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Centro Nacional de Capacitación y Educación para la Prevención, Tratamiento y Cuidado del VIH/Sida

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Fortaleciendo así la Capacidad Médica Integral.

jueves, 30 de julio de 2020

Egrifta Mejora la Salud del Hígado en Personas con VIH

La hormona inyectable ayuda a reducir la inflamación y la fibrosis asociadas con NAFLD en esta población. 

La Egrifta (Tesamorelina), un análogo del factor liberador de la hormona del crecimiento, desactiva los genes que promueven la inflamación y la acumulación de tejido cicatricial en personas con VIH que tienen enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), lo que mejora su salud hepática y potencialmente reduce el riesgo de cáncer de hígado, según un estudio reciente. 

"Estos datos demuestran por primera vez cómo la Tesamorelina reduce la acumulación de grasa en el hígado y mejora la expresión de genes hepáticos que reflejan un retorno general hacia la salud del hígado en personas que viven con NAFLD / NASH asociado al VIH", Steven Grinspoon, MD, del Hospital General de Massachusetts, dijo en un comunicado de prensa de Theratechnologies. 

La NAFLD y su forma más grave, la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), son causas crecientes de enfermedad hepática avanzada. 

La acumulación de grasa en el hígado provoca inflamación, que con el tiempo puede provocar fibrosis hepática (acumulación de tejido cicatricial), cirrosis y cáncer de hígado. NAFLD es común en personas con VIH, y parece progresar más rápidamente en esta población. 

Sin terapias médicas efectivas actualmente aprobadas, el manejo se basa en cambios en el estilo de vida, como la pérdida de peso y el ejercicio. 

Egrifta, un medicamento inyectable auto-administrado una vez al día, imita una hormona natural producida en el cerebro que desencadena la liberación de la hormona del crecimiento, que desarrolla músculo y descompone la grasa. 

Fue aprobado en 2010 como un tratamiento para reducir el exceso de grasa abdominal en personas VIH positivas con lipodistrofia. 

La investigación ha demostrado que Egrifta también puede reducir la grasa del hígado en personas VIH positivas con NAFLD, aunque aún no está aprobado para esta indicación. 

En un ensayo de Fase II por el equipo de Grinspoon publicado en 2019, Egrifta disminuyó la acumulación de grasa en el hígado y evitó la progresión de la fibrosis en comparación con un placebo en personas con NAFLD asociado al VIH. 

Ahora, un subestudio de ese ensayo ha arrojado luz sobre cómo el medicamento reduce la grasa y la fibrosis hepáticas.

Como se describe en JCI Insight, Grinspoon y sus colegas evaluaron el efecto de Egrifta en las vías genéticas en muestras de biopsia hepática de personas VIH positivas con NAFLD que participaron en el estudio. 

Al comparar las muestras de biopsia hepática emparejadas tomadas al comienzo de la prueba y después de un año de tratamiento, los investigadores encontraron que Egrifta aumentó la expresión génica relacionada con la Fosforilación Oxidativa, el proceso por el cual los nutrientes se descomponen para proporcionar energía en las plantas de energía celular conocidas como Nitocondrias. 

"El deterioro mitocondrial puede promover la acumulación de grasa hepática y la generación de metabolitos lipídicos tóxicos, aumentando el estrés oxidativo, la muerte celular, la inflamación y la fibrosis, que son eventos clave en la progresión de la NAFLD", escribieron los autores del estudio.  
Además, Egrifta condujo a una disminución en la expresión de genes relacionados con inflamación, reparación de tejidos y división celular. 

Estos cambios en la expresión génica se correlacionaron con una fibrosis mejorada y una disminución de los biomarcadores relacionados con la inflamación. 

El crecimiento celular excesivo a medida que el hígado intenta reparar el daño tisular es responsable de la acumulación de tejido cicatricial y puede desencadenar el carcinoma hepatocelular (CHC), el tipo más común de cáncer de hígado. 

El subestudio demostró que Egrifta regulaba los genes asociados con un pronóstico favorable del CHC mientras regulaba negativamente los relacionados con malos resultados. 

"Nuestros hallazgos informan nuestro conocimiento de la biología de la acción de la hormona del crecimiento en el hígado y proporcionan una base mecanicista para los efectos clínicos observados de Tesamorelina en el hígado", concluyeron los autores del estudio. 

"Dado que la población con VIH tiene un alto riesgo de NAFLD y mayores tasas de progresión de la fibrosis, existe una necesidad crítica de estudios dedicados entre este grupo de pacientes", escribieron. 

"Nuestros hallazgos también pueden proporcionar información para otras poblaciones con NAFLD y, por lo tanto, proporcionar una base sólida para estudios adicionales". 




Website The Journal of Clinical Investigation insigth: 
https://insight.jci.org/ 

COVID-19 Proyectado para Causar un Aumento en las Muertes por VIH, Tuberculosis y Malaria

Las interrupciones en los servicios de prevención y tratamiento debido a la pandemia podrían causar un aumento sustancial de las muertes en las naciones más pobres. 

La pandemia de COVID-19 está causando interrupciones en los servicios de prevención y tratamiento del VIH, la tuberculosis (TB) y la malaria, lo que podría provocar un aumento de las muertes por esas enfermedades en los países de ingresos bajos y medianos.

El número de estas muertes en exceso podría ser tan grande como el de las personas que mueren directamente de COVID-19 en los próximos cinco años, según un nuevo estudio de modelos publicado en The Lancet Global Health. 

Alexandra Hogan, PhD, del Centro del Consejo de Investigación Médica para el Análisis Global de Enfermedades Infecciosas, y sus colegas proyectaron que en las naciones de bajos y medianos ingresos, donde el impacto del VIH, la tuberculosis y la malaria es más grave, las interrupciones relacionadas con COVID-19 los servicios de prevención y tratamiento podrían aumentar la tasa de mortalidad anual hasta en un 10% para el VIH, 20% para la tuberculosis y 36% para la malaria en los próximos cinco años.

Los investigadores enfatizaron que una mitigación considerable de estos impactos de la pandemia de COVID-19 aún es posible si se priorizan los servicios más críticos para cada enfermedad. 

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA (ONUSIDA) proyectó recientemente que si el África subsahariana ve una interrupción de seis meses en la entrega del tratamiento antirretroviral (ARV) al 20% de las personas que viven con el VIH en la región, esto podría conducir a a 110,000 muertes adicionales por complicaciones relacionadas con el SIDA para fines de 2021. 

Si todas las personas con VIH en la región vieron una interrupción de seis meses en el acceso a los ARV, esto conduciría a 560,000 muertes adicionales proyectadas para fines del próximo año. 

La duplicación de la tasa de mortalidad preexistente en la región. ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud también han alertado sobre el riesgo de escasez de siete ARV genéricos importantes en 73 países, incluido el Fumarato de Tenofovir Disoproxilo de vital importancia. 

Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, escribió en un ensayo publicado junto con el nuevo estudio de modelado que las encuestas quincenales de más de 100 países en los que invierte el fondo han notado interrupciones en los servicios de 85 % de los programas de VIH, 78% de los programas de TB y 73% de los programas de malaria. 

Ha habido una interrupción alta o muy alta en un 18%, 17% y 19% de estos programas. 




Website EurekAlert!: 
https://www.eurekalert.org/ 

Website The Lancet: 
https://www.thelancet.com/journals/lancet/ 

AIDS 2020: La Resiliencia es un Factor que Favorece el Envejecimiento Saludable en Personas con el VIH

Los expertos proponen el uso de un enfoque biopsicosocial donde se ponga en valor los distintos mecanismos comunitarios de atención social la mejora del tratamiento antirretroviral, así como el mayor acceso al mismo en el mundo han supuesto que un número cada vez mayor de personas con el VIH puedan llegar a edades avanzadas.

De hecho, se calcula que en el año 2030 el 70% de las personas con el VIH tendrán más de 50 años y este aumento en la esperanza de vida de las personas con el VIH, aunque sin duda deseables, también traen consigo numerosas incógnitas.

Por este motivo, el tema del envejecimiento en personas con el VIH ha ocupado un lugar destacado en la reciente XXIII Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2020: Virtual), celebrada recientemente de forma virtual debido a la pandemia de la COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por Coronavirus 2019), donde se han presentado varios estudios que intentaban identificar cuáles son los principales retos, así como los factores de protección asociados a un envejecimiento saludable. 

Uno de los estudios presentados en la conferencia fue Living Positive in Queensland (Viviendo positivo en Queensland, Australia), un estudio cualitativo que a lo largo de un período de tres años realizó más de 200 entrevistas a una cohorte compuesta por 73 personas con el VIH, en su mayoría hombres, de entre 34 y 75 años (dos terceras partes de las cuales eran mayores de 50 años). 

Casi dos terceras partes de los participantes tenían el VIH desde hacía un mínimo de 15 años y la mayoría de los participantes contaban con una pensión de apoyo por discapacidad y vivían en viviendas de protección oficial o de alquiler. 

La mayor parte de los hombres declararon padecer otras comorbilidades como cánceres, enfermedades cardíacas, diabetes, además de problemas de salud mental y cognitivos. 

Las entrevistas anuales permitieron reunir información sobre las experiencias vividas por los hombres y determinar qué estrategias seguían las personas que se hacen mayores con el VIH para adaptarse a los desafíos sanitarios, sociales y de atención a los que se enfrentan. 

Los participantes percibían que envejecer con el VIH iba acompañado de una sensación de ‘invisibilidad’socialy apuntaban a que una de las razones de ello era el enfoque exclusivamente biomédico que se hace del VIH, donde se hace hincapié en el efecto del tratamiento antirretroviral sobre la salud física, pero se descuidan otros aspectos del bienestar general. 

Precisamente en otras sesiones de la conferencia también se abogó por un enfoque más holístico de la salud de las personas con el VIH. 

El aislamiento social también contribuyó a la sensación de invisibilidad y este estuvo relacionado con el estigma y el mal estado de salud relacionados con el VIH. 

El estrés que supone el manejo de una enfermedad crónica y las comorbilidades también se tradujo en que los encuestados afirmasen sentir numerosas cargas invisibles que requerían su atención de forma continua. 

Los sentimientos de invisibilidad se vieron aumentados por la existencia de una discriminación más amplia debido a la edad. 

Los participantes también reflejaron su preocupación por las numerosas incertidumbres que rodean el hecho de hacerse mayor con el VIH. 

Así, se mostraron preocupados por el efecto que tendría el VIH a medida que avanzara su edad y si los cambios que se producirían en sus cuerpos podían atribuirse únicamente al propio proceso de envejecimiento o a efectos del propio virus. 

También se destacó el papel de los determinantes sociales de la salud, como los ingresos económicos y la vivienda. 

Como era de esperar, la encuesta también recogió los temores que suelen manifestar las personas mayores de la población en general, como es la posible pérdida de su independencia personal y, así, los participantes declararon que no querer convertirse en una carga para los demás o para el sistema de salud.

A las preocupaciones habituales sobre la atención en las residencias, los participantes también señalaron sus inquietudes sobre el estigma y la discriminación relacionados con el VIH y sobre si el personal de dichos centros estaría preparado para atender las necesidades de las personas con el VIH. 

En este sentido, algunas personas afirmaron que contemplaban la opción de dejar de tomar el tratamiento antirretroviral como un ‘as en la manga’ para buscar una salida en caso de que la pérdida de independencia personal les suponga una situación insoportable. 

Por otro lado, en la encuesta también se buscaba identificar qué factores consideraban los participantes que podrían servir de protección frente al deterioro relacionado con la edad y dar sentido a sus vidas a medida se hacen mayores con el VIH.

Los factores que se identificaron muy vinculados a la aceptación de la propia condición fueron disponer de conexiones sociales y comunitarias, el poder intercambiar experiencias sobre el hecho de vivir y envejecer con el VIH, el realizar tareas de voluntariado y el deseo de sentirse útil. 

En lugar de considerar el envejecimiento con el VIH exclusivamente como una preocupación individual, también se tuvieron en cuenta los aspectos sociales y cómo una persona mayor con el VIH puede convertirse en un miembro valioso dentro de una comunidad. 

Es importante tener en cuenta el concepto de resiliencia (la capacidad de recuperarse de los reveses) al considerar el hecho de hacerse mayor con el VIH. 

Al tener que hacer frente a los problemas sanitarios y sociales asociados a hacerse mayor con el VIH, los participantes de esta cohorte mostraron la capacidad de desarrollar una capacidad de recuperación que les podría ser de ayuda a la hora de afrontar los desafíos futuros y a mantener su esperanza. 

Sin embargo, los autores destacan que muchos de los recursos de apoyo disponibles en Queensland se han visto afectados por recortes. 

Esta pérdida de recursos comunitarios puede resultar perjudicial para las personas mayores con el VIH debido a la función protectora que representan. 

En un estudio canadiense presentado en la conferencia también se examinó el papel que desempeña la resiliencia en el proceso de hacerse mayor con el VIH en el que participaron hombres gays, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) mayores con el VIH. 

Este segundo estudio pretendía determinar de qué modo muchos de estos hombres han conseguido desarrollar resiliencia en el proceso de hacerse mayor con el VIH. 

Esta resiliencia les ha permitido no solo sobrevivir a los impactos clínicos y sociales sufridos, sino también prosperar y llevar vidas plenas y significativas. 

El estudio se basó en las entrevistas realizadas en la ciudad canadiense de Ontario a 41 hombres GBHSH con el VIH, de 40 años o más (media de edad, 54 años). 

La mayoría de los hombres se identificaron como gays (73%) y el 41% eran de etnia blanca, el 20% de etnia negra, y el 17% de ascendencia asiática. 

Los hombres mencionaron que disponían de recursos (como organizaciones y eventos comunitarios, centros de salud o programas de reducción de daños) a los que podían recurrir cuando los necesitaban y que les proporcionaban espacios seguros e inclusivos.

Entre los ejemplos de factores de protección que se mencionaron estarían el disponer del apoyo de familiares o amistades de toda la vida, contar con información sobre el VIH, mantener relaciones sexuales significativas, realizar voluntariado en organizaciones relacionadas con el VIH y realizar activismo. 

Entre los puntos fuertes personales estarían cualidades como la pro-actividad, la perseverancia (por ejemplo, para encontrar un médico adecuado) y la autoconciencia. 

Estos estudios proporcionan una valiosa información sobre la vida de las personas que se hacen mayores con el VIH y sirven para situar el envejecimiento en un contexto biopsicosocial, en lugar de limitarse a un enfoque biomédico en el que se podrían no estar poniendo en valor los sistemas comunitarios de atención social. 

Los autores de los estudios identificaron las estructuras de apoyo social y comunitario como valiosos mecanismos de protección para dicha población.  




Website Aidsmap: 
https://www.aidsmap.com/ 

Website 23rd International AIDS Conference (AIDS 2020): 
https://www.aids2020.org/ 

AIDS 2020: Nuevos Datos Aportan Mayor Seguridad al Uso de Dolutegravir durante el Embarazo

La alerta que se lanzó en 2018 respecto a posibles daños en el tubo neural del feto ya había quedado desactivada por las directrices de la OMS del 2019. 

En el marco de la XXIII Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2020: Virtual), celebrada recientemente de forma virtual debido a la pandemia de la COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por Coronavirus 2019), se han presentado nuevos resultados del estudio Tsepamo. 

La última actualización –con un número importante de datos acumulados– concluye que la alerta lanzada a partir de datos del mismo estudio en el año 2018 resultó ser una falsa alarma y que Dolutegravir (Tivicay®, también en Triumeq® y Dovato®) no incrementaría el riesgo de defectos en el tubo neural de los fetos durante el embarazo. 

Cabe destacar que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2019 ya apuntaban a este extremo. 

El estudio Tsepamo cuenta con una muestra representativa de los nacimientos de Botsuana.

Diseñado inicialmente para evaluar los defectos del tubo neural generados por el antirretroviral Efavirenz (especialidad farmacéutica genérica [EFG], Sustiva®, también en Atripla®), el estudio continuó tras la entrada de Dolutegravir en los esquemas de tratamiento de primera línea en Botsuana y los datos asociados a dicho fármaco fueron incluidos en las actualizaciones periódicas de los datos de vigilancia del estudio. 

En el estudio Tsepamo, se instruye a las Comadronas para que alerten a los investigadores sobre anormalidades detectadas al examinar a un recién nacido. 

Ante tal detección, envían documentación gráfica a los investigadores para su evaluación y posterior seguimiento y/o pruebas adicionales. 

Entre agosto de 2014 y julio de 2018 el estudio incluyó 8 centros –que englobaron el 45% de los nacimientos de Botsuana–. 

En septiembre de 2018 el estudio se expandió hasta incluir 18 centros (el 72% de los nacimientos de Botsuana). 

En septiembre de 2019 seguían activos 16 centros que cubrieron el 70% de los nacimientos acaecidos en Botsuana. Durante la conferencia, la Dra. Rebecca Zash presentó los últimos datos del estudio Tsepamo, actualizados hasta abril de 2020. 

En los últimos años el número de mujeres en Botsuana que han tomado Dolutegravir durante la concepción o el embarazo ha crecido notablemente, por lo que los datos de seguridad son cada vez más consistentes. 

Así, tras la inclusión de los últimos datos, la tasa de defectos en el tubo neural en hijos de madres que tomaban Dolutegravir en el momento de la concepción fue del 0,19% (7 casos en 3.591 nacimientos). 

En el caso de mujeres expuestas a algún antirretroviral en el momento de la concepción –independientemente de cuál fuera- la tasa de defectos en el tubo neural fue del 0,11% (21 casos en 19.361 nacimientos), en el caso de exposición a Efavirenz durante la concepción la tasa fue del 0,07% (8 casos en 10.958 nacimientos). 

La tasa de defectos en el tubo neural observada en hijos de mujeres sin el VIH fue del 0,07% (87 casos en 119.630 nacimientos). 

Las diferencias observadas entre el grupo que tomaba Dolutegravir en el momento de la concepción y el grupo que tomaba otros antirretrovirales no alcanzó diferencias estadísticamente significativas. 

La presente actualización de datos muestra que el riesgo de que se produzcan defectos en el tubo neural al estar tomando Dolutegravir en el momento de la concepción es bajo y no difiere del derivado de la toma de otros antirretrovirales. 



Website 23rd International AIDS Conference (AIDS 2020): 
https://www.aids2020.org/ 

La Prueba de Audición puede Evaluar el Impacto del VIH en el Cerebro

Basado en las ondas cerebrales, esta prueba también podría proporcionar información sobre los efectos en el cerebro de las conmociones cerebrales, la enfermedad de Alzheimer y el virus del Zika. 

Una prueba que analiza las ondas cerebrales para evaluar qué tan bien está procesando el cerebro el sonido puede arrojar luz sobre los efectos del VIH en el órgano. 

El VIH, incluso cuando se trata bien, afecta el sistema nervioso central, que incluye el cerebro. 

El estudio de la nueva prueba, que se publicó en Clinical Neurophysiology, se realizó como un esfuerzo conjunto entre la Facultad de Medicina Geisel de la Universidad de Dartmouth y el Laboratorio de Neurociencia Auditiva de la Universidad Northwestern. 

Los investigadores se basaron en una prueba conocida como una respuesta de seguimiento de frecuencia evocada por el habla (FFR). 

La prueba registra las ondas cerebrales a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo mientras los auriculares reproducen sonidos que son comunes en el habla cotidiana, como "ba", "da" y "ga". 

"Hay muchos ingredientes acústicos en el habla, como tono, tiempo, armónicos y frases", dijo en un comunicado de prensa Nina Kraus, PhD, neurobióloga de Northwestern, que codirigió el estudio. 

"El FFR nos permite reproducir sonidos del habla en el oído de los participantes del estudio y descubrir qué tan buen trabajo está haciendo el cerebro al procesar estos diferentes ingredientes acústicos". 

En el estudio participaron 68 adultos que viven con el VIH y 59 que no tenían el virus. 

Entre los que tenían VIH, había evidencia de interrupción en la respuesta de su cerebro a ciertas señales del habla. 

Este hallazgo se mantuvo a pesar de que estos participantes se desempeñaron normalmente en una prueba de audición estándar. 

Esta discrepancia indicaba que las dificultades auditivas que detectaba el FFR se basaban en el sistema nervioso central.  
"Cuando el cerebro procesa el sonido, no es como una perilla de volumen donde todos los ingredientes acústicos se procesan bien o mal", continuó Kraus. 

"Con el FFR, podemos ver qué aspectos del procesamiento auditivo se ven afectados o disminuidos y preguntar:" ¿Hay una firma neuronal específica que se alinee con el VIH? " 

Kraus y sus colegas esperan que el FFR pueda ayudar a evaluar no solo los efectos del VIH en el cerebro, sino también los efectos de las conmociones cerebrales, la enfermedad de Alzheimer y el virus del Zika. 




Website Geisel School of Medicine at Dartmouth: 
https://geiselmed.dartmouth.edu/news 

Website Clinical Neurophysiology: 
https://www.sciencedirect.com/science/journal/13882457 

AIDS 2020: El Mensaje 'Indetectable es igual a Intrasmisible' podría Cambiar los Programas de VIH a Nivel Mundial

En la actualidad, son las ONG y las asociaciones de pacientes quienes transmiten principalmente el mensaje ‘I=I’; sin la implicación gubernamental difícilmente se logrará que dicho mensaje sea un elemento clave en la prevención del VIH y en el afrontamiento del estigma

Durante la 23 Conferencia Internacional sobre el Sida (AIDS 2020) –celebrada recientemente de forma virtual por la pandemia de la COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por Coronavirus 2019)–, se dieron a conocer nuevos datos que apunta a que el nivel de concienciación y aceptación del mensaje ‘indetectable es igual a intransmisible’ (I=I)varía ampliamente en la sociedad a pesar de la evidencia incuestionable de que las personas con el VIH bajo tratamiento antirretroviral y con carga viral indetectable no transmiten el virus. 

En 2016, activistas e investigadores de Nueva York (EE UU) pusieron en marcha la iniciativa comunitaria internacional Prevention Access Campaign ( www.preventionaccess.org ) con el fin de difundir el mensaje I=I y poco a poco se han ido sumando a la iniciativa más de un millar de organizaciones de 100 países de todos los continentes.

Los investigadores resaltan el papel fundamental que ha tenido la sociedad civil que trabaja en el ámbito del VIH en la difusión de este mensaje, pero recalcan que la campaña necesita recibir el respaldo de los gobiernos para que pueda tener un impacto mucho mayor en los esfuerzos por eliminar el estigma y, de esta manera, reducir las nuevas infecciones por el VIH. 

Uno de los países que ha utilizado el mensaje I=I como componente central en la respuesta frente al VIH es Vietnam. 

El Ministerio de Sanidad y las entidades comunitarias han trabajado de forma conjunta para cambiar las percepciones erróneas respecto al VIH y comunicar el mensaje I=I a las personas con el VIH, los hombres jóvenes gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH), los profesionales de la salud más reacios y la sociedad en general a través de campañas de sensibilización personalizadas, comenzando a nivel comunitario para pasar posteriormente a una campaña nacional de mayor alcance. 

Vietnam es el primer país que recibe ayuda del Plan de Emergencia del Presidente de EE UU para Paliar el Sida (PEPFAR, en sus siglas en inglés) que ha conseguido que el 95% de las personas con el VIH que toman tratamiento antirretroviral tengan la carga viral indetectable. 

Las directrices oficiales vietnamitas de tratamiento del VIH respaldan el mensaje I=I. Los investigadores indican que el mensaje, conocido como K=K en vietnamita, ha sido crucial, no solo como componente central de los programas de prevención de VIH, sino también en las intervenciones para reducir el estigma, mantener una buena adherencia al tratamiento, promover la prueba de detección y el uso de la profilaxis preexposición (PrEP) frente al VIH. 

Entre los distintos factores que han contribuido al éxito de Vietnam se incluye el respaldo gubernamental al mensaje I=I; un fuerte liderazgo y activismo comunitario que ha trabajado en colaboración con el gobierno en la difusión del mensaje principalmente entre las poblaciones clave; un despliegue de campañas de sensibilización en las principales ciudades insistiendo en el hecho de que una carga viral indetectable ofrece protección completa contra el VIH; educar a los profesionales sanitarios que eran más reluctantes a la hora de compartir el mensaje I=I y haciéndolos formar parte de un gran movimiento; y crear una campaña de sensibilización que, poniendo en el centro el mensaje I=I, contribuya a cambiar la imagen del VIH como una enfermedad que, gracias a la supresión viral, permite a las personas afectadas mantener vidas más largas y saludables. 

Brasil ha sido otro país que ha evaluado el nivel de sensibilización y aceptación del mensaje I=I en su sociedad. 

La Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ), una institución de investigación en salud, presentó datos de una encuesta que muestra que, más allá de los grupos de población directamente afectados por el VIH, el mensaje I=I apenas se conoce en Brasil. 

Para realizar dicha encuesta, los investigadores inscribieron a 1.690 participantes a través de Grindr, Facebook y WhatsApp. 

La encuesta pretendía establecer el nivel de sensibilización y aceptación del mensaje I=I. 

Entre los participantes, el 20% eran personas con el VIH y un 46% eran hombres GBHSH que desconocían su estado serológico o eran negativo. 

El resto, un 44%, eran hombres o mujeres heterosexuales que no sabían su estado serológico al VIH o era negativo. 

La media de edad de los GBHSH era de 33 años, la de las personas con el VIH de 40 años y la de la población heterosexual de 48 años. 

La mayoría de los participantes eran blancos. En la encuesta, se formuló la siguiente pregunta: "Con respecto a las personas con el VIH que podrían transmitir el virus en las relaciones sexuales, ¿hasta qué punto consideras correcto el mensaje I = I?" y si bien un 90% de las personas con el VIH consideraron correcto el mensaje, solo el 68% del grupo de los hombres GBHSH y solo un 35% del grupo de personas heterosexuales opinaron de la misma manera. 

Con respecto a otros factores, la probabilidad de considerar el mensaje I=I como correcto fue mayor en las personas menores de 35 años para todos los grupos encuestados. 

También daban total credibilidad al mensaje I=I aquellas personas con el VIH que informaron tener pareja estable. Por otro lado, la población negra con el VIH encuestada y los GBHSH cuyos ingresos eran bajos tenían menos probabilidades de aceptar el mensaje De acuerdo con los investigadores, se requiere aumentar los esfuerzos para conseguir mejorar la sensibilización y la aceptación del mensaje I=I en la sociedad. 

Para ello, será necesario que los propios gobiernos se impliquen en la difusión del mensaje y que sea incluido de manera transversal en los programas, actividades y campañas nacionales y locales. 




Website Aidsmap: 
https://www.aidsmap.com/ 

Website 23rd International AIDS Conference (AIDS 2020): 
https://www.aids2020.org/

jueves, 23 de julio de 2020

El Encarcelamiento y la Discriminación Policial están Vinculados al Riesgo de VIH en Hombres Negros Homosexuales y Bi

Los autores de un nuevo estudio de la Universidad de Rutgers pidieron intervenciones para abordar este problema. 

Entre los hombres negros homosexuales, bisexuales y de otras minorías sexuales, los antecedentes de encarcelamiento y la denuncia de discriminación policial están asociados con un mayor nivel de factores de riesgo para contraer el VIH. 

Según un nuevo estudio de la Universidad de Rutgers, publicado en Social Science and Medicine, en el que los investigadores encuestaron a 1.172 hombres en este grupo demográfico de todo Estados Unidos. 

Los participantes informaron sobre una serie de comportamientos relacionados con el riesgo de VIH durante los seis meses anteriores, incluido su comportamiento sexual y su disposición a tomar profilaxis previa a la exposición (PrEP). 

También informaron cualquier historial de encarcelamiento, experiencias de discriminación por parte de la policía u otras fuerzas del orden, y ansiedad y depresión. 

Cuarenta y tres por ciento de los hombres informaron haber sufrido discriminación policial durante el año anterior. 

Esta tasa fue aún mayor entre aquellos con antecedentes de encarcelamiento. 

Aquellos que informaron haber sufrido discriminación policial, en comparación con aquellos que no lo hicieron, tenían más probabilidades de informar comportamientos relacionados con un riesgo sustancial de VIH y una baja disposición a tomar PrEP, así como altos niveles de angustia psicológica. 

Los participantes que habían sido encarcelados o recientemente arrestados, en comparación con aquellos que no tenían ese historial, también tenían un mayor nivel general de riesgo de VIH y una menor disposición a tomar PrEP. 

"Los hallazgos sugieren que la discriminación policial puede ser un mecanismo de encarcelamiento masivo y un impulsor fundamental de las desigualdades de salud entre los hombres negros de minorías sexuales", concluyeron los autores del estudio. 

"La evidencia sugiere que los hombres de minorías sexuales negras en los Estados Unidos pueden enfrentar algunas de las tasas más altas de vigilancia y encarcelamiento en el mundo", dijo el autor principal del estudio, Devin English, PhD, profesor asistente de la Escuela de Salud Pública de Rutgers. comunicado de prensa. 

"A pesar de esto, la investigación que examina los impactos en la salud del sistema carcelario de los EE. UU.

Rara vez se centra en sus experiencias. Este estudio ayuda a abordar esta brecha". 

English y sus coautores pidieron abogacía e intervenciones dirigidas a reducir la discriminación en el sistema de justicia penal y en todo Estados Unidos. 




Website Rutgers, The State University of New Jersey: 
https://www.rutgers.edu/ 

Website Social Science and Medicine: 
https://www.sciencedirect.com/science/journal/02779536 

Quinto Boletín: AIDS 2020: XXIII Conferencia Internacional del Sida

Boletín especial de NAM con motivo de la edición de 2020 de la Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2020), que este año se celebra de forma virtual. 

1.-Impacto del confinamiento por la COVID-19 sobre las comunidades LGTB. 
Las conclusiones de una encuesta de ámbito internacional revelan que las medidas adoptadas en respuesta a la COVID-19 han tenido un impacto significativo sobre la salud y la seguridad económica de algunas de las personas de la comunidad LGTB encuestadas.

Erik Lamontagne, de ONUSIDA, presentó los datos durante la XXIII Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2020: Virtual), que se celebró de forma virtual la semana pasada. La encuesta se llevó a cabo entre mediados de abril y mediados de mayo a través de redes sociales y sitios de citas orientados a la comunidad LGTB. 

A la misma respondieron más de 20.000 personas de dicho colectivo, procedentes de casi 140 países. Tres cuartas partes de las personas encuestadas se encontraban parcial o totalmente confinadas en sus casas en aquel momento. 

El 12% de las personas tenían el VIH y el 94% de las personas con el VIH recibían tratamiento antirretroviral.

De ellas, el 21% declararon que el acceso a su tratamiento se había visto limitado o dificultado y el 7% dijeron que se les había acabado el tratamiento antirretroviral o que corrían un riesgo inminente de que fuera así. 

En cuanto a la situación económica, el 13% de las personas encuestadas afirmaron que habían perdido su trabajo como resultado del confinamiento debido a la COVID-19 y otro 44% mostraron preocupación por su empleo. 

También se identificaron numerosos casos de inseguridad alimentaria y, hecho, un 23% de las personas indicaron estar comiendo menos o saltándose comidas.

El trabajo sexual había constituido una fuente de ingresos para el 13% de las personas encuestadas antes de la COVID-19, pero solo lo seguía siendo para el 2% durante la pandemia. 

Por otro lado, un 1% señalaron que habían comenzado a realizar trabajo sexual debido a los problemas económicos ocasionados por el cierre. 

Se efectuó un segundo análisis de un subconjunto de 2.134 personas de nueve países para determinar si las dificultades para acceder a los servicios de prevención del VIH se habían correlacionado con la gravedad de las medidas gubernamentales de confinamiento por la COVID-19 (cuantificadas empleando un sistema de puntuación desarrollado por la Universidad de Oxford). 

Por cada aumento de diez puntos en la puntuación de severidad [de las medidas] por la COVID, se registró una reducción del 10% en las probabilidades de acceder en persona a las pruebas diagnósticas del VIH, una reducción del 9% en las probabilidades de acceder a la PrEP, una reducción del 6% en las probabilidades de acceder a los preservativos y una reducción del 2% en el acceso a los kits de autor-realización de la prueba. 

as personas jóvenes (menores de 24 años) y las que se encontraban en la franja de ingresos más bajos presentaron, de forma sistemática, unas probabilidades más bajas de poder acceder a los servicios de prevención. 

2.-Detección de VIH en niños sin diagnosticar en África. 
La pasada semana, la organización ONUSIDA hizo pública una declaración en donde se afirmaba que únicamente el 53% de los 1,8 millones de niños con el VIH están recibiendo tratamiento antirretroviral, frente al 67% de los adultos. 

Esto, en parte, es debido a los problemas existentes para acceder a las formulaciones pediátricas de los antirretrovirales, pero un gran número de niños no reciben tratamiento antirretroviral porque no están diagnosticados. 

El Plan de Emergencia del Presidente de EE UU para Paliar el Sida (PEPFAR, en sus siglas en inglés) está trabajando para aumentar el número de pruebas de índice, ofreciéndoselas a los hijos de las personas que dan positivo en las pruebas de VIH. 

La semana pasada, se presentaron en la conferencia los datos sobre las pruebas de índexación en población pediátrica de 12 países en donde actúa el PEPFAR. 

En 2019, el número de niños que se sometieron a pruebas de índice fue de unos 825.000, incluyendo 220.000 en Tanzania. 

Ocho países registraron un aumento significativo de las pruebas de índice en población pediátrica en comparación con el año anterior: Etiopía se situó a la cabeza multiplicando el número por 10, pero Tanzania, Sudáfrica, Nigeria, Zambia y Kenia duplicaron (o casi) el número de pruebas de indexación. 

La mayor proporción de pruebas con resultado positivo se registró en la franja más joven de edad: El 4,5% de los niños de entre 1 y 4 años dieron positivo, frente al 2,8% de los niños de entre 5 y 9 años y el 2,7% de los niños de entre 10 y 14 años. 

Estos porcentajes han variado de forma notable de un país a otro. Así, en la República Democrática del Congo el 14,3% de los niños menores de cinco años dieron positivo en las pruebas, frente al 2,1% registrado en Camerún. 

En conjunto, la proporción de pruebas pediátricas del VIH efectuadas como parte de las pruebas de índice pasó del 9% en los doce meses previos al 30 de septiembre de 2018, al 12% en los 12 meses siguientes. 

La proporción de resultados positivos en población pediátrica debido a las pruebas de indexación aumentó del 17% al 28%. 

3.-¿Puede usarse la estrategia I=I para reestructurar los programas del VIH?. 
Estudios presentados en la conferencia reflejaron la existencia de distintos niveles de concienciación y aceptación del mensaje "Indetectable = Intransmisible" o "I=I", a pesar del concluyente hallazgo de que las personas que tienen carga viral indetectable gracias al tratamiento antirretroviral no pueden transmitir el VIH durante las relaciones sexuales. 

La campaña comunitaria para difundir el mensaje I=I fue puesta en marcha en el año 2016 por activistas e investigadores de la ciudad de Nueva York (EE UU) y desde entonces se ha extendido hasta implicar a más de 1.000 organizaciones de 100 países del mundo. 

En la conferencia se explicó que el Ministerio de Salud de Vietnam y los líderes comunitarios del país han adoptado el mensaje I=I como componente central de los esfuerzos para prevenir el VIH, informando de la importancia de I=I a las personas con el VIH, a los hombres jóvenes gays, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH), a los profesionales de la salud y al público a través de campañas publicitarias adaptadas a cada nicho de población. 

Más del 95% de las personas en tratamiento antirretroviral tienen ahora una carga viral indetectable. 

Se ha aprovechado el mensaje I=I para reestructurar la provisión de servicios nacionales relativos al VIH. 

Se identificaron varios aspectos de importancia para su éxito, empezando por el respaldo del gobierno al mensaje I=I, el contar con el liderazgo de la comunidad y la incorporación de los profesionales sanitarios. 

El conocimiento y la aceptación generalizada del mensaje I=I resultan cruciales. 

Por el contrario, un estudio brasileño reflejó que el nivel de conocimiento sobre el mensaje I=I es bajo, fuera de los grupos de población afectados más directamente por el VIH. A un grupo de casi 1.700 personas se les preguntó si creían que el lema I=I era correcto. 

El 90% de las personas con el VIH dijeron que lo consideraban exacto, mientras que apenas el 68% de los hombres GBHSH sin el VIH estuvieron de acuerdo, porcentaje que se redujo al 35% en el caso de las personas que no pertenecían a esos dos grupos mencionados. 

4.-La resiliencia es un factor clave para envejecer bien con el VIH.
Un estudio presentado en la conferencia examinó la experiencia de las personas que se hacen mayores con el VIH y cómo sería envejecer “bien” con el virus, identificando los principales retos, así como los factores de protección al respecto. 

El estudio Living Positive en Queensland (Viviendo positivo en Queensland, Australia) realizó tres entrevistas anuales a 73 personas con el VIH de entre 34 y 75 años. 

Dos tercios de ellas tenían más de 50 años y el 85% eran hombres. 

La mayor parte declaró presentar comorbilidades como cáncer, enfermedades cardíacas o diabetes, además de otros problemas salud mental y cognitivos. 

Uno de los principales retos destacados por los participantes fue la sensación de invisibilidad que acompañaba al hecho de hacerse mayor con el VIH. 

El aislamiento social contribuía a esa sensación y se veía exacerbado por el estigma relacionado con el VIH, la mala salud y una mayor discriminación debida a la edad.

Los participantes expresaron su preocupación por las numerosas incertidumbres que conlleva el hecho de hacerse mayor con el VIH y también destacaron el papel que desempeñaban los determinantes sociales de la salud, como los ingresos económicos y la vivienda. 

Los participantes también señalaron qué factores podrían resultar protectores: fomentar la resiliencia y añadir un mayor significado a sus vidas. 

Estos factores estaban estrechamente vinculados con la aceptación del estado serológico al VIH, las conexiones sociales y comunitarias, el poder compartir la experiencia de vivir y hacerse mayor con el VIH, la práctica del voluntariado y el deseo de sentirse útil. 

El papel de la resiliencia en las personas que se hacen mayores con el VIH también fue objeto de un estudio canadiense. 

En él se realizaron entrevistas a 41 hombres GBHSH con el VIH en Ontario, de 40 años de edad o más. 

La mayoría de los hombres se identificaron como gais (73%) y el 41% eran de raza blanca. 

Se detectaron tres amplias áreas que contribuyen a la resiliencia: recursos (como organizaciones y eventos comunitarios, centros de salud y programas de reducción de daños), factores de protección (apoyo de familia y amistades, información sobre el VIH, relaciones sexuales significativas, voluntariado y activismo) y fortalezas personales (ser pro activo, tener perseverancia y ser autoconsciente). 

Estos estudios permiten tener una mayor comprensión sobre la vida de las personas que se hacen mayores con el VIH, más allá del limitado enfoque biomédico.

Los autores de estos estudios identificaron que las estructuras de apoyo social constituían valiosos mecanismos de protección para esta población que se hace mayor con el VIH. 

5.-Estrategias de curación del VIH basadas en la terapia génica y la inmunoterapia. 
Con antelación a la conferencia se celebró un evento centrado en la investigación sobre la cura del VIH en el que se debatió sobre si sería más probable que la terapia génica o la inmunoterapia condujeran a una estrategia de cura del VIH capaz de aplicarse a gran escala. 

La profesora Sharon Lewin afirmó que ya existía una prueba de concepto para la estrategia basada en la terapia génica, que serían los casos de Timothy Ray Brown y Adam Castillejo, que se curaron del VIH después de ser sometidos a sendos trasplantes de células madre de donantes que presentaban una mutación en el gen que codifica el correceptor CCR5. 

Lewin sugirió que pronto podrían eliminarse las células madre del huésped sin necesidad de quimioterapia. 

Por su parte, el profesor John Frater sostuvo que era más probable conseguir una remisión prolongada del VIH con inmunoterapia y añadió que, en gran medida, la terapia génica sigue sin estar probada en ningún campo, mientras que las inmunoterapias ya se están utilizando para tratar cánceres. 

En la conferencia se presentaron los resultados de dos estudios sobre inmunoterapia en los que se probó vesatolimod, un agonista del TLR-7. 

El primer estudio se llevó a cabo en macacos durante la fase de infección aguda y demostró que la combinación de una terapia antirretroviral inyectable de acción prolongada iniciada de forma temprana, junto al uso de vesatolimod, consiguió llevar rápidamente la carga viral a niveles indetectables y retrasaba la aparición de las respuestas de anticuerpos frente al virus. 

El segundo estudio se llevó a cabo con unas personas denominadas ‘controladoras’ del VIH. 

Se trata de un subconjunto de personas que son capaces de controlar la replicación del VIH sin necesidad de tomar la terapia antirretroviral durante un período de tiempo inusualmente prolongado. 

En el campo de la inmunoterapia existe un gran interés por determinar las características de estas personas. 

El estudio demostró que el tratamiento oral con vesatolimod desencadenaba una respuesta inmunitaria de interferón que dependía de la dosis del fármaco. 

Website Aidsmap: 
https://www.aidsmap.com/

Website 23rd International AIDS Conference (AIDS 2020): 
https://www.aids2020.org/