Es hora de superar los obstáculos a un mundo sin Tuberculosis (TB). Los programas de lucha contra la TB que hay en todo el mundo salvan millones de vidas cada año, pero debemos avanzar con mayor rapidez.
Si no tomamos medidas hoy, de aquí al 2015 contraerán la enfermedad cerca de 40 millones de personas, y al menos 8 millones tendrán una muerte que se podría evitar. La TB es una enfermedad antigua, pero hoy día se puede curar. En el siglo XXI nadie debería morir de TB.
Es hora de hacer llegar los programas de salud pública a todos los pacientes con TB. Un tercio de los pacientes con TB no reciben un diagnóstico exacto ni una atención adecuada.
La sociedad civil, la totalidad de los prestadores de atención sanitaria, incluidos los del sector privado, y las empresas tienen que trabajar en equipo para lograr el acceso universal a la atención antituberculosa, objetivo que también requiere la modernización de los laboratorios, un acceso fiable a medicamentos de gran calidad, y medidas para movilizar recursos adicionales.
Sabemos lo que hace falta para ampliar el tratamiento de la TB multirresistente: el firme compromiso de los gobiernos, un suministro fiable de medicamentos de gran calidad, un personal sanitario comprometido y la participación de la comunidad.
Podemos alcanzar los objetivos del Plan Mundial para Detener la Tuberculosis 2011-2015 e ir incluso más allá. Para 2015, todos los pacientes con TB multirresistente deberían recibir un diagnóstico exacto y un tratamiento eficaz.