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jueves, 27 de julio de 2023

Boletín Especial 4; The IAS Conference on HIV Science 2023; Brisbane, Australia

1.-Una tormenta perfecta de estigma: experiencias de los hombres gays con mpox. 
Un estudio cualitativo reveló que los hombres gays, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) diagnosticados de mpox (denominada anteriormente viruela del mono) en Australia sufrieron experiencias muy angustiosas debido a la gravedad de los síntomas, a los prolongados periodos de aislamiento y a conductas estigmatizantes por parte del personal sanitario.

Estos hallazgos se presentaron en la XII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH (IAS 2023), que se está celebrando esta semana en la ciudad de Brisbane (Australia). 

En 2022 se produjo un brote mundial de mpox que afectó de forma predominante a la población de hombres GBHSH. 

Los medios de comunicación compararon el brote con los primeros días del VIH, cuando las conductas sexuales de los hombres GBHSH también se vincularon a una enfermedad estigmatizada. 

En Australia se registraron 145 casos, principalmente entre personas que regresaban de un viaje a Europa.

El doctor Anthony Smith, junto con un equipo de colaboradores del Centro de Investigación Social en Salud de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), entrevistó a 13 hombres a los que se les había diagnosticado mpox. 

Las descripciones de estos hombres sobre la gravedad de sus síntomas fueron diversas. Así, algunos expresaron su alivio por tener sólo síntomas leves, mientras otros describieron sentir un dolor extremo. 

"Se trataría del peor dolor que he experimentado en mi vida. Era realmente insoportable. No podía contener las lágrimas. Sangraba. Francamente, sentía como si el recto se me estuviera pudriendo o ulcerando". 

Tres participantes necesitaron ser hospitalizados, mientras que otro hombre prefirió no acudir al hospital por miedo al estigma. Algunos participantes relataron experiencias sanitarias positivas. 

Sin embargo, la mayoría señalaron haber recibido un tratamiento inadecuado para su dolor, la percepción de que se juzgaba su conducta sexual y también haber tenido experiencias traumáticas. 

Siete hombres declararon sufrir problemas de forma prolongada, incluidos dos que necesitaron cirugía anal correctiva. 

Otros problemas fueron fatiga crónica y proctitis persistente (inflamación del revestimiento del recto y el ano), preocupación por las cicatrices y angustia psicológica debido al dolor intenso o a la atención clínica estigmatizante. 

"Hace ya casi todo un año que no tengo una función gastrointestinal normal. Los últimos 10 días no he tenido dolor, ni miedo, y he controlado mis deposiciones. Ha sido un camino muy largo". 

Aunque los casos de mpox pueden haber disminuido, los hallazgos de este estudio sugieren que las personas afectadas pueden necesitar apoyo continuo y atención sobre el trauma sufrido. 

2.-Intervenciones a través de redes sociales aumentan en un 50% las tasas de autorrealización de pruebas del VIH en pescadores africanos. 
Una estrategia basada en los contactos sociales entre hombres constituye un modo prometedor para conseguir que poblaciones a las que resulta difícil acceder mejoren sus tasas de diagnóstico, prevención y tratamiento del VIH. Un estudio presentado en la IAS 2023 registró un aumento del 50% en la tasa de realización de pruebas entre una población de pescadores en Kenia. 

En África, los hombres tienen más probabilidades de desconocer su estado serológico al VIH que las mujeres. Esta tendencia resulta especialmente evidente entre los hombres que tienen que realizar muchos desplazamientos (como es el caso de los pescadores), que suelen presentar unas bajas tasas de realización de pruebas del VIH y de vinculación a la atención sanitaria. 

La doctora Carol Camlin –junto con un equipo de colaboradores de la Universidad de California en San Francisco (EE UU)– llevó a cabo un estudio en Siaya (Kenia), una región donde viven 38.000 pescadores y que registra una prevalencia del VIH de entre el 9,5% y el 19%. 

Se definieron como "clústeres" a los distintos grupos de pescadores que trabajaban en tres playas del lago Victoria y mantenían estrechas relaciones sociales.

En cada clúster se identificó como "promotor" a un hombre con muchas conexiones sociales.

Los 156 clústeres fueron distribuidos de forma aleatoria al brazo de control o al de intervención. 

En el grupo de intervención, los promotores recibieron formación y kits de autorrealización de pruebas del VIH para que los distribuyeran en su grupo. 

También se les dieron vales de transporte por valor de 4 dólares para favorecer que los miembros de su grupo acudieran a buscar tratamiento antirretroviral o PrEP (medicación que se toma de manera regular para prevenir la infección por VIH). 

En los clústeres asignados al brazo de control, los promotores recibieron información sobre el VIH y vales de derivación para ofrecer a sus miembros que les permitían recibir kits gratuitos de autorrealización de pruebas en clínicas cercanas.

Al cabo de tres meses, 666 hombres participaron en una encuesta de seguimiento. 

Los resultados mostraron que, según sus declaraciones, las tasas de realización de pruebas del VIH con kits de autodiagnóstico fueron mucho más altas en los clústeres asignados al grupo de intervención (60%) que en el de control (10%). 

Del mismo modo, la tasa de realización de pruebas del VIH realizadas por cualquier medio también fue mayor en los clústeres asignados a la intervención (47% frente a 27%). 

La proporción de personas vinculadas al tratamiento antirretroviral o a la evaluación de la PrEP tras realizarse la prueba fue significativamente mayor en los clústeres del brazo de intervención (70% frente a 17%). 

3.-El cambio a otro régimen sin inhibidores de la integrasa no revirtió las ganancias de peso, según un estudio. 
El hecho de cambiar un régimen que contenía un inhibidor de la integrasa por otro no revirtió las ganancias de peso, según se informó en la IAS 2023. 

Es frecuente que tras el inicio de la terapia antirretroviral se produzca un aumento de peso y tener una mayor masa corporal se asocia a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos. 

En estudios anteriores se había demostrado que las personas que toman inhibidores de la integrasa tienden a engordar más, pero no está claro si es porque se comparan con efavirenz y tenofovir disoproxilo fumarato (TDF), dos fármacos que parecen suprimir el aumento de peso. 

El estudio DEFINE evaluó el impacto de cambiar a un tratamiento basado en un inhibidor de la proteasa potenciado en personas con el VIH que habían experimentado un aumento de peso de al menos el 10% mientras recibían un régimen basado en un inhibidor de la integrasa. 

El 30% de las personas participantes eran mujeres, el 61%. de raza negra y la mediana de edad fue de 45 años. 

La mayoría de los participantes (81%) tomaban un régimen compuesto por bictegravir/tenofovir alafenamida/emtricitabina (Biktarvy). 

La mediana de peso fue de 100kg y las personas participantes habían aumentado una mediana del 14% de su peso corporal con el régimen que tomaban. A continuación, se distribuyó a los participantes para que cambiaran a una combinación en dosis fija de una toma diaria de darunavir/cobicistat/tenofovir alafenamida/emtricitabina (Symtuza) (53 participantes) o permanecieran con el mismo tratamiento (50 participantes). 

No se registraron diferencias significativas entre los brazos del estudio a la semana 24. 

Se observó un aumento del 0,63% en el peso de las personas del brazo que realizaron el cambio, frente a una disminución del 0,24% en el brazo de las que siguieron tomando el inhibidor de la integrasa. 

Otros dos estudios de distribución aleatoria analizaron el cambio de un régimen inicial a una combinación de doravirina e islatravir. 

En el ensayo PO17, los participantes tomaban diversos regímenes diferentes. El aumento de peso fue mayor (aunque moderado) en el brazo de doravirina/islatravir cuando el régimen de comparación contenía efavirenz y/o tenofovir disoproxilo. 

En el caso de otros regímenes de comparación, no se registraron diferencias en el aumento de peso entre las personas que cambiaron su tratamiento y las que siguieron con su régimen del momento. 

Por su parte, en el ensayo PO18, las personas participantes cambiaron de Biktarvy a doravirina/islatravir y no se observaron diferencias entre los dos regímenes en lo que se refiere al aumento de peso. 

La reciente aprobación en EE UU y la Unión Europea de semaglutida (Wegovy), un fármaco agonista del GLP-1 (glucagón-1) para personas con obesidad ha despertado el interés por el posible uso de fármacos para el adelgazamiento por parte de personas que han experimentado un aumento de peso asociado al tratamiento antirretroviral. 

El profesor François Venter, de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica), afirmó que será necesario realizar presiones para que se realicen estudios sobre estos fármacos en personas con el VIH. 

4.-El apoyo en el hogar tras un diagnóstico del VIH ayuda a iniciar la terapia antirretroviral y a mantenerla en Uganda. 
Un estudio de distribución aleatoria de clústeres en Uganda que combinó la realización de pruebas del VIH en el domicilio con sesiones de counselling también en casa y una sesión de orientación entre pares en una clínica, consiguió registrar unos aumentos significativos en la tasa de personas que iniciaron la terapia antirretroviral y se mantuvieron en tratamiento.

El estudio Ekkubo se diseñó para ayudar a que las personas que recibían un diagnóstico de VIH en una visita domiciliaria se pusieran en contacto con los servicios de tratamiento y atención del VIH. 

El estudio se realizó entre noviembre de 2015 y marzo de 2020 en 56 pueblos de cuatro distritos mayoritariamente rurales. 

En el estudio, trabajadores sanitarios comunitarios y miembros del equipo de investigadores fueron de puerta en puerta para ofrecer la realización de pruebas del VIH.

En la mitad de los pueblos, las personas recibieron sesiones de counselling y apoyo en el momento del diagnóstico, a las dos semanas (al recibir sus resultados de recuentos de CD4) y a las seis semanas, además de una sesión de orientación con pares en su primera visita a la clínica. 

Se contactó por vía telefónica con las personas que no habían recibido atención seis y doce semanas después del diagnóstico. 

En el grupo de control de los pueblos, las personas recibieron una derivación a la clínica más cercana, además de una visita a domicilio a las dos semanas para recibir los resultados de los CD4. 

El 86% de las personas del grupo de intervención y el 72% del grupo de control iniciaron la terapia antirretroviral. Al final del primer año, el 55% de las personas del grupo de intervención tenían una carga viral indetectable (por debajo de 20 copias/mL), frente al 44% de las del grupo de control. 

5.-La formulación oral de lenacapavir puede evitar interrupciones si no se pueden realizar las inyecciones. 
Las personas que usaron los comprimidos de lenacapavir (Sunlenca), de administración semanal, cuando no estuvieron disponibles las inyecciones de forma temporal mantuvieron una carga viral controlada y no presentaron problemas de seguridad, según los resultados de un estudio presentado esta semana en la IAS 2023. 

Lenacapavir es un fármaco que tiene una semivida prolongada en el organismo, lo que permite administrarlo mediante inyecciones subcutáneas una vez cada seis meses. 

También está disponible una formulación oral que se utiliza antes de iniciar las inyecciones y puede emplearse como "puente" temporal en caso de algún imprevisto que haga que deban interrumpirse las inyecciones. 

En diciembre de 2021, la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés) suspendió los estudios que probaban lenacapavir debido a problemas de seguridad relacionados con los viales de vidrio utilizados para la formulación inyectable. 

Esta suspensión se levantó en mayo de 2022. Las personas que participaban en los ensayos clínicos CAPELLA y CALIBRATE (donde se probaba lenacapavir), en lugar de las inyecciones que debían recibir durante este periodo, tomaron en su lugar comprimidos de lenacapavir una vez a la semana. 

Esto afectó a 57 de los 72 participantes en CAPELLA y a 82 de los 105 participantes en CALIBRATE.

Todos los participantes en CALIBRATE mantenían la carga viral controlada, al igual que la mayoría de los participantes en el estudio CAPELLA, cuya carga viral era indetectable cuando cambiaron a las pastillas. 

De las 11 personas con una carga viral detectable en el momento del cambio, tres consiguieron ser indetectables mientras tomaban los comprimidos, y ninguna experimentó un aumento notable de la carga viral. 

Una de las personas en el estudio CAPELLA que se saltó dos dosis de lenacapavir oral experimentó un rebote de la carga viral (por encima de 50 copias/mL), pero recuperó la indetectabilidad viral tras reanudar las inyecciones. 

Website Aidsmap: 
https://www.aidsmap.com/ 

IAS 2023, the 12th IAS Conference on HIV Science: 
https://www.iasociety.org/conferences/ias2023

Boletín Especial 3; The IAS Conference on HIV Science 2023; Brisbane, Australia

1.-Estatinas y VIH: ¿cómo se pueden implementar los hallazgos de REPRIEVE en entornos reales?. 
Los hallazgos del relevante ensayo REPRIEVE, en el que se probó el uso diario de una medicación con estatinas en personas con el VIH, se presentaron esta misma semana en la XII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH (IAS 2023), que se celebra en la ciudad de Brisbane (Australia). 

El estudio reveló que las personas con un riesgo cardiovascular de moderado a leve (un grupo de población al que generalmente no se les prescribirían estatinas) presentaron un riesgo un 35% menor de sufrir eventos cardiovasculares graves (como infarto cardiaco o ictus) tras recibir pitavastatina. 

Tras la presentación de los datos, un panel de expertos en la IAS 2023 debatió sobre el significado de los resultados del ensayo para las personas con el VIH en países de ingresos altos, medios y bajos. 

También se valoró si una única estrategia de prevención resultaría adecuada en todo el mundo. El VIH es un factor de riesgo conocido de enfermedad cardiovascular. 

Sin embargo, los médicos han dudado en recetar estatinas a las personas que tenían un riesgo cardiovascular de bajo a moderado debido a la falta de datos sobre su eficacia. 

El investigador principal del ensayo REPRIEVE –el profesor Steven Grinspoon– sugirió que se deberían modificar las directrices de tratamiento para que incluyan la recomendación de que a las personas con el VIH se les ofrezca el uso de estatinas. 

En el ensayo REPRIEVE, los beneficios resultaron evidentes, pero deben sopesarse frente a los posibles inconvenientes. 

La estatina utilizada se asocia con un ligero aumento en la tasa de diabetes. No obstante, si las estatinas se ofrecen a todas las personas con riesgo de bajo a moderado, se podría traducir en una cantidad notable de casos de diabetes adicionales. 

El doctor Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), declaró a aidsmap que algunos médicos en África no están seguros de si el uso de pitavastatina ofrecerá beneficios significativos, considerando el aumento de riesgo de diabetes, que es una de las principales causas de muerte en África. 

Pitavastatina es un fármaco que ya está disponible en muchos países y lo estará en mayor medida cuando expire su patente, probablemente a principios de 2024. 

En el ensayo REPRIEVE se eligió esta estatina porque suele tolerarse bien y no interactúa con los antirretrovirales. 

Sin embargo, en los casos en que no esté disponible pitavastatina, en la mesa de debate se sugirió que sería razonable sustituirla por otra estatina segura. 

Las estatinas "no son medicamentos elitistas” dijo Grinspoon. Resultan "realmente baratas" cuando ya no están patentadas, lo que facilitaría que estuvieran a disposición de todo el mundo. 

Los resultados del ensayo REPRIEVE subrayan la necesidad de disponer de mejores herramientas de predicción del riesgo específicas para las personas con el VIH. 

El grupo de expertos de la mesa de debate planteó dudas sobre quién gestionará la prevención de las enfermedades cardiovasculares y la prescripción de estatinas, ya que el acceso podría verse limitado si se hace recaer en los especialistas en el VIH en lugar de en la atención primaria. 

Los expertos de la mesa de debate se mostraron de acuerdo en que el uso de estatinas debe formar parte de un plan más amplio de prevención de enfermedades cardiovasculares que haga hincapié en un estilo de vida cardiosaludable. 

2.-Bictegravir resulta seguro y eficaz en el embarazo.
Bictegravir mantuvo unos niveles adecuados durante el embarazo y no fue preciso realizar ajustes de dosis, según ha revelado un estudio presentado en la IAS 2023. 

El estudio también evidenció que la combinación de bictegravir, tenofovir alafenamida y emtricitabina (Biktarvy) mantuvo el control de la carga viral durante el embarazo y el periodo de postparto. 

Biktarvy es una combinación recomendada para el tratamiento antirretroviral en personas adultas, pero hasta el momento no se dispone de datos sobre su seguridad y eficacia durante el embarazo. 

Bictegravir es un fármaco que se metaboliza a través de unas enzimas que son más activas durante el embarazo, momento en que se reduce la fijación a las proteínas, lo que puede dar lugar a una reducción de las concentraciones de este fármaco. 

Este estudio examinó la seguridad, eficacia y farmacocinética de Biktarvy en mujeres con el VIH que habían alcanzado la carga viral indetectable con un régimen antirretroviral anterior y se encontraban en el segundo o tercer trimestre de gestación. 

Las participantes cambiaron a Biktarvy al entrar en el estudio y las 32 mujeres seguían con la carga viral indetectable tanto en el momento del parto como al final del periodo de observación postparto de 18 semanas. 

Se informó de un acontecimiento adverso relacionado con el fármaco (falso parto), pero no se interrumpió el tratamiento con Biktarvy. 

Se tomaron muestras de sangre de forma regular en periodos de 24 horas durante el segundo y tercer trimestre y en las semanas 12 y 16 después del parto. 

Su análisis demostró que las concentraciones de bictegravir eran más bajas durante el embarazo que después del parto, pero incluso las concentraciones más bajas seguían siendo adecuadas para el control viral. 

No se detectó VIH en ninguno de los niños nacidos de las participantes. Se determinó que, en la población infantil, el tiempo necesario para que los niveles de bictegravir disminuyeran a la mitad fue de 43 horas, más del doble de la semivida observada en la población adulta (18 horas). 

3.-La efectividad de la vacuna frente a la COVID-19 fue menor en personas usuarias de drogas inyectables con el VIH. 
La efectividad de la vacunación frente a la COVID-19 parece ser menor en personas con el VIH usuarias de drogas inyectables, según un estudio realizado en la provincia canadiense de la Columbia Británica, cuyos resultados se presentaron en la IAS 2023.

El estudio reveló que las personas con el VIH que tenían antecedentes de uso de drogas inyectables presentaban un mayor riesgo de dar positivo al SARS-CoV-2 tras la vacunación y ese positivo tendió a aparecer antes que en otras personas vacunadas con el VIH o personas sin el VIH. 

El equipo de investigadores utilizó datos recopilados sobre las pruebas de SARS-CoV-2 realizadas en la provincia canadiense para identificar a las personas con el VIH de 19 años o más que se realizaron dicha prueba entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021. 

El estudio emparejó a 2.700 personas con el VIH y 375.043 seronegativas. 

El 45% de las personas con el VIH tenían un historial de uso de drogas inyectables, frente al 4% de las personas sin el VIH. 

Durante el periodo de estudio, 351 personas con el VIH y 103.049 personas seronegativas dieron positivo al SARS-CoV-2.

La efectividad de la vacuna se evaluó a partir de la cantidad de dosis de vacuna recibidas y el tiempo transcurrido entre la segunda dosis y el momento de dar positivo al SARS-CoV-2.

En personas con el VIH, la efectividad de la vacuna (la reducción del riesgo de dar positivo) fue del 65% en el caso de personas con un historial de uso de drogas inyectables y del 80% en personas sin antecedentes de uso de drogas. 

En el caso de las personas con el VIH sin antecedentes de uso de drogas inyectables, la efectividad de la vacuna se mantuvo por encima del 80% hasta 119 días después de recibir una segunda dosis. 

Entre las personas con un historial de uso de drogas inyectables, la efectividad de la vacuna se mantuvo en torno al 65% hasta 119 días después de recibir la segunda dosis. 

En ambos grupos, la efectividad de la vacuna disminuyó después de 120 días, al 64% en las personas sin un historial de consumo de drogas inyectables y al 42% entre las que sí lo tenían. 

Los autores del estudio afirman que sus hallazgos sugieren que la vacunación es menos efectiva en este grupo y que las personas usuarias de drogas inyectables pueden necesitar dosis de refuerzo antes que otras personas con el VIH. 

No obstante, advierten de que una limitación del estudio es que el tamaño de la muestra era relativamente pequeño. También sugieren que la carga de comorbilidades en las personas usuarias de drogas inyectables podría explicar la menor efectividad. 

4.-Es necesario financiar la atención de la hipertensión arterial como parte de los programas de tratamiento del VIH. 
La aparición de la hipertensión (presión arterial elevada) tras el inicio de la terapia antirretroviral en el África subsahariana es habitual, pero puede manejarse con un seguimiento y el uso de fármacos genéricos de bajo coste, afirmó el profesor François Venter (de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica) en la IAS 2023. 

"Los programas masivos para el tratamiento del VIH deben incluir apoyo y financiación para el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión", declaró el profesor Venter en la conferencia. 

En dos estudios de gran tamaño se comprobó que entre un tercio y la mitad de las personas presentaban hipertensión o al límite de la misma tras cuatro años de tratamiento. 

El ensayo NAMSAL, en Camerún, distribuyó de forma aleatoria a 613 personas con el VIH para tomar dolutegravir o una dosis más baja de efavirenz (400mg), en ambos casos en combinación con tenofovir disoproxil fumarato (TDF) y lamivudina. 

El aumento de peso incrementa el riesgo de desarrollar hipertensión arterial, lo que a su vez aumenta el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares y otros problemas de salud. 

Las personas en ambos brazos del estudio ganaron peso, pero el aumento fue mayor entre las que tomaron dolutegravir (9kg en las mujeres y 7kg en los hombres, tras 192 semanas).

A medida que aumentaba el peso de los participantes, también lo empezó a hacer la presión arterial. 

Al final del estudio, la presión arterial sistólica había aumentado 10 mmHg en las personas que tomaban dolutegravir, un valor significativamente mayor que entre las que tomaban efavirenz. 

Al inicio del estudio, la proporción de personas con la tensión arterial alta fue similar en los dos brazos (12% y 10%, de forma respectiva). 

Sin embargo, al finalizar el mismo, el 31% de las personas del grupo de dolutegravir tenía la tensión alta, en comparación con al 9% del grupo de efavirenz. 

El estudio ADVANCE comparó el uso de efavirenz (600mg), TDF y emtricitabina; frente a dolutegravir, TDF y emtricitabina; o frente a dolutegravir, tenofovir alafenamida (TAF) y emtricitabina en 1.053 personas en Sudáfrica. 

Las personas que tomaron dolutegravir con TAF fueron las que más aumentaron de peso tras 192 semanas (10kg en el caso de las mujeres y 7kg en el de los hombres). 

Alrededor del 10% de las personas en cada brazo del estudio recibía tratamiento para la hipertensión al inicio del estudio. 

El 13% de las personas en el grupo que tomaba dolutegravir y TAF desarrolló hipertensión durante el estudio, frente al 11% en el brazo de dolutegravir y TDF y el 8% en el brazo de efavirenz. 

La presión arterial aumentó con el tiempo, aunque en promedio el aumento de la presión sistólica tras cuatro años fue menor en el estudio ADVANCE (+2 mmHg) respecto al estudio NAMSAL. Esto se debió a que esta dolencia se trató de forma rutinaria al ser diagnosticada. 

El profesor Venter señaló que la hipertensión se trata fácilmente con medicamentos genéricos de bajo coste en Sudáfrica. 

Al inicio del estudio, una proporción considerable de participantes ya padecía hipertensión arterial (el 39% en los brazos del estudio con dolutegravir y el 38% en el brazo con efavirenz). 

A la semana 192, esta proporción había aumentado al 54% en los grupos de dolutegravir y al 47% en el grupo de efavirenz.

El profesor Venter señaló que los análisis preliminares sugieren que las diferencias en las tasas de hipertensión arterial están relacionadas con el aumento de peso más que con el tratamiento. 

Sin embargo, las conclusiones de otro estudio presentado en la conferencia revelaron que, en cohortes de personas con el VIH de Europa y Australia, la tasa de hipertensión arterial fue mayor en las personas que tomaban tanto TAF como un inhibidor de la integrasa, incluso después de tener en cuenta el aumento de peso durante el tratamiento. 

En el análisis se incluyó a un total de 9.704 personas y se dispuso de datos equivalentes a 39.993 persona-años de seguimiento.

El 30% de las personas desarrolló hipertensión arterial durante ese seguimiento. En comparación con las personas que no tomaban un inhibidor de la integrasa ni TAF, las que tomaban ambos antirretrovirales presentaban una tasa de hipertensión arterial un 48% superior incluso tras tener en cuenta el índice de masa corporal (IMC) actualizado en el tiempo, entre otros factores de confusión.

En otras palabras, el tipo de tratamiento antirretroviral seguía estando relacionado con el riesgo de desarrollar hipertensión, incluso después de tener en cuenta los cambios en el IMC durante el estudio. 

El tratamiento sólo con un inhibidor de la integrasa sin TAF, o con TAF sin un inhibidor de la integrasa, también se relacionó con una mayor tasa de hipertensión arterial tras tener en cuenta cambios en el IMC, pero el aumento de la incidencia en relación con la ausencia de inhibidor de la integrasa o TAF fue menor (un 33% mayor para TAF y un 25% mayor en el caso del inhibidor de la integrasa). 

5.-Muchas mujeres con el VIH denuncian prácticas de salud reproductiva coercitivas. 
Las mujeres con el VIH corren un mayor riesgo de sufrir coacción reproductiva por parte del personal sanitario en el África subsahariana, 

Europa del Este y Asia Central, según un estudio publicado en la IAS 2023. La coacción reproductiva se refiere a presionar a las personas para que se sometan a intervenciones reproductivas sin su consentimiento libre e informado. 

El equipo de investigación utilizó datos procedentes del Índice de Estigma 2.0 para Personas que Viven con el VIH, una herramienta estandarizada que permite a las personas con el VIH informar sobre el estigma y discriminación que hayan podido experimentar. 

Los datos se recopilaron entre 2021 y 2022 y proceden de personas que viven en 11 países de África y cinco países de la región de Europa del Este y Asia central. 

El equipo de investigadores buscó declaraciones sobre experiencias de prácticas coercitivas en relación con la planificación familiar o el embarazo, así como experiencias de esterilización forzada o bajo coacción. 

Se preguntó a las mujeres sobre eventos de coerción reproductiva sucedidos en el año anterior. 

El 1% de las mujeres de África subsahariana y el 3% de las de la región de Europa del Este y Asia Central declararon haber sufrido una esterilización forzada. 

El 2% de las mujeres del África subsahariana y el 4% de las de Europa, Oriente Medio y África del Norte indicaron haber sufrido coacción en la planificación familiar; el 5% y el 10%, respectivamente, comunicaron que habían experimentado coacción en relación con el embarazo.

Se apreció que determinados grupos de mujeres con el VIH presentaban riesgos particulares. 

Así, las trabajadoras del sexo, las usuarias de drogas y las inmigrantes con el VIH fueron más propensas a sufrir coerción reproductiva. 

El equipo de investigación analizó los datos en función de las identidades individuales.

La doctora Carrie Lyons, de la Facultad de Salud Pública Johns Hopkins (EE UU), declaró que un análisis interseccional probablemente reflejaría cómo las distintas identidades influían en la vulnerabilidad de las mujeres. 

Website Aidsmap:
https://www.aidsmap.com/

IAS 2023, the 12th IAS Conference on HIV Science: 
https://www.iasociety.org/conferences/ias2023

Boletín Especial 2; The IAS Conference on HIV Science 2023; Brisbane, Australia

1.-Sudáfrica: abandonar la atención del VIH resulta mortal. 
Un estudio sudafricano ha revelado que las personas que no acudieron a los servicios de atención del VIH por periodos de tiempo superiores a seis meses fueron de 2 a 3 veces más propensas a morir durante el estudio que aquellas que siguieron en todo momento en la atención. 

Estos hallazgos se presentaron en el transcurso de la XII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH (IAS 2023), que está teniendo lugar esta semana en la ciudad de Brisbane (Australia). 

Un equipo de investigadores de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) –dirigido por el doctor Haroon Moolla– recopiló datos de varias grandes cohortes de pacientes en Sudáfrica que habían interrumpido su terapia antirretroviral y posteriormente la habían reanudado. 

La recopilación de datos comenzó en 2004 y finalizó a finales de 2019. El estudio no tuvo en cuenta a todas las personas que abandonaron la atención e interrumpieron el tratamiento, sino únicamente a las que lo reiniciaron. 

Se consideró una interrupción de la atención cuando transcurría un intervalo superior a 180 días (casi seis meses) entre el último acceso al tratamiento y la reanudación de la atención. 

Las personas se distribuyeron en dos grupos: aquellas cuyos periodos de falta de atención empezaron en los primeros seis meses tras el diagnóstico y las que abandonaron la atención más adelante. 

El estudio contó con un total de 63.421 personas adultas con el VIH, que aportaron un volumen de datos equivalente a 188.358 persona-años. La edad media era de 33 años y más de dos tercios (68%) eran mujeres. La mayoría de las personas (64%) nunca interrumpieron su terapia. 

De las 22.593 personas que sí lo hicieron, el 39% inició la primera interrupción en los seis meses posteriores a recibir el diagnóstico. La duración media de la interrupción de la atención fue de 22,8 meses (casi dos años). 

El 25% de las personas la reanudó en el plazo de un año y otro 25% interrumpió la atención durante más de tres años. Se registraron 3.585 fallecimientos durante el periodo de estudio. 

Las personas que interrumpieron el tratamiento antirretroviral y lo reanudaron tuvieron una mayor mortalidad que las que no lo interrumpieron. 

Las personas cuya primera interrupción se produjo en los seis meses siguientes al diagnóstico tuvieron un riesgo 3,08 veces mayor de fallecer durante el periodo de estudio. 

El riesgo de morir para las personas cuya primera interrupción tuvo lugar después de seis meses fue 2,47 veces mayor. 

La tasa de mortalidad fue del 0,78% en las personas que no interrumpieron su tratamiento (lo que equivale a una muerte por cada 128 personas y año). 

Sin embargo, ese valor llegó al 1,6% en el caso de las personas cuya primera interrupción se dio más de seis meses después de iniciar el tratamiento antirretroviral (una muerte por cada 62,6 personas y año), y al 1,9% (una muerte por cada 52,6 personas y año) entre las que lo abandonaron en los primeros seis meses. 

El doctor Moolla comentó: "La tasa de mortalidad notablemente mayor de las personas que reanudaron el tratamiento tras una interrupción pone de relieve la necesidad de priorizar y apoyar los esfuerzos por mantener las tasas de retención en la atención, en particular durante los primeros seis meses de la terapia". 

2.-Más opciones de tratamiento antirretroviral infantil de segunda línea. 
Los hallazgos de un estudio en el que se evaluaron los resultados clínicos de niños que pasaron de régimen de tratamiento de primera línea basado en inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido (ITINN) a otro de segunda línea reflejan que existen opciones viables que permitirían aumentar el acceso a una terapia antirretroviral de segunda línea segura y eficaz. 

El doctor Victor Musiime, de la Universidad de Makere (Uganda), presentó en la IAS 2023 los hallazgos del estudio CHAPAS-4 (siglas en inglés de farmacocinética y aceptabilidad de la terapia antirretroviral simple de segunda línea), que contó con la participación de niños con el VIH en África. 

En la actualidad, los niños con el VIH disponen de muy pocas opciones de tratamiento antirretroviral de segunda línea. 

El antirretroviral lopinavir (potenciado con ritonavir) se toma dos veces al día y existen muy pocos datos sobre el uso tenofovir alafenamida (TAF) en población infantil. 

El estudio CHAPAS-4 se llevó a cabo en seis sedes situadas en Uganda, Zambia y Zimbabue. 

Se registraron 919 participantes (497 niños y 422 niñas) de entre 3 y 15 años, con una edad mediana de 10 años. Las tasas de desnutrición en el grupo eran moderadas. 

La mediana del recuento de CD4 fue de 669 células/mm3 y la media de la carga viral, de 17.573 copias/mL. 

La mayoría de los niños llevaban unos seis años en tratamiento de primera línea que contenía un ITINN. 

Los niños fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir una de dos posibles bases de inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN): TAF/emtricitabina, una vez al día o el tratamiento estándar actual (lamivudina junto con abacavir o con zidovudina) que no había sido tomado como tratamiento de primera línea 

A casi todos los participantes (n= 910) también se les asignó aleatoriamente uno de cuatro posibles fármacos para completar la combinación: dolutegravir darunavir/ritonavir atazanavir/ritonavir lopinavir/ritonavir (tratamiento estándar) 

Las tasas de supresión de la carga viral (definida como un valor inferior a 400 copias/mL) se mantuvieron en un 80% o más en todos los brazos del estudio. 

El estudio extrajo cinco conclusiones clave: Las tasas de supresión viral fueron mejores con TAF/emtricitabina que con el tratamiento estándar (abacavir/lamivudina o zidovudina/lamivudina) (89% frente a 83%). 

Dolutegravir mostró mejores resultados que lopinavir/ritonavir y atazanavir/ritonavir (92% frente a 83%). Atazanavir/ritonavir obtuvo resultados similares a lopinavir/ritonavir (84% frente a 81%). También se observó una tendencia a mejores resultados con darunavir/ritonavir que con atazanavir/ritonavir y lopinavir/ritonavir (88% frente a 83%). 

No se detectaron problemas de aumento de peso asociados al uso de dolutegravir o de TAF, pero los niños tratados con lopinavir/ritonavir presentaron un aumento de peso deficiente y sus perfiles lipídicos fueron los peores. 

Los hallazgos del ensayo CHAPAS-4 vienen a respaldar las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomiendan el uso de dolutegravir como tratamiento de segunda línea infantil. 

Estos resultados ponen de relieve la necesidad de desarrollar una combinación pediátrica de TAF más emtricitabina y dolutegravir como medicamento de referencia. Alternativamente, darunavir/ritonavir o atazanavir/ritonavir podrían utilizarse como fármacos para completar la base de ITIN. 

3.-Incidencia del VIH muy elevada entre personas usuarias de drogas inyectables en Sudáfrica. 
Casi el 14% de las personas usuarias de drogas inyectables han adquirido el VIH, según los resultados de un estudio basado en una muestra de personas que acudieron a servicios de reducción de daños en Sudáfrica. 

Los datos fueron presentados en la IAS 2023 por la doctora Adeline Artenie, de la Universidad de Bristol (Reino Unido). 

A pesar de que Sudáfrica sufre la mayor carga de la epidemia del VIH del mundo, nunca se han medido los nuevos casos de infección por este virus (incidencia) entre las personas usuarias de drogas inyectables. 

Una revisión reciente reveló que la incidencia en los países de ingresos altos se situaba en el 0,9%, mientras que en los países de ingresos bajos y medios llegaba al 3,2%. 

Se calcula que, en Sudáfrica, la proporción de personas con el VIH entre la población de personas usuarias de drogas inyectables (prevalencia) es del 18%. 

En 2015, se pusieron en marcha servicios de reducción de daños en forma de programas de intercambio de agujas y jeringuillas. 

La terapia de sustitución con opioides está disponible desde 2017, pero se estima que en la actualidad sólo la reciben menos del 5% de las personas que la necesitan. 

Para determinar la incidencia del VIH entre las personas usuarias de drogas inyectables, el presente estudio utilizó datos programáticos procedentes de servicios de reducción de daños de cuatro provincias sudafricanas (Gauteng, KwaZulu-Natal, Cabo Oriental y Cabo Occidental), que fueron recopilados entre 2019 y 2022.

Se excluyó del análisis a la mayoría de las 31.873 personas que componían la cohorte porque se sabía que ya tenían el VIH, porque no se sometieron a una prueba diagnóstica o únicamente se la realizaron una vez. 

La incidencia del VIH se calculó a partir de una muestra de 2.457 personas que, en un inicio, eran seronegativas. De esta muestra, la mayoría eran de Gauteng (57%), hombres (90%), de raza negra (72%), tenían una mediana de edad de 30 años (el 77% tenía 35 años o menos), carecían de hogar o tenían una vivienda inestable (63%) y consumían heroína (97%). 

Muy pocas personas habían recibido terapia de sustitución con opioides. Esta proporción osciló entre ninguna en Cabo Oriental, o el 0,5% en Johannesburgo, hasta el 6,4% en Cabo Occidental. 

Se determinó que un total de 300 personas adquirieron el VIH a lo largo de un periodo de 2.190 persona-años, lo que supone una tasa de incidencia del 13,7%. 

El riesgo de infección por el VIH varió según la provincia, siendo Gauteng donde se registró la mayor incidencia (19%), seguida de KwaZulu-Natal (17%). La incidencia fue menor en Cabo Oriental (6,3%) y Cabo Occidental (3,4%). 

Las personas en las franjas de edad más jóvenes fueron más propensas a presentar tasas de incidencia más elevadas que las mayores de 35 años. 

Las personas que habían recibido terapia de sustitución con opioides y un mayor número de intervenciones de reducción de daños fueron las que presentaron un riesgo más bajo de adquirir el VIH.

Las que recibieron terapia de sustitución con opioides después de realizarse la prueba del VIH mostraron una posibilidad de adquirir el virus un 62% menor que las personas que nunca habían recibido terapia de sustitución.

La doctora Artenie señaló que servicios como los programas de intercambio de agujas y jeringuillas y la terapia de sustitución con opioides suponen una oportunidad para reducir esta tasa de incidencia. 

Este estudio pone de relieve la urgente necesidad de aumentar la financiación de dichos servicios. 

4.-Doravirina/islatravir resulta igual de eficaz que Biktarvy en personas sin experiencia en tratamiento. 
Una combinación compuesta por doravirina (un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido [ITINN]) y el antirretroviral experimental islatravir resultó igual de eficaz que Biktarvy (bictegravir, emtricitabina y tenofovir alafenamida) en cuanto a las tasas de supresión de la carga viral tras 48 semanas de tratamiento, según afirmó el lunes en la IAS el profesor Jürgen Rockstroh, de la Universidad de Bonn (Alemania). 

Islatravir es el primer antirretroviral de una nueva familia denominada inhibidores de la translocación de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITTIN). 

Este fármaco se mantiene en las células durante mucho más tiempo que otros antirretrovirales y su desarrollo inicial incluyó estudios de altas dosis que se administraban una vez a la semana. 

El desarrollo de este antirretroviral se interrumpió en 2021 tras descubrirse que, en los ensayos clínicos, las personas que tomaban las dosis más elevadas habían experimentado descensos en sus niveles de glóbulos blancos. 

El efecto estaba relacionado con la dosis, por lo que se reanudó el desarrollo de islatravir utilizando dosis más bajas. 

En un estudio de fase 2b de búsqueda de dosis, en el que se comparó la administración diaria de 0,25mg, 0,75mg y 2,25mg de islatravir, se observó que las dosis de 0,75mg y 0,25mg daban lugar a tasas equivalentes de supresión viral cuando se combinaban con doravirina. 

En un principio, se había elegido la dosis de 0,75mg para realizar estudios de fase 3 de mayor envergadura, pero tras la pausa en el desarrollo, Merck (la empresa farmacéutica que desarrolla islatravir) decidió centrarse en la dosis de 0,25mg. 

Esta semana, el profesor Rockstroh presentó los resultados de un estudio de fase 3 en el que se probó una dosis de 0,75mg de islatravir combinada con doravirina. 

Ya se había completado prácticamente la inscripción en el estudio cuando se paralizó el desarrollo del islatravir. El estudio reclutó a personas adultas con el VIH que no habían tomado previamente ninguna terapia antirretroviral y cuya carga viral era superior a 500 copias/mL. 

El estudio excluyó a las personas que tuvieran hepatitis B o cuyo virus mostrase cualquier mutación importante asociada a resistencia a los fármacos. 

Se inscribieron 597 personas de 13 países (32% en Europa, 22% en Norteamérica, 23% en Latinoamérica y 18% en Sudáfrica). 

La mayoría de las personas participantes eran hombres (aproximadamente el 75% en cada brazo del estudio), algo más de la mitad (57%) de raza blanca y el 20% tenía recuentos de CD4 inferiores a 200 células/mm3. 

El 18% de las personas en el brazo de doravirina/islatravir y el 20% en el brazo de bictegravir tenían una carga viral basal por encima de 100.000 copias/mL. 

Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir 100mg de doravirina y 0,75mg de islatravir una vez al día o Biktarvy una vez al día. 

No se apreciaron diferencias significativas en cuanto a las tasas de supresión viral a la semana 48. 

Así, el 88% de los participantes de cada brazo del estudio presentaba una carga viral inferior a 50 copias/mL. 

Tampoco se registraron diferencias significativas por lo que respecta a las tasas de toxicidad de grado 3 o 4 (10% frente a 11%) y sólo dos participantes abandonaron el estudio debido a eventos adversos relacionados con la medicación (ambos en el brazo de Biktarvy). 

En la actualidad, hay en marcha un estudio de fase 3 para comparar el uso de Biktarvy frente a doravirina más una dosis inferior de islatravir (0,25mg). 

Website Aidsmap: 
https://www.aidsmap.com/ 

IAS 2023, the 12th IAS Conference on HIV Science:
https://www.iasociety.org/conferences/ias2023

Boletín Especial 1; The IAS Conference on HIV Science 2023; Brisbane, Australia

1.-Primer caso de posible curación del VIH tras un trasplante de células madre sin la mutación CCR5. 
Un hombre (al que se le ha apodado como ‘el paciente de Ginebra’) parece ser el último caso de curación del VIH tras un trasplante de células madre realizado como tratamiento para un cáncer. 

A diferencia de los casos registrados hasta ahora, las células madre recibidas por este hombre procedían de un donante que no tenía la mutación CCR5. 

Estos hallazgos se presentaron en el trascurso de la XII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH (IAS 2023), que está teniendo lugar esta semana en la ciudad de Brisbane (Australia). 

El hombre tiene algo más de 50 años y recibió el diagnóstico del VIH en 1990. 

Desde 2005 ha estado tomando tratamiento antirretroviral. Posteriormente, desarrolló un tipo de cáncer poco usual y agresivo, por lo que fue sometido a quimioterapia y a radioterapia en todo el organismo. 

En 2018 se sometió a un trasplante de células madre. En los casos anteriores de curación del VIH, los trasplantes de células madre procedían de donantes que presentaban una rara mutación genética (conocida como CCR5-delta-32). 

Esta mutación hace que las células-T carezcan de unas proteínas conocidas como correceptores CCR5 en su superficie, lo que impide que el VIH pueda entrar en dichas células. 

Sin embargo, en esta ocasión no se encontraron donantes compatibles que tuvieran esa mutación. 

El trasplante de células madre fue un éxito, pero el hombre desarrolló una enfermedad de ‘injerto contra huésped’ tanto aguda como crónica y fue tratado con fármacos inmunosupresores, como ruxolitinib. 

En noviembre de 2021 (tres años después del trasplante) y bajo estrecha supervisión, procedió a realizar una interrupción de su tratamiento antirretroviral. 

Trascurridos 20 meses sin tratamiento, esta persona sigue dando niveles indetectables de carga viral en las pruebas estándar, y los resultados en las pruebas ultrasensibles también han pasado a negativos. 

Los trasplantes de células madre entrañan un riesgo demasiado elevado como para realizarlos en personas que no los necesitan, excepto para tratar un cáncer potencialmente mortal, por no mencionar que se trata de una intervención intensiva y costosa. 

De todos modos, cada nuevo caso de curación ofrece más pistas a las personas que trabajan en la búsqueda de una cura para el VIH. 

2.-Pitavastatina reduce el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares en personas con el VIH. 
Una estatina empleada de forma generalizada consiguió reducir el riesgo de ataques cardiacos, ictus y otros eventos cardiovasculares, al administrarse a personas con el VIH a las que no se les habría prescrito de forma rutinaria, según un estudio presentado esta semana. Estos hallazgos sugieren que es posible que las estatinas ofrecieran la posibilidad de prevenir hasta uno de cada cinco eventos cardiovasculares graves, o muertes relacionadas. En abril de este año se interrumpió de forma prematura el ensayo de fase 3 REPRIEVE, al comprobarse que los resultados provisionales evidenciaban que el uso de pitavastatina reducía en un 35% el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves. 

El profesor Steven Grinspoon, de la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital General de Massachusetts (EE UU), presentó los resultados detallados en la IAS 2023, que se publicaron de forma simultánea en The New England Journal of Medicine. 

Cada vez hay más estudios que demuestran que las personas con el VIH corren un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. 

Esto puede deberse a la inflamación crónica (que persiste incluso cuando toman un tratamiento antirretroviral eficaz), a los efectos secundarios de determinados fármacos antirretrovirales y a las mayores tasas de factores de riesgo tradicionales (como el consumo de tabaco) en esta población. 

La enfermedad cardiovascular está relacionada con niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre. 

Las estatinas reducen los niveles de colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (LDL, o "colesterol malo") y también se sabe que ayudan a reducir la inflamación. 

A pesar de que se había demostrado que las estatinas reducían el riesgo de eventos cardiovasculares y muerte en la población general, hasta ahora no estaban claros sus beneficios para las personas con el VIH. 

El estudio REPRIEVE comenzó a inscribir participantes en 2015. Se trata del mayor ensayo de distribución aleatoria sobre el VIH jamás realizado, abarcando 100 sedes en 12 países de América del Norte y del Sur, Europa, África y Asia. 

El estudio consiguió inscribir a 7.769 personas con el VIH de entre 40 y 75 años, con una mediana de edad de 50 años. 

Casi la tercera parte de estas personas eran mujeres, el 41% de etnia negra, el 35% de etnia blanca y el 15% de origen asiático. Todas las personas participantes tomaban terapia antirretroviral y la mayor parte (88%) tenía una carga viral indetectable. 

La mayoría tomaba regímenes de tratamiento que contenían un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (47%) o un inhibidor de la integrasa (26%). 

Las personas no tenían un historial previo de enfermedades cardiovasculares, no habían tomado estatinas con anterioridad y se valoró que su riesgo cardiovascular era de bajo a moderado. Las personas fueron distribuidas de forma aleatoria para recibir pitavastatina oral (4mg), o un placebo, una vez al día. 

Los niveles de adherencia al tratamiento fueron muy buenos a lo largo de los cinco años de seguimiento. 

Los niveles de colesterol LDL (que al inicio del estudio eran similares en todas las personas) disminuyeron un 30% en el grupo de la pitavastatina, mientras que se mantuvieron en el grupo de placebo. 

Las tasas de eventos cardiovasculares graves (como infarto o ictus) fueron de 4,8 y 7,3 por 1.000 persona-años, en los grupos de pitavastatina y placebo, de forma respectiva. 

La tasa de eventos cardiovasculares graves fue un 35% inferior en el brazo de pitavastatina, una reducción incluso mayor que la observada en estudios realizados con población general. 

En general, el uso de pitavastatina resultó seguro y fue bien tolerado. Los efectos secundarios fueron similares a los observados en estudios con la población general, y no se apreciaron problemas de seguridad imprevistos. 

"Estos resultados sugieren que las estatinas pueden suponer un intervención accesible y coste-efectiva para mejorar la salud cardiovascular y la calidad de vida de las personas con el VIH", afirmó el doctor Gary Gibbons, director del Instituto Nacional de Corazón, Pulmones y Sangre de EE UU. 

"Estudios adicionales pueden ampliar aún más este efecto, al tiempo que ofrecen una hoja de ruta sobre cómo trasladar con rapidez los resultados de la investigación a la práctica clínica". 

3.-Luz ámbar: la postura de la OMS cuando la carga viral está suprimida, pero es detectable.
El riesgo de transmisión del VIH cuando alguien tiene una carga viral suprimida, aunque detectable, es “prácticamente cero o despreciable”, según un documento hecho público por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y presentado en la IAS 2023. 

La doctora Lara Vojnov, Consejera sobre Diagnósticos en el Programa Mundial de la OMS sobre VIH, Hepatitis e ITS, presentó el nuevo informe sobre políticas de la OMS: The role of HIV viral suppression in improving individual health and reducing transmission (El papel de la supresión de la carga viral del VIH tanto en la mejora de la salud individual como en la reducción de la transmisión). 

El documento establece tres categorías de resultados de las pruebas de carga viral: "No suprimida" (más de 1.000 copias/mL); "Indetectable", que depende de la sensibilidad de cada prueba y puede oscilar entre 0 y 200 copias/mL; y una categoría intermedia, "Suprimida", en la que una prueba detecta ARN viral, pero a niveles bajos que no puede cuantificar (por debajo de 1.000 copias/mL). 

En el pasado, en los entornos con pocos recursos las pruebas de carga viral se consideraban demasiado complejas y caras. 

En consecuencia, se consideraba que era más coste-efectivo basar las decisiones sobre el cambio de tratamiento en los síntomas. 

Sin embargo, retrasar los cambios de tratamiento hasta que las personas enfermaran provocó el desarrollo de virus resistentes, lo que ha limitado gravemente las opciones de tratamiento de segunda línea y ha supuesto que se produjeran muertes. 

Existe la urgente necesidad de introducir las pruebas de carga viral como parte habitual de los servicios de tratamiento y atención del VIH en todos los entornos. 

El uso de muestras de sangre seca (en lugar de plasma) ayuda a superar muchas de las dificultades logísticas que han obstaculizado la generalización de las pruebas de carga viral en países de ingresos bajos y medios.

Sin embargo, el umbral clínico para determinar en estas pruebas que una carga viral definitivamente no está suprimida se sitúa en torno a las 1.000 copias/mL. 

Esto se debe a que las muestras utilizadas son más pequeñas y esto conduce a resultados positivos (por debajo de 1.000 copias/mL), pero no cuantificables. 

Es decir, la prueba no puede arrojar un valor numérico preciso. No es frecuente que la carga viral se encuentre en dicho intervalo. 

Una carga viral en niveles próximos a 1.000 copias/mL suele ser transitoria, ya que se encuentra en "descenso" (es decir, cuando alguien ha iniciado el tratamiento y su carga viral está disminuyendo) o en "ascenso" (cuando se está produciendo un fracaso del tratamiento está fracasando o existen problemas de adherencia que podrían producir dicho fracaso). 

En consecuencia, esta nueva categoría "suprimida" puede ser una señal de un futuro problema, similar a un semáforo en ámbar.

En el caso de las personas con una carga viral "suprimida, pero detectable", la OMS recomienda aumentar el asesoramiento sobre adherencia y repetir la medición de la carga viral al cabo de tres meses. Si el resultado sigue siendo "suprimida, pero detectable", debe cambiarse el régimen, ya que esto puede indicar la existencia de una resistencia de bajo nivel o un fracaso inminente del tratamiento. 

En cuanto al riesgo de transmisión, Vojnov subrayó que el mensaje original de indetectable es igual a intrasmisible (I=I) sigue siendo el mismo: "Cuando las personas con el VIH tienen una carga viral indetectable, el riesgo de que el VIH se transmita a sus parejas sexuales es cero". 

A fin de cuantificar el riesgo de transmisión para la categoría "suprimida" (por debajo de 1.000 copias/mL que podría estar por encima de 200 copias/mL), Vojnov y un equipo de colaboradores llevó a cabo una revisión de los estudios que medían la carga viral y la relacionaban con casos de transmisión. 

Esta revisión, publicada la semana pasada en The Lancet, identificó únicamente dos casos de transmisión en los que la última carga viral registrada fue inferior a 1.000 copias/mL (617 copias/mL en un caso y 872 copias/mL en el otro). 

El documento concluye que "las personas con el VIH con carga viral suprimida tienen un riesgo casi nulo o insignificante de que el virus se transmita a sus parejas sexuales". 

4.-El tratamiento del VIH en el útero ayudó a que cinco bebés se mantuvieran indetectables sin tomar antirretrovirales. 
Un estudio sudafricano presentado en la IAS 2023 identificó cinco chicos nacidos con el VIH que interrumpieron su tratamiento antirretroviral y mantuvieron una carga viral indetectable de forma constante. 

El estudio revela que los antirretrovirales pueden empezar a funcionar como tratamiento para niños incluso en el útero y también pone de relieve las diferencias por sexo en el control viral tras el tratamiento. 

En la última década, se han identificado varios casos de niños denominados ‘controladores postratamiento’, es decir, capaces de mantener una carga viral indetectable durante meses o incluso años, a menudo tras únicamente un tratamiento antirretroviral de corta duración. 

La doctora Gabriela Cromhout, de la Universidad de KwaZulu-Natal (Sudáfrica), planteó la hipótesis de que el control postratamiento en niños podría ser un fenómeno más habitual de lo que se pensaba. En 2015, 

Cromhout, junto con un equipo de colaboradores, puso en marcha un estudio longitudinal de cohorte. 

Este estudio en la actualidad incluye a 281 madres con bebés nacidos con el VIH, habiendo sido monitorizados estos niños desde que nacieron. Muchas madres habían recibido el diagnóstico del VIH, e iniciado el tratamiento antirretroviral, en las fases finales del embarazo. Por otro lado, a otras les había resultado difícil mantener un buen nivel de adherencia. 

No obstante, el 92% de los bebés habían recibido algo del tratamiento antirretroviral de sus madres antes del nacimiento, a través de la placenta. 

En Sudáfrica, las cargas virales de los bebés nacidos con el VIH son ahora significativamente más bajas que en la época anterior al acceso al tratamiento, y más aún desde el cambio a regímenes basados en dolutegravir (un fármaco especialmente potente). 

En esta cohorte, la carga viral media al nacer fue de 6.950 copias/mL entre los bebés cuyas madres habían tomado lopinavir potenciado, pero de 1.700 copias/mL cuando las madres tomaban dolutegravir. 

Esta cifra estuvo por debajo de 1.000 copias/mL en los chicos. Aunque todos los bebés iniciaron tratamiento antirretroviral, en muchos casos el nivel de adherencia fue irregular.

Tres años después del parto, el 37% de las madres y sus bebés habían abandonado el estudio y el 23% tenían una carga viral detectable de forma constante. 

Sin embargo, el 40% había suprimido el virus, y el 19% presentaba una carga viral indetectable de forma persistente (inferior a 20 copias/mL) sin "blips" (repuntes temporales de carga viral). 

El estudio halló indicios de la existencia de diferencias entre sexos en cuanto al control postratamiento.

Cinco bebés mantuvieron cargas virales por debajo de 20 copias/mL a pesar de no tomar ningún tratamiento antirretroviral, o muy poco tiempo, como máximo a partir de los dos meses de vida. Estos 5 bebés eran varones, a pesar de que el 60% de los bebés de este estudio eran niñas. 

El niño que había tenido una carga viral indetectable durante más tiempo dejó de tomar tratamiento antirretroviral a los 40 meses (3 años y 4 meses) y ahora ha cumplido cinco años. 

Los otros cuatro reanudaron la terapia antirretroviral, pero tres de ellos están participando ahora en un estudio sobre interrupción analítica del tratamiento en el que se les retirará la terapia bajo un cuidadoso seguimiento durante un periodo de tiempo predefinido. Hubo diferencias entre los tipos de virus adquiridos por niñas y niños. 

El VIH de las niñas tendía a presentar resistencias o a ser menos sensible a los interferones de tipo 1 (lo que significa que estas defensas inmunitarias innatas no funcionarían tan bien contra esos virus). 

En el caso de los niños, el VIH tendía a ser sensible a los interferones de tipo 1, lo que significa que las defensas inmunitarias funcionarían bien frente a ellos. Si la respuesta al interferón de tipo 1 influye en el tipo de virus que adquieren los chicos, entonces aquellas terapias que refuercen aún más esta respuesta podrían reducir la variedad de virus que podrían transmitirse y tener un efecto preventivo, al menos en el caso de los varones. 

Website Aidsmap: 
https://www.aidsmap.com/ 

IAS 2023, the 12th IAS Conference on HIV Science:
https://www.iasociety.org/conferences/ias2023