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martes, 29 de octubre de 2024

El Trasplante de Riñón entre Donantes y Receptores con VIH es Seguro

El trasplante de riñón de donantes fallecidos con VIH (VIH D+) a receptores con VIH (VIH R+) fue seguro y comparable al trasplante de riñón de donantes sin VIH (VIH D-) en un estudio observacional multicéntrico en los Estados Unidos.

Los resultados clínicos observados fueron consistentes con estudios piloto más pequeños, pero este ensayo clínico financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) fue el primero con potencia estadística en demostrar la no inferioridad, lo que significa que un enfoque en estudio es tan bueno como la práctica clínica estándar. 

Los resultados se publicaron [16 de octubre] en el New England Journal of Medicine. Los trasplantes de riñón ofrecen un beneficio de supervivencia a las personas con VIH y enfermedad renal terminal, pero la escasez de órganos limita el acceso. 

Además, las personas con VIH enfrentan un mayor riesgo de muerte mientras están en la lista de espera de órganos y tienen un menor acceso a trasplantes que las personas sin VIH.

Para ayudar a abordar estas disparidades, se implementó la Ley de Equidad en Políticas de Órganos para el VIH (HOPE) en 2015 y legalizó los trasplantes entre donantes y receptores con VIH. 

Actualmente, la Ley HOPE limita esta práctica a los entornos de investigación para evaluar cuidadosamente los resultados. Estos incluyen la supervivencia posterior al trasplante, la función renal posterior al trasplante (también conocida como supervivencia del injerto) y el rechazo del riñón. 

Los estudios de investigación también evalúan los posibles riesgos únicos de esta práctica, como la adquisición de una segunda cepa de VIH genéticamente distinta del donante que podría afectar la enfermedad del VIH del receptor.

El presente estudio inscribió a 198 adultos con VIH y enfermedad renal terminal que recibieron trasplantes de riñón en 26 centros, comparando los resultados de 99 participantes del estudio que tenían donantes con VIH frente a 99 cuyos donantes no tenían VIH. 

Los trasplantes se completaron entre abril de 2018 y septiembre de 2021 y los receptores fueron monitoreados posteriormente durante aproximadamente tres años. 

Los resultados de supervivencia general, supervivencia del injerto y eventos de rechazo fueron similares entre los dos grupos. 

Después de un año después del trasplante, la supervivencia del receptor fue del 94 % en VIH D+/R+ y del 95 % en VIH D-/R+. A los tres años, las tasas de supervivencia del receptor fueron del 85% en el caso del VIH D+/R+ y del 87% en el caso del VIH D-/R+. 

Al año del trasplante, la supervivencia del injerto fue del 93% en el caso del VIH D+/R+ y del 90% en el caso del VIH D-/R+. 

A los tres años del trasplante, las tasas de supervivencia del injerto fueron del 84% en el caso del VIH D+/R+ y del 80% en el caso del VIH D-/R+. 

Por último, al año del trasplante, la incidencia de rechazo fue del 13% en el caso del VIH D+/R+ y del 21% en el caso del VIH D-/R+ y a los tres años, del 13% en el caso del VIH D+/R+ frente al 21% en el caso del VIH D-/R+. 

Las tasas de eventos adversos graves, infecciones del sitio quirúrgico, complicaciones quirúrgicas/vasculares y cáncer también fueron comparables entre los dos grupos. 

Se observó un caso de un receptor que pudo haber adquirido una segunda cepa de VIH genéticamente distinta de su donante, pero no hubo consecuencias clínicas notables. 

En general, los resultados muestran que el trasplante de riñón entre donantes y receptores con VIH fue seguro y no inferior al trasplante de donantes sin VIH. 

Según los autores, estos resultados ofrecen evidencia para apoyar la expansión de la práctica fuera de los entornos de investigación. 



Website The New England Journal of Medicine: 
https://www.nejm.org/