Las personas con menor nivel de daño hepático experimentaron las mayores mejorías, lo que es un argumento a favor del inicio más temprano del tratamiento.
Según un informe publicado en la edición digital de Journal of Hepatology de mayo de 2016, la respuesta virológica sostenida (RVS) tras una terapia de acción directa frente al virus de la hepatitis C (VHC) puede traer consigo la reducción de la presión de la vena porta, una de las mayores complicaciones asociadas a la cirrosis.
Sin embargo, los investigadores advierten de que la mejoría en la hipertensión portal es menos probable cuando la enfermedad se encuentra en un estadio muy avanzado, lo cual justifica la necesidad de una intervención más temprana.
El efecto de la infección crónica por el VHC a lo largo del tiempo puede dar lugar al desarrollo de serias complicaciones, incluyendo cirrosis o cáncer de hígado.
En la cirrosis avanzada, el tejido cicatrizado reemplaza a las células funcionales del hígado impidiendo el flujo de sangre a través de este órgano y causando hipertensión en la vena porta.
Esto a su vez puede conducir a la aparición de ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y varices sangrantes o venas varicosas en el esófago y en el estómago.
La llegada de los antivirales de acción directa (DAA) en regímenes sin interferón ha revolucionado el tratamiento de la hepatitis C, haciendo que este sea más corto, mejor tolerado y mucho más efectivo, con tasas de curación superiores al 90%.
Sin embargo, el elevado coste de este nuevo tratamiento ha llevado a muchas aseguradoras médicas privadas y sistemas sanitarios públicos a limitar el acceso únicamente a pacientes que se encuentren en estadios avanzados de la enfermedad.
El hecho de presentar hipertensión portal hace que las personas tengan que tomar fármacos para tratar esta dolencia y someterse con frecuencia a molestas endoscopias.
Por este motivo, un grupo de investigadores de la Universidad de Medicina de Viena (Austria) decidió llevar a cabo un estudio para comprobar qué impacto tenía la curación de la hepatitis C con una terapia sin interferón sobre la evolución de la hipertensión portal (determinada antes y después de recibir el tratamiento eficaz).
En este análisis retrospectivo se incluyeron a 104 pacientes con hepatitis C y con hipertensión portal de los que se disponía de valores de presión de la vena porta y rigidez del hígado antes de tomar la terapia DAA.
De las 100 personas que lograron una respuesta virológica sostenida, 60 fueron sometidas a pruebas adicionales de tensión portal y Elastografía transitoria (FibroScan®) tanto después de terminar la terapia como durante la fase de seguimiento que se realizó para comprobar si se habían curado.
Los resultados del análisis muestran que la RVS trajo consigo la disminución de la hipertensión portal de manera significativa con independencia de su valor inicial.
En el subgrupo de pacientes con valores de hipertensión portal moderada al inicio, el 63% (12 de 19) observó una disminución de esta hasta quedar dentro del rango de tensión portal normal (se consideran valores normales de tensión portal a aquellos iguales o inferiores a 6mm Hg) y en ningún caso la presión se elevó por encima de 10mm Hg.
En el subgrupo de pacientes con mayor hipertensión portal a nivel basal, el 63% (26 de 41) experimentó una disminución clínicamente significativa de al menos un 10% y el 24% (10 de 41) observó que la hipertensión portal disminuyó por debajo de 10 mmHg durante la fase de seguimiento.
Sin embargo, las personas con un estadio B de cirrosis según la escala Child-Pugh (que correspondería a una función hepática más dañada) tuvieron menos probabilidades de reducir la hipertensión portal en comparación con las personas con un estadio A según Child-Pugh (que equivale a un estado menos avanzado de la enfermedad).
En el subgrupo de pacientes con un nivel basal clínicamente significativo de hipertensión portal, se observó que la mayor disminución de la rigidez del hígado constituyó un factor de predicción de una reducción como mínimo del 10% en dicha hipertensión.
Los autores del estudio concluyeron que una respuesta virológica sostenida con una terapia de acción directa sin interferón podría mejorar la hipertensión portal independientemente de su valor basal.
Sin embargo, las variaciones en la hipertensión portal parecen ser más heterogéneas entre los pacientes con un nivel inicial de hipertensión portal elevado y es menos probable que las personas con una disfunción hepática más avanzada experimenten una reducción de los niveles de hipertensión portal.
El equipo de investigadores señala que, como regla general, la probabilidad de disminuir la hipertensión de la vena porta es mayor cuanto antes se inicie el tratamiento.
A pesar de estos esperanzadores resultados, los investigadores recomiendan que se sigan realizándose exámenes médicos de seguimiento ya que la hipertensión portal no disminuye en todos los casos e, independientemente de que disminuya o no, el riesgo de desarrollar cáncer de hígado o cirrosis sigue existiendo.
Fuente: HIVandHepatitis
Referencia: Mandorfer M, Kozbial K, Schwabl P, et al. Sustained virologic response to interferón-free therapies ameliorates HCV-induced portal hypertension. Journal of Hepatology. May 26, 2016.
Website HIVandHepatitis:
Website Journal of Hepatology: