigma social generalizado o preocupaciones sobre la confidencialidad que dificulten el acceso a los servicios sanitarios, las pruebas realizadas por la propia persona pueden ofrecer ventajas particulares para dichos grupos de población en cuanto a privacidad y autonomía.
Sin embargo, Peter MacPherson, de la Facultad de Medicina Tropical de Liverpool (Reino Unido), afirmó que le constaba la realización de 20 estudios sobre los Autotest realizados entre la población general de países africanos, pero en sólo 6 de ellos se implicaba a poblaciones clave.
También existen pocos datos sobre adolescentes y hombres mayores, aunque las pruebas del VIH tienen poca aceptación en todos esos grupos.
Una colaboración encabezada por PSI (y financiada por UNITAID) está llevando a cabo la mayor evaluación mundial hasta la fecha sobre los Autotest del VIH.
Se realizarán experiencias piloto para probar diferentes modelos de distribución de esta prueba, tanto entre la población general como entre las poblaciones más vulnerables, en Malaui, Zambia y Zimbabue.
Para ello se distribuirán aproximadamente 750.000 kits de Autotest.
PSI tiene experiencia en la aplicación de estrategias de marketing social en la distribución de preservativos, anticonceptivos, redecillas tratadas con insecticida para las camas y otros productos sanitarios.
Unos sólidos esfuerzos de comunicación y distribución ayudan a garantizar la amplia aceptación y el uso adecuado de los productos.
Estos estudios piloto proporcionarán información sobre cómo distribuir los productos de Autotest de forma eficaz, ética y eficiente.
También responderán a cuestiones claves sobre la viabilidad, aceptabilidad e impacto de la intervención.
La OMS utilizará los resultados para desarrollar directrices y respaldar la integración de estas pruebas dentro de las políticas nacionales.
Al eliminar las barreras reguladoras y obtener una mejor estimación del tamaño probable del mercado de los kits de autorrealización de la prueba del VIH, el proyecto espera que sus resultados sirvan de estímulo a los fabricantes para entrar en este mercado.
3.-Tratamiento y prevención del VIH para personas usuarias de drogas intravenosas.
“En Vancouver hemos hablado mucho sobre el éxito del tratamiento como prevención, pero es necesario garantizar que las personas entiendan que este éxito requiere la integración de diversos enfoques”, declaró la pasada semana el doctor Evan Wood, de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá) durante una presentación plenaria de la conferencia IAS 2015.
El número de diagnósticos de VIH en personas usuarias de drogas intravenosas en la Columbia Británica ha descendido en más de un 90% desde su valor máximo registrado en 1996. Según Wood, este éxito se ha debido a una combinación de diversos factores: empoderamiento de la comunidad, programas de reducción de daños, tratamiento de las adicciones y acceso universal al tratamiento y atención médica del VIH.
De todos modos, la criminalización y la marginalización de las personas que consumen drogas siguen constituyendo los principales obstáculos.
“El éxito del tratamiento como prevención en la población de usuarios de drogas intravenosas en Vancouver ha sido fenomenal”, declaró su colega, el profesor Julio Montaner, en otra sesión.
“El motivo por el que está funcionando tan bien es que existe una sinergia entre los programas de intercambio de jeringuillas, los puntos de inyección supervisada, los programas de dispensación de metadona y el tratamiento como prevención”.
En 2006, el 30% de las personas de esta población que recibían atención médica estaban tomando tratamiento antirretroviral y presentaban una carga viral indetectable.
En el año 2012, esta cifra se había elevado al 71%.
Se han realizado considerables esfuerzos para atraer a las personas usuarias de drogas a los programas de tratamiento del VIH y a aquellos de reducción de daños, que son siempre gratuitos para quienes los necesitan.
En la conferencia también se afirmó que un proyecto de educación de pares realizado en Ucrania consiguió reducir en un 41% la tasa de nuevas infecciones por VIH en personas usuarias de drogas inyectables.
El ensayo, de distribución aleatoria de clústeres, contó con la participación de personas que se encontraban en un riesgo excepcionalmente elevado de adquirir la infección por VIH (cada año, una de cada tres de ellas se infectaba).
Se cree que la intervención funcionó al fomentar que las personas hicieran un mayor un uso de los programas de intercambio de jeringuillas.
Para el estudio, las personas en fase de recuperación actuaron como trabajadores sociales.
Se contactó e inscribió a 1.205 personas sin VIH que eran usuarias de drogas inyectables.
La mitad de ellas fueron distribuidas de forma aleatoria a recibir la intervención control: un programa de counselling y educación similar en gran medida al propuesto generalmente por el Instituto Nacional sobre Consumo de Drogas de EE UU.
La otra mitad, además de counselling y la educación, recibió una intervención realizada por pares. Esto suponía recibir formación para captar a sus iguales y educarlos sobre prácticas de reducción de daños.
La formación, dirigida por los trabajadores sociales, estaba guionizada e implicó la realización de juegos de roles.
A cada uno de los ‘pares líderes’ que había recibido la formación se le pidió que trajera al programa a otras dos personas que supiera que consumían drogas.
La intervención se basó en ideas sobre aprendizaje social, identidad social, normas sociales y difusión social.
Tetiana Deshko, de la Alianza Internacional del VIH/Sida en Ucrania, declaró en la conferencia que las intervenciones de reducción de daños en algunas partes de Ucrania, con el apoyo de donantes internacionales, habían conseguido reducir la incidencia del VIH entre la población de personas usuarias de drogas intravenosas.
Sin embargo, la actual inestabilidad política y la influencia rusa, especialmente en la región de Donetsk, suponen una amenaza para los derechos humanos y los enfoques de salud pública que habían sido introducidos en este ámbito.
Se están desarrollando nuevos antirretrovirales que podrían presentar mejores perfiles de tolerabilidad y menores efectos secundarios a largo plazo, según los datos presentados en la IAS 2015.
Tenofovir Alafenamida (TAF) es una nueva formulación de Tenofovir que permite alcanzar unos niveles más elevados de fármaco en las células con VIH.
Sin embargo, su concentración en plasma sanguíneo es más baja y los efectos del medicamento sobre los riñones, huesos y otros órganos y tejidos son menores.
Un estudio de fase 3, en el que participaban personas con experiencia en tratamientos y función renal normal que cambiaron de la antigua formulación de Tenofovir a la nueva, reveló que las personas que tomaban Atripla o Atazanavir/Truvada y cambiaron a TAF (10mg), Emtricitabina (200mg), Elvitegravir (150mg) y Cobicistat (150mg) presentaron respuestas virológicas significativamente mejores, mientras que las que tomaban Stribild antes del cambio, presentaron unas respuestas similares.
Las personas que cambiaron a TAF experimentaron mejoras en los marcadores de la función renal, mientras que las que siguieron tomando regímenes que contenían la actual formulación de Tenofovir (TDF), empeoraron.
La densidad mineral ósea en la espalda aumentó un 1,79% en promedio en el brazo de TAF, mientras que disminuyó una media de 0,28% entre las personas que siguieron tomando los regímenes con TDF.
Los datos presentados en la IAS 2015 confirmaron que las nuevas combinaciones de antivirales de acción directa, sin interferón, resultan igual de eficaces para curar la hepatitis C en personas con y sin VIH.
Se presentaron datos de tres regímenes distintos sin interferón (Sofosbuvir/Ledipasvir, el régimen 3D de AbbVie y Grazoprevir/Elbasvir) que revelaron buenos niveles de tolerabilidad y curaron la hepatitis C a más del 90% de las personas coinfectadas por VIH y VHC en tres ensayos clínicos.
Otro estudio presentado en la conferencia demostró que las personas coinfectadas por VIH y VHC con cirrosis hepática, que alcanzaron una respuesta virológica sostenida (RVS) y experimentaron una mejora de la fibrosis en el hígado presentaron una menor probabilidad de desarrollar complicaciones hepáticas o morir por causas relacionadas con el hígado.
En algunos casos, la regresión de la fibrosis resultó beneficiosa incluso en ausencia de curación. Un estudio relacionado descubrió que, en ausencia de tratamiento de la hepatitis C, la puntuación de un biomarcador que es moderadamente predictivo de la progresión del daño hepático aumentó con más rapidez en las personas que recibían una terapia antirretroviral que contenía Abacavir y Lamivudina y/o un inhibidor de la proteasa.
6.-Prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo.
La terapia antiretroviral combinada que contiene el inhibidor de la integrasa Raltegravir (Isentress) parece resultar segura y eficaz y puede constituir una opción atractiva de tratamiento para las mujeres con VIH que están embarazadas (y posiblemente también para sus hijos) para evitar la transmisión del VIH perinatal, según los resultados de un estudio presentados la semana pasada en la IAS 2015.
En general, las actuales directrices europeas y de EE UU recomiendan que las mujeres embarazadas reciban el mismo tipo de terapia antirretroviral combinada que otros adultos con VIH.
Sin embargo, las directrices de EE UU consideran a Raltegravir una opción ‘alternativa’ debido a que se disponen de menos datos sobre su uso durante el embarazo.
No obstante, debido a su rápida acción a la hora de reducir la carga viral, podría ser especialmente beneficioso para aquellas mujeres con VIH que se presentan en la atención médica cuando el embarazo ya está muy avanzado, sin haber recibido atención prenatal, y que necesitan reducir con rapidez su carga viral antes del momento del parto.
También puede ser útil para aquellas mujeres que experimentan un fracaso del tratamiento durante el embarazo o presentan virus con resistencia a fármacos.
Un estudio realizado en Tailandia y presentado también en la IAS 2015 demostró que la intensificación de la terapia antirretroviral (mediante la adición de un tratamiento profiláctico con Nevirapina al tratamiento estándar triple para la madre o al extender hasta las cuatro semanas, en lugar de una, la profilaxis antirretroviral para el bebé) consiguió evitar la transmisión del VIH cuando las madres iniciaron el seguimiento médico de su embarazo tarde o llevaban menos de ocho semanas de terapia antirretroviral antes del parto.
En el estudio REMEMBER se compararon distintas estrategias de tratamiento de las personas coinfectadas por VIH y tuberculosis.
Un estudio presentado durante la VIII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención (IAS 2015), ha evidenciado que el inicio temprano de la terapia antituberculosa no ofrece beneficios en personas con bajos recuentos de CD4 que inician la terapia antirretroviral.
El ensayo, conocido bajo el nombre de REMEMBER, se llevó a cabo en diez países con alta prevalencia de tuberculosis: Kenia, Malaui, Sudáfrica, Uganda, Zambia, Zimbabue, India, Haití, Brasil y Perú.
El estudio contó con 850 participantes que vivían con VIH y tenían un recuento de CD4 inferior a 50 células/mm3 que fueron distribuidos aleatoriamente en dos brazos.
Los 424 participantes del primer brazo recibieron efavirenz + tenofovir/emtricitabina (Truvadaâ) o dos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN) disponibles localmente, además de tratamiento antituberculoso con cuatro fármacos previo al diagnóstico de la infección bacteriana (tratamiento empírico o precoz).
En el segundo brazo, 426 personas con VIH recibieron el mismo tratamiento antirretroviral que el primer grupo más isoniazida durante 24 semanas y terapia antituberculosa si se confirmaba el diagnóstico o se desarrollaba tuberculosis activa.
En ambos brazos, alrededor del 60% de participantes tenía recuentos CD4 por debajo de 25 células/mm3 (18 células/mm3 de media en el primer grupo, 19 células/mm3 de media en el segundo).
El estudio excluyó a las personas con tuberculosis activa (confirmada o con fuerte sospecha de ello) al inicio del ensayo, ya que el objetivo era comprobar si el tratamiento empírico reducía la mortalidad o prevenía el desarrollo de la enfermedad.
El primer criterio de evaluación del estudio fue la supervivencia a las 24 semanas con la intervención asignada.
Los análisis secundarios compararon la incidencia de tuberculosis, mortalidad, seguridad y tolerabilidad.
Durante el estudio la incidencia de tuberculosis fue menor a la esperada.
En el grupo de tratamiento empírico hubo una tasa de mortalidad a las 24 semanas del 4,8%, mientras que en el grupo que recibió isoniazida la mortalidad fue del 5,2%.
La diferencia en las tasas de mortalidad no fue estadísticamente significativa.
Sin embargo, hubo una mayor frecuencia de tuberculosis en el tratamiento empírico (33 casos, frente a 19 en el segundo grupo) a la semana 24, diferencia que sí fue estadísticamente significativa (p= 0,001).
En ambos grupos, la seguridad y tolerabilidad de cada opción terapéutica fue similar.
Debido a los hallazgos del ensayo, el equipo liderado por la doctora Hosseinipour, concluyó que suministrar de forma sistemática tratamiento empírico contra la tuberculosis no parece aportar beneficios clínicos.
Por ello, sería suficiente con seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): proporcionar terapia antirretroviral más isoniazida para reducir el riesgo de desarrollar tuberculosis activa en personas con infección por VIH avanzada.
Además, los datos apoyan el creciente movimiento de activistas y líderes comunitarios para conseguir un mayor acceso a isoniazida en países con alta prevalencia de tuberculosis y recursos económicos limitados.
Fuente: Aidsmap
Referencias: Hosseinipour M et al. Empiric TB therapy does not decrease early mortality compared to isoniazid preventive therapy in adults with advanced HIV initiating ART: results of ACTG A5274 (REMEMBER study). 8th International AIDS Society Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention, Vancouver, abstract MOAB0205LB, 2015.
Los expertos consideran que el estudio de estos casos podría ser útil en la búsqueda de una cura funcional de la infección por VIH.
En la VIII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH (IAS 2015) se presentó el caso de una joven francesa que tras haber adquirido el VIH en el momento de nacer y recibir tratamiento antirretroviral de forma muy temprana, interrumpió la terapia cuando tenía seis años, a pesar de lo cual ha permanecido con una carga viral indetectable durante doce años.
No es el primer caso registrado de un control virológico sin necesidad de fármacos en una persona que inició el tratamiento en el momento de nacer, pero se trata de la remisión más prolongada de la que hay constancia.
De hecho, en un caso similar, el de la denominada ‘niña de Mississippi’, la niña acabó volviendo a presentar una carga viral detectable tras algo más de dos años sin tratamiento.
Los investigadores consideran que el estudio de estas personas (denominadas ‘controladoras post-tratamiento’) podría ofrecer pistas para alcanzar la cura funcional frente a la infección.
La ANRS (siglas en francés de la Agencia Nacional para la Investigación del Sida) dispone de una base de datos con más de 10.000 madres con VIH y desde 1989 ha detectado el nacimiento de 579 niños que adquirieron el virus por vía vertical en Francia.
De estos bebés, unos 200 iniciaron el tratamiento de forma temprana, con menos de seis meses de edad, y 15 de estos niños interrumpieron el tratamiento cuando su carga viral estaba por debajo de 500 copias/mL.
En 13 de estos 15 casos se produjo un rebote de la carga viral antes de un año tras abandonar el tratamiento. Sin embargo, uno de los niños mantuvo una carga viral indetectable durante más de tres años.
El caso restante corresponde al de la joven mencionada (que actualmente tiene 18 años).
El hecho de encontrar a dos controladores post-tratamiento entre un grupo de 15 niños podría significar que este hecho no es demasiado infrecuente.
Debido a la elevada carga viral de la madre en el momento de nacer (4,63 millones de copias/mL), a la niña se le administró un tratamiento profiláctico con zidovudina. Sin embargo, a las cuatro semanas de vida presentó niveles detectables de ARN del VIH.
Al interrumpir la toma de zidovudina a las seis semanas, la carga viral subió por encima de 2 millones de copias/mL.
Por este motivo, a los tres meses de edad inició un tratamiento antirretroviral con zidovudina, didanosina, lamivudina y ritonavir, a dosis completa (un tratamiento que hoy no sería recomendado).
Cuando tenía cinco años y ocho meses, su madre se desplazó al extranjero, llevándose consigo a su hija, por lo que se perdió el seguimiento clínico.
Cuando regresaron, un año más tarde, la niña seguía con una carga viral indetectable a pesar de que había interrumpido el tratamiento unos meses antes.
Desde que la niña ha vuelto a estar en seguimiento, se registraron dos momentos en los que su carga viral fue detectable. Una vez cuando tenía 12 años (probablemente se trató de un ‘blip’ o repunte temporal) y otra a los 14 años, pero se cree que en este segundo caso pudo haber sido un error del laboratorio.
Al realizar medidas de su carga viral empleando un ensayo ultrasensible en 2014 se determinó que tenía menos de 4 copias/mL y menos de 7 copias/mL en 2015.
También se ha comprobado que tiene ADN viral en las células del sistema inmunitario (un nivel bajo pero no excepcionalmente reducido).
Por todo ello, el virus no ha desaparecido del organismo, sino que ahora su sistema inmunitario es capaz de controlarlo de algún modo.
Esta es la situación que se conoce como ‘cura funcional’ y es uno de los objetivos de la investigación del VIH.
Aunque entre los 2 y los 4 años, su porcentaje de CD4 descendió por debajo de los límites considerados normales en el contexto de la infección, posteriormente volvió a subir y desde entonces se ha mantenido en niveles similares a los de una persona sin VIH.
Se están investigando las respuestas inmunitarias de esta persona y hasta la fecha se han descubierto dos particularidades interesantes.
En primer lugar, su configuración genética no parece relacionada con los tipos que se sabe que están vinculados con un mayor control del virus y una progresión más lenta.
La otra particularidad es que sus células CD8 parecen especialmente poco reactivas frente al VIH, lo que genera unos niveles mucho menores de mensajeros químicos del sistema inmunitario al ser estimulado con antígenos del VIH.
Esta falta de reacción a los antígenos del VIH es una característica ya observada en otras personas controladoras post-tratamiento y es la reacción opuesta a la que presentan los llamados controladores de élite, que mantienen una carga viral indetectable tras la infección sin ni siquiera haber tomado tratamiento.
Los controladores de élite tienden a tener una configuración genética relacionada con una carga viral baja y una progresión lenta, junto con células CD8 que están especialmente alertas frente al virus y destruyendo las células infectadas por VIH.
Esta diferencia entre ambos tipos de personas controladoras (de élite y post-tratamiento) echa por tierra algunos de los modelos propuestos sobre el control del VIH, pero al mismo tiempo ofrece información que puede ser útil para algunas estrategias de cura cuyo objetivo es reducir la actividad contra el VIH y, en consecuencia, evitar la reactivación del reservorio celular del virus.
En este sentido, también hay que destacar el seguimiento de la cohorte VISCONTI, en la que se observa el efecto del inicio temprano del tratamiento.
En dicha cohorte 14 personas adultas que empezaron a tomar pronto el tratamiento mantuvieron una carga viral indetectable (ocho de ellas sin ni siquiera un único rebote temporal o ‘blip’) cuando lo abandonaron.
En este momento, el periodo más largo de remisión virológica prolongada en este estudio fue de 9,5 años.
Todos estos datos parecen indicar que, en determinadas ocasiones, el inicio muy temprano del tratamiento antirretroviral podría llevar a que la persona desarrolle un tipo de respuesta inmunitaria que le permite controlar el VIH.
No obstante, aún es necesario investigar más para saber cómo aprovechar esta información procedente de las personas controladoras post-tratamiento para su aplicación en la práctica clínica.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Sáez-Cirión A et al. HIV-1 virological remission for more than 11 years after interruption of early initiated antiretroviral therapy in a perinatally-infected child. 8th International AIDS Society Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention, Vancouver. Abstract MOAA0105LB. 2015.
*Profilaxis Pre-exposición Oral; Poner una Nueva Opción en su Contexto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé la liberación de una guía actualizada sobre la profilaxis oral de pre-exposición (PrEP), que contiene Tenofovir (TDF), como una opción adicional de prevención del VIH.
La nueva orientación es probable que sea significativamente más amplio que antes y crea oportunidades reales para avanzar con la implementación de la PrEP como parte de programas integrales de VIH.
Esta publicación, producida en colaboración entre el ONUSIDA, la OMS y AVAC, tiene por objeto complementar las recomendaciones de la OMS y apoyar el uso óptimo de PrEP oral a proteger a las personas y contribuir a poner fin a la epidemia del SIDA.
*La Profilaxis Pre-Exposición Oral, Preguntas y Respuestas.
Ejecución PrEP plantea nuevos retos en la planificación, gestión y prevención combinada financiación.
Al darse cuenta de la promesa de la PrEP requerirá gobiernos, donantes, la sociedad civil y otras partes interesadas a unir fuerzas para abordar sistemáticamente de licencias de medicamentos antirretrovirales para el uso de PrEP, el establecimiento de prioridades para los lugares y poblaciones de aplicación, por lo que los servicios de uso fácil y asegurar la adherencia.
Estos esfuerzos valen la pena en función de su contribución al logro de las metas mundiales de menos de 500 000 personas anualmente adquirir el VIH en 2020 y el fin del SIDA como una amenaza para la salud pública para el año 2030.