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Fortaleciendo así la Capacidad Médica Integral.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Día Mundial del SIDA 2015 / World AIDS Day 2015

Tenemos lo que se necesita para romper la epidemia del SIDA.

Ya 15 millones de personas tienen acceso a tratamiento antirretroviral para salvar vidas.

Las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 35% desde 2000 y las muertes relacionadas con el sida se han reducido en un 42% desde el pico en 2004.

Estamos en la vía rápida para acabar con el SIDA.
Para poner fin a la epidemia de SIDA en el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible requerirá una inversión, el compromiso y la innovación para acelerar.

El enfoque de vía rápida:
◾Inversiones cargas frontales.
◾Centra en los lugares, las poblaciones y los programas que ofrecen el mayor impacto.
◾Cataliza la innovación para las personas que más lo necesitan.
◾Participa liderazgo local para las respuestas focalizadas, sostenidas y responsables.
◾Crea nuevas asociaciones.
◾Se mantiene firme en materia de derechos humanos. ◾Proporciona resultados que dejan a nadie detrás.

Fast Track cambiará la vida de millones de personas en todo el mundo.

Tenemos una ventana frágil de oportunidades sólo cinco cortos años para romper la epidemia.  

En este Día Mundial del SIDA, se unan a nosotros en la vía rápida para acabar con el SIDA.


En la vía rápida para acabar con el sida en 2030:
Enfoque en la ubicación y población.
En las páginas de este informe Día Mundial del SIDA, Enfoque de la ubicación y de la población, son más de 50 ejemplos de cómo los países están recibiendo en la Vía Rápida.

Muestra cómo los gobiernos están trabajando con grupos de la comunidad y los asociados internacionales para ampliar los servicios de salud y sociales que ponen a las personas en el centro y ubicados donde pueden hacer que más gente más buena.



Website UNAIDS/ONUSIDA:

AASLD 2015: El Uso de Tenofovir Durante el Embarazo Reduce el Riesgo de que el Bebé se Infecte de Hepatitis B‏

Un estudio revela que es habitual que las mujeres experimenten aumentos súbitos de la carga viral del VHB durante el embarazo y los primeros meses postparto.

La administración de un tratamiento con tenofovir (Viread®) durante el embarazo a un grupo de mujeres que presentaban infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) y una elevada carga viral de VHB redujo el riesgo de transmisión a los bebés, según un estudio presentado en el 65 Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado recientemente en la ciudad de San Francisco (EE UU).

Otro estudio relacionado descubrió que las mujeres con hepatitis B a menudo experimentan aumentos de la carga viral o de los niveles de la enzima ALT durante el embarazo o el periodo de postparto.

La prevención de la transmisión vertical del VHB constituye el modo más eficaz de reducir las tasas mundiales de infección crónica por hepatitis B.

No obstante, las actuales directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomiendan el uso de terapia antiviral contra la hepatitis B durante el embarazo.

Un equipo de investigadores de EE UU y China realizó un estudio para determinar qué efecto tendría la administración de tenofovir sobre la transmisión perinatal del VHB.

En el mismo participaron 200 mujeres embarazadas procedentes de 5 regiones de China y con una media de 27 años de edad.

Solo se admitieron a mujeres con resultado positivo en la prueba de antígeno ‘e’ (HBeAg) y una carga de ADN superior a 200.000 UI/mL, mientras que el presentar una coinfección por hepatitis C, E, delta o por VIH constituyeron criterios de exclusión.

Tampoco se admitieron mujeres con problemas renales, cáncer hepático o enfermedad hepática descompensada.

Las participantes fueron distribuidas de forma aleatoria en dos grupos de igual tamaño, uno de los cuales recibió tenofovir a partir de la semana 30-32 de gestación y, posteriormente 4 semanas tras el parto, mientras que el otro no recibió tratamiento antiviral.

Todos los niños recibieron inmunoprofilaxis estándar con inmunoglobulina de la hepatitis B (HBIG) y una vacuna contra el VHB.

El 68% de las mujeres que recibieron tenofovir vieron reducida su carga viral de VHB a menos de 200.000 UI/mL antes del parto, frente a apenas el 2% de las mujeres sin tratar.

Por otro lado, a la semana 28, la tasa de transmisión del virus de madre a hijo fue menor en el grupo que recibió tenofovir, que en el grupo comparador (5,2% frente a 18,0%, de forma respectiva en el análisis tipo intención de tratar).

Según los autores del estudio, sus hallazgos demuestran que el uso de tenofovir durante el embarazo avanzado consiguió reducir la transmisión vertical del VHB en mujeres con una viremia elevada, y el fármaco fue bien tolerado, sin que se registraran acontecimientos adversos de consideración.

Tampoco se observaron diferencias estadísticamente significativas en las tasas de defectos congénitos entre ambos grupos (2,1% en el grupo de mujeres tratadas y 1,1% en el de las mujeres sin tratar).

De todos modos está en marcha un periodo de seguimiento de 2 años para detectar cualquier problema que pueda surgir a largo plazo, especialmente los debidos al conocido efecto negativo de tenofovir sobre la salud ósea.

Por lo tanto, los autores aconsejan que se considere el uso de tenofovir a partir de la semana 30-32 de gestación como prevención de la transmisión vertical de la hepatitis B en mujeres con cargas virales superiores a 200.000 UI/mL.

En relación al dilema ético de utilizar un brazo de placebo, los autores justificaron su decisión por la falta de datos sobre la seguridad y beneficios de tenofovir, ya que muchas mujeres deciden no recibir tratamiento durante el embarazo ante la incerteza sobre los riesgos.

En la conferencia también se presentaron los resultados de un análisis retrospectivo sobre los repuntes de la carga viral del VHB (aumento de más de 10 veces la cantidad habitual) o de los niveles de la enzima hepática ALT (incremento de más de dos veces el límite superior normal) durante el embarazo y los primeros 6 meses tras el parto.

En el estudio participaron 74 mujeres y se registraron 88 embarazos entre 1999 y 2015.

La mayor parte de las participantes eran de origen asiático y la media de edad fue de 32 años.

Ninguna de las participantes tenía hepatitis A, C, delta o VIH y ninguna de ellas había recibido tratamiento contra la hepatitis B como mínimo un año antes de quedarse embarazadas.

Se comprobó que el 6% de las mujeres tuvieron repuntes tanto de carga viral del VHB como de la enzima ALT durante el embarazo, y el 2%, después del parto.

Los picos de ALT aislados fueron más habituales durante el postparto que durante el embarazo (31% frente al 16%), mientras que los repuntes de carga viral de forma aislada fueron ligeramente más habituales durante el embarazo (12% frente al 8%).

A raíz de sus hallazgos, el equipo de investigadores concluyó que los picos de carga viral del VHB y de niveles de ALT son habituales durante el embarazo y en los primeros meses tras el parto en mujeres con infección crónica de hepatitis B, por lo que deberían recibir un seguimiento estrecho de estos parámetros, especialmente si se trata de su primer embarazo.

Fuente: HIVandHepatitis
Referencias: Pan CQ, Duan ZP, Dai E, et al. Tenofovir Disoproxil Fumarate (TDF) Reduces Perinatal Transmission of Hepatitis B Virus in Highly Viremic Mothers: A Multi-center, Prospective, Randomized and Controlled Study. AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 209.

Chang CY, Aziz N, Trinh HN, et al. Serum Alanine Aminotransferase (ALT) and Hepatitis B Virus (HBV) DNA Flares In Pregnant and Postpartum Women With Chronic Hepatitis B (CHB). AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 123.





Website HIVandHepatitis:

Website AASLD 2015:

AASLD 2015: Buen Resultado de un Tratamiento Experimental para la Coinfección por la Hepatitis B y Delta

El fármaco, denominado REP 2139, fue en general seguro y bien tolerado, aunque la respuesta varió mucho de una persona a otra y serán necesarios estudios con un número mayor de participantes.

El uso de REP 2139 (un polímero basado en ácido nucleico) en un régimen en el que primero se administró como monoterapia y posteriormente combinado con interferón pegilado, consiguió reducir los niveles de antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg), disminuir la carga viral del virus de la hepatitis delta y aumentar los títulos de anticuerpo de superficie de la hepatitis B (anti-HBs).

Esta es la principal conclusión a que ha llegado un pequeño estudio de fase 2 que fue presentado en el 65 Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado recientemente en la ciudad de San Francisco (EE UU).

No obstante, se observó que la mitad de las personas participantes respondieron de forma parcial, mientras que la otra mitad, lo hizo de forma total.

El pilar central del tratamiento de la hepatitis B crónica consiste en el uso de fármacos de la familia de los análogos del Nucleósido/nucleótido como Entecavir (Braclude®) o Tenofovir (Viread®).

No obstante, aunque estos fármacos son capaces de suprimir la replicación del virus, por lo general no suelen conducir a una cura (determinada a partir de la pérdida del antígeno de superficie y el desarrollo de anticuerpos de superficie).

La hepatitis delta está provocada por un pequeño virus que solo puede replicarse en presencia del VHB.

A su vez, el VHD parece influir sobre la replicación del VHB, haciéndola más difícil.

No existe un tratamiento estándar contra el VHD, aunque el interferón induce una respuesta inmunitaria contra ambos virus.

Las personas coinfectadas por VHB y VHD experimentan una progresión más rápida de la enfermedad hepática y es más probable que sufran complicaciones, en comparación con las personas que sólo tienen hepatitis B.

Una empresa farmacéutica está desarrollando polímeros de ácido nucleico que interfieren con el proceso de ensamblaje y liberación de las partículas subvirales del VHB, reduciendo así los niveles de HBsAg en sangre.

Como el HBsAg es necesario para el ensamblaje del virus de la hepatitis delta, su disminución trae consigo un descenso de los niveles del VHD.

Los resultados de estudios anteriores con REP 2139 evidenciaron que redujo los niveles de HBsAg en suero, así como la carga viral del VHD.

En el ensayo presentado en el encuentro de San Francisco participaron doce personas con coinfección crónica por hepatitis B y delta de etnia caucásica con unos niveles basales de HBsAg por encima de 1.000 UI/mL, con un resultado negativo en la prueba del antígeno ‘e’ del VHB (HBeAg) y con un nivel de leve a moderado de fibrosis hepática, pero no cirrosis.

Al principio los participantes recibieron una infusión intravenosa semanal de 500mg de REP 2139-Ca (un complejo quelado con calcio) durante 15 semanas.

Posteriormente, recibieron una dosis semanal de 250mg del medicamento durante otras quince semanas junto con 180µg de interferón pegilado alfa 2a, que se siguió administrando de forma aislada hasta la semana 48.

Durante la primera fase de monoterapia con REP 2139-Ca, las personas experimentaron un descenso de los niveles de HBsAg, aunque las respuestas fueron muy variables.

La mitad de las personas fueron consideradas respondedoras parciales, mientras que la otra mitad fueron respondedoras totales, con unos descensos de HBsAg por debajo de 1 UI/mL.

En la segunda fase de tratamiento (tras reducir el fármaco y añadir el interferón), los niveles de HBsAg se mantuvieron estables o disminuyeron tras interrumpir el uso de REP-2139.

Las personas respondedoras parciales experimentaron un aumento de los niveles de HBsAg en suero, mientras que las respondedoras totales siguieron manteniendo unos niveles bajos de este antígeno.

Todas las personas experimentaron un descenso de los niveles de ARN del VHD, aunque también hubo variaciones, y diez personas alcanzaron niveles indetectables.

En la mayor parte de las personas, al descender la carga viral de VHD se produjo un repunte de los niveles de carga viral de VHB.

Sin embargo, la cantidad de ADN del VHB volvió a bajar tras añadir interferón e interrumpir la toma de REP 2139.

La mayor parte de los participantes presentaron unos niveles más elevados de anti-HBs durante la monoterapia con el fármaco experimental, pero las personas respondedoras completas experimentaron un mayor aumento de dichos anticuerpos de superficie al añadir el interferón pegilado, a diferencia de las personas respondedoras parciales.

Las respondedoras totales experimentaron aumentos de los niveles de enzimas ALT y AST al empezar a tomar el interferón perfilado, a diferencia de las personas respondendoras parciales.

El uso del fármaco experimental resultó en general seguro y fue bien tolerado, los acontecimientos adversos fueron leves o moderados y los más habituales fueron las reacciones pasajeras a las infusiones intravenosas (fiebre, dolor de cabeza enrojecimiento o picor en el punto de inyección).

Según los autores, los hallazgos implican que el fármaco parece tener una actividad antiviral distintiva contra el virus de la hepatitis delta, y que su efecto no se debe únicamente al bloqueo de las partículas subvirales del VHB.

También sugieren que prolongar el tratamiento con la inmunoterapia probablemente permita conseguir que un mayor número de pacientes alcancen una respuesta total de HBsAg (menor 1 UI/mL), por lo que consideran que la terapia antiviral con polímeros basados en ácido nucleico puede convertirse en una importante opción de tratamiento para las personas coinfectadas por hepatitis B y hepatitis delta.

Fuente: Aidsmap
Referencia: Bazinet M et al. Update on the safety and efficacy of REP 2139 monotherapy and subsequent combination therapy with pegylated interferon alpha-2a in chronic HBV/HDV co-infection in Caucasian patients. AASLD Liver Meeting, abstract 31, 2015.

Articulo

Articulo Aidsmap

Abstract 31; AASLD 2015, (Página 16)

Website Aidsmap:
http://www.aidsmap.com/

Website AASLD 2015:
http://www.aasld.org/

AASLD 2015: El Uso de Sofosbuvir sería Seguro en Personas con Problemas Renales‏

En personas con insuficiencia renal grave el fármaco podría administrarse cada 48 horas.

Dos presentaciones realizadas en el 65 Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado recientemente en San Francisco (EE UU), han evaluado el impacto renal del uso de combinaciones basadas en Sofosbuvir (Sovaldi®, también en Harvoni®) para el tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) en, respectivamente, personas que habían recibido un trasplante hepático y aquellas con insuficiencia renal grave.

En ambos casos, las combinaciones basadas en Sofosbuvir constituirían una alternativa terapéutica segura.

El primero de los estudios analizó el impacto de Sofosbuvir sobre la función renal de 180 personas con VHC que habían recibido un trasplante hepático.

El estudio incluyó a todos los hospitales que realizan trasplantes hepáticos en Canadá y contó con 180 participantes.

Noventa y uno de los participantes (el 51%) tenían fibrosis hepática avanzada o cirrosis (estadios F3 o F4 según la escala Metavir), de los cuales el 34% tenía cirrosis hepática descompensada.

El 21% de los participantes (n= 38) había experimentado recurrencia agresiva de la infección por VHC durante el primer año tras el trasplante.

El 50% de los participantes (n= 90) tenía insuficiencia renal, de los cuales 30 la tenían de tipo moderado y 10 tenían insuficiencia renal grave.

Los participantes incluidos recibieron cuatro esquemas de tratamiento diferentes:

•58 participantes recibieron Sofosbuvir, Simeprevir (Olysio®) y Ribavirina (51 de ellos durante 12 semanas y 7 durante 24 semanas).

•42 personas recibieron Sofosbuvir y Ribavirina (7 de ellas durante 12 semanas y 35 durante 24 semanas).

•53 participantes recibieron la píldora combinada Sofosbuvir/Ledipasvir (Harvoni®) y Ribavirina (40 de ellos durante 12 semanas y 13 durante 24 semanas.

•27 personas recibieron Sofosbuvir, interferón pegilado y Ribavirina (20 de ellas durante 12 semanas y 7 durante 24 semanas).

A nivel global, tras el tratamiento anti-VHC se observó una mejora de la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) de los participantes.

Sin embargo, en 42 de ellos se observó una reducción de la TFGe, que fue pequeña en el 43% de los casos (reducción inferior a un 10%), leve en el 24% de ellos (reducción de entre un 10 y un 20%) moderada en el 10% de los casos (reducción de entre un 20 y un 30%) y grave en el 16% de los casos (superior a un 30%).

La presencia de insuficiencia renal antes de iniciar el tratamiento fue un factor que condicionó notablemente la probabilidad de experimentar pérdida de la TFGe tras el tratamiento.

Así, mientras que el 30% de las personas con insuficiencia renal grave antes de iniciar el tratamiento se produjo una reducción de la TFGe tras finalizarlo, dicho porcentaje fue de solo el 15% entre quienes no presentaban insuficiencia renal al comenzar el tratamiento.

La mejora de la función renal, en aquellos participantes en los que tuvo lugar, se relacionó con una mejora de la función hepática en el 92% de los casos.

Tras un análisis multivariable, se identificaron una serie de factores que incrementaron la probabilidad de experimentar una reducción de la TFGe al finalizar el tratamiento: ser obeso, tener cirrosis descompensada y haber tenido una recurrencia agresiva de la infección por VHC tras el trasplante hepático.

Las tasas de respuesta virológica sostenida a las 12 semanas de finalizar el tratamiento (RVS12, considerado en la práctica clínica sinónimo de curación) fueron similares entre los diversos perfiles de función renal de los pacientes, aunque fueron ocho puntos más elevadas en personas con TFGe superior a 60 mL/min (88%) que en aquellas con TFGe inferior a 30 mL/min (80%).

Las tasas de RVS12 fueron elevadas en todos los grupos de tratamiento, moviéndose entre valores cercanos al 90% o superiores.

Los investigadores concluyeron que los regímenes basados en Sofosbuvir mejoraron, a nivel global, la función renal de las personas con infección por VHC que habían recibido un trasplante hepático.

Además, las tasas de curación fueron elevadas (de alrededor de un 90%), aunque inferiores en aquellas personas que habían padecido recurrencia agresiva del VHC tras el trasplante o en aquellas con cirrosis hepática.

El segundo estudio analizó el uso de regímenes basados en Sofosbuvir en 28 personas con VHC e insuficiencia renal grave (definida como tener una TFGe inferior a 15 mL/min por 1,73m2 o seguir tratamiento con diálisis).

Veintitrés personas recibieron la combinación formada por Sofosbuvir (200mg diarios) y Simeprevir (150mg diarios); tres personas tomaron Sofosbuvir (200mg cada 48 horas) y Simeprevir (150mg diarios) y dos personas tomaron Sofosbuvir (200mg diarios) y Ribavirina.

Todos los participantes siguieron el tratamiento durante 12 semanas a excepción de cuatro que, por baja respuesta virológica inicial, tomaron tratamiento hasta las 24 semanas.

En el estudio, la tasa de RVS12 fue del 84%. De las personas que habían experimentado recidiva, el 75% tenían cirrosis hepática y un porcentaje idéntico tenían genotipo 1a del VHC (con peor respuesta a tratamientos).

Los fármacos fueron bien tolerados, con efectos secundarios que, aunque frecuentes, no conllevaron la interrupción del tratamiento.

Los más frecuentes fueron fatiga (17% de los participantes), anemia (11% de ellos) y exantema cutáneo (7% de los participantes). 

Los autores del estudio concluyeron que los regímenes basados en Sofosbuvir serían seguros y eficaces en personas con insuficiencia renal grave.

Además, destacaron el atractivo de aquellos regímenes en los que Sofosbuvir se administró cada 48 horas, ya que presentaría una interesante combinación de eficacia y reducción de la toxicidad.

Fuente: NATAP
Referencias: Faisal N, Eberhard LR, Bilodeau M, et al. Impact of Sofosbuvir-Based Regimens on Renal Function in Liver Transplant Recipients: Results of a Multicenter Study. AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 204.

Czul F, Roth D, Vianna RM, et al. Safety, efficacy & Tolerability in the Treatment of Patients with Chronic HCV & Severe Renal Impairment - Hepatitis C Cure Could Avoid Liver Transplant In Some Cirrhotic Patients On Dialysis Listed for Simultaneous Liver Kidney Transplantation. AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 1054.




Website AASLD 2015:

AASLD 2015: Reversión de la Fibrosis Hepática Tras un Tratamiento Eficaz Frente a la Hepatitis C‏

Un estudio revela que un 60% de los pacientes con fibrosis avanzada o cirrosis consiguen mejorar su hepatopatía tras la curación de la infección por VHC.

De acuerdo con los resultados de un estudio presentado en el 65 Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado la semana pasada en San Francisco (EE UU), una amplia mayoría de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) con fibrosis avanzada o cirrosis logran mejorar la salud de su hígado tras recibir tratamiento para esta enfermedad.

No obstante, los investigadores solo han conseguido identificar algunos factores que pueden predecir qué pacientes podrían experimentar una regresión de la enfermedad hepática y qué pacientes podrían tener un empeoramiento de la hepatopatía.

Es bien sabido que a lo largo de años o décadas, la infección por VHC puede provocar enfermedad hepática avanzada manifestándose través de cirrosis, cáncer de hígado y fallo hepático terminal lo que haría necesario un trasplante de órgano.

La eliminación o curación de la infección por VHC a través del uso de un tratamiento eficaz reduce en gran medida el riesgo de progresión de la enfermedad.

Sin embargo, no siempre la curación del VHC es sinónimo de la curación de la enfermedad hepática.

De hecho, algunos estudios han mostrado un riesgo persistente en aquellas personas que, aun habiendo logrado la curación del VHC, llegaron a desarrollar elevados niveles de fibrosis hepática antes de curarse.

Algunos estudios anteriores han mostrado que el tratamiento basado en interferón pegilado puede llevar a una cierta reversión de la fibrosis hepática y a una disminución del riesgo de cáncer de hígado y de muerte.

Las nuevas terapias basadas en la combinación del antivirales de acción directa frente al VHC está permitiendo tratar con éxito a un elevado y heterogéneo número de pacientes con hepatitis C registrándose tasas de curación superiores al 95%.

Sin embargo, todavía es pronto para conocer cuál será el impacto a largo plazo del tratamiento sobre la curación de la enfermedad hepática con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión, un grupo de investigadores estadounidenses quiso evaluar la asociación entre respuesta virológica sostenida a las 12 semanas tras la finalización del tratamiento (RVS12) –lo que equivaldría a la curación de la infección por el VHC– y la reversión de fibrosis avanzada o cirrosis medidas a través de elastografía transitoria (también conocida con el nombre comercial FibroScan®).

Los investigadores examinaron de forma retrospectiva las historias clínicas de pacientes con fibrosis avanzada y cirrosis –a través de los datos clínicos y los resultados de FibroScan® o biopsias– que habían conseguido una respuesta virológica sostenida al tratamiento de la hepatitis C.

A continuación y de forma prospectiva, se realizó a los pacientes un seguimiento clínico y pruebas de FibroScan® cada 6 meses.

De los 224 candidatos al estudio, el presente análisis incluyó 100 pacientes de los cuales 35 tenían fibrosis avanzada y 65 cirrosis antes de iniciar el seguimiento.

De entre los candidatos restantes, 110 estaban todavía pendientes de ser analizados, 3 declinaron la invitación a participar en el estudio y 11 no cumplieron los criterios de inclusión.

Aproximadamente el 65% eran hombres, la mayoría blancos y con una media de edad de alrededor de 59 años.

La mayor parte de los participantes tenía genotipos 1a o 1b del VHC.

La terapia más habitual que había sido utilizada para tratar la hepatitis C fue el inhibidor de la proteasa de primera generación telaprevir (Incivo®) junto con interferón pegilado y ribavirina; seguidas de sofosbuvir/simeprevir (Sovaldi®/Olysio®); interferón pegilado y ribavirina; sofosbuvir/ledipasvir (Harvoni®); y sofosbuvir, interferón pegilado y Ribavirina.

En total, un 45% de los participantes había tomado un régimen que incluía Sofosbuvir.

Los resultados muestran que de los 35 participantes que tenían fibrosis avanzada tras responder al tratamiento y antes de iniciar el seguimiento, en un 69% se observó una mejoría de, como mínimo, un estadio de fibrosis; en un 14% el estadio de fibrosis permaneció igual y en un 17% progresó a cirrosis.

Por lo que respecta a las 65 personas con cirrosis a nivel basal, en un 55% se observó una mejoría y en un 45%, no se observó ningún cambio en el estadio de fibrosis.

Tomados los datos en su conjunto, el análisis reveló que en un 60% de los pacientes la enfermedad hepática mejoró; en un 34% permaneció igual; y en un 6% empeoró.

La mediana de tiempo hasta observarse una mejoría de la enfermedad hepática fue de 2,5 años en pacientes con fibrosis avanzada y de 3,0 años en pacientes con cirrosis lo que significa que las personas con menor daño hepático evolucionan favorablemente un poco más rápido.

Los investigadores identificaron muy pocos factores pronóstico de mejoría o empeoramiento de la fibrosis.

No hallaron ninguna relación significativa en cuanto la edad, sexo, origen étnico, índice de masa corporal, la presencia de comorbilidades o de la presencia de la mayor parte de complicaciones de cirrosis.

Solo la presencia de diabetes y varices esofágicas se asociaron con un probabilidad menor de reversión de la fibrosis.

La mayoría de los análisis de laboratorio –que incluyeron los recuentos de albumina y plaquetas– tampoco revelaron ninguna asociación significativa con los cambios observados en la enfermedad hepática.

La reversión de la fibrosis se asoció de forma significativa con cambios en los niveles de las enzimas hepática ALT y AST y en las puntuaciones de la escala APRI –índice que relaciona el nivel de aspartato aminotransferasa [AST] con el de plaquetas–, aunque el número de paciente fue demasiado pequeño y se desconoce su relevancia clínica.

En un subanálisis que incluyó a 6 pacientes con el genotipo 3 (que se asocia con un forma más agresiva de enfermedad hepática) se halló que todos excepto uno (83%) experimentaron una reversión de la fibrosis.

En 5 pacientes que desarrollaron cáncer de hígado al final del seguimiento, 2 experimentaron reversión de la fibrosis, 2 permanecieron igual y 1 empeoró.

En sus conclusiones, los investigadores señalan que un 60% de los pacientes con fibrosis avanzada o cirrosis analizados experimentan una mejoría de su enfermedad hepática tras conseguir una respuesta virológica sostenida a un tratamiento frente a la hepatitis C.

Los resultados del presente análisis son esperanzadores y muestran cómo la curación de la infección por VHC permite la regresión de la enfermedad hepática incluso en aquellos casos en los que esta se encontraba en estadio de cirrosis.

Fuente: HivandHepatitis
Referencia: Crissien AM, Minteer WB, Pan JJ, et al. Regression of Advanced Fibrosis or Cirrhosis Measured by Elastography in Patients with Chronic Hepatitis C who Achieve Sustained Virologic Response after Treatment for HCV. AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 108.




Website HivandHepatitis:

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martes, 24 de noviembre de 2015

AASLD 2015: Buenos Resultados en Entornos Reales al Combinar Sofosbuvir y Daclatasvir para tratar el VHC de Genotipo 3‏

La efectividad se mantuvo incluso entre aquellas personas con enfermedad hepática más avanzada.

Dos estudios presentados en el 65 Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado recientemente en la ciudad de San Francisco (EE UU), ha concluido que el uso de la combinación formada por Sofosbuvir (Sovaldi®) y Daclatasvir (Daklinza®) tendría buenos niveles de efectividad en personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) de genotipo 3 y enfermedad hepática avanzada de entornos reales.

El genotipo 3 del VHC, que respondía mejor al tratamiento basado en interferón pegilado y Ribavirina que los otros genotipos, constituye uno de los escollos más importantes para los nuevos fármacos de acción directa.

Se cree que ello se debe a que dentro del genotipo existe una importante variabilidad genotípica que confieren niveles de sensibilidad variables, lo que acaba repercutiendo en la efectividad de los tratamientos.

El primero de los estudios presentó los datos de un programa de uso compasivo Multicéntrico, conocido como AI444-237, llevado a cabo dentro de la Unión Europea.

Un total de 102 personas con VHC de genotipo 3 en elevado riesgo de descompensación hepática o muerte dentro de los 12 meses posteriores a la evaluación si no eran tratadas fueron incluidas en el estudio.

Cerca de un 70% de los participantes eran hombres, el 88% de etnia blanca y la mediana de la edad era de 55 años.

El 15% presentaban coinfección por VIH y el 5% por el virus de la hepatitis B (VHB).

El 59% de los participantes había recibido tratamiento contra el VHC con anterioridad y el 85% tenía cirrosis hepática.

El 47% se encontraba en estadio A según la escala Child-Pugh, el 39% en estadio B y el 13% en estadio C.

La mediana de la puntuación en la escala MELD era de 10 y el 10% de los participantes tenía una puntuación superior a 15. Ocho de los participantes habían recibido un trasplante hepático.

El 61% de los participantes recibieron únicamente Sofosbuvir y Daclatasvir, mientras que el 39% restante recibieron, además, Ribavirina.

La mayoría de los participantes recibió el tratamiento durante 24 semanas, aunque en los médicos optaron, en algunos casos, por tratamientos más cortos.

El 86% de las personas que tomaron Sofosbuvir/Daclatasvir y el 88% de aquellas que recibieron, además, Ribavirina, obtuvieron respuesta virológica sostenida a las 12 semanas (RVS12, en la práctica clínica sinónimo de curación).

Entre quienes no lograron RVS12 tuvieron lugar un rebote virológico durante el tratamiento, 6 recidivas una vez finalizado, una interrupción del tratamiento por efectos adversos y 3 muertes.

Entre personas sin experiencia en tratamientos, las tasas de RVS12 fueron del 91% y del 100% entre las personas con o sin Ribavirina, respectivamente.

Entre quienes siguieron el tratamiento durante solo 12 semanas, las tasas de RVS12 fueron del 86% y del 71% entre las personas con o sin Ribavirina, respectivamente.

En personas coinfectadas por VIH y VHC, las tasas de RVS12 fueron del 83% y del 100% entre las personas con o sin Ribavirina, respectivamente.

Todas las personas que habían recibido un trasplante hepático se curaron (con o sin Ribavirina).

Entre personas con cirrosis, las tasas de RVS12 con o sin Ribavirina fueron similares (del 86 y el 88%, respectivamente).

Entre quienes tomaron tratamiento sin Ribavirina, las tasas de RVS12 fueron del 100% si se encontraban en estadio Child-Pugh, del 80% en el caso de Child-Pugh B y del 75% entre quienes se encontraban en Child-Pugh C.

Entre quienes tomaron tratamiento con Ribavirina, los porcentajes fueron del 85, el 86 y el 100%, respectivamente.

La mayoría de los pacientes experimentó efectos adversos, aunque solo el 3% de quienes tomaron biterapia y el 5% de aquellos que tomaron, además, Ribavirina, sufrieron efectos secundarios graves.

Solo en 6 casos, dichos efectos adversos conllevaron la interrupción del tratamiento (3 de dichas personas fallecieron).

El segundo estudio llevó a cabo un análisis similar, en este caso dentro del programa de uso compasivo francés. Los participantes tenían estadios F3 o F4 según la escala Metavir, manifestaciones extrahepáticas, habían recibido un trasplante hepático o se encontraban en lista de espera para un trasplante renal o hepático.

Un total de 468 personas con VHC de genotipo 3 fueron finalmente incluidas. Tres cuartas partes eran hombres, la mediana de la edad era de 54 años, el 14% presentaban coinfección por VIH y el 7% por VHB.

El 73% de los participantes tenía experiencia en tratamientos, el 78% cirrosis hepática y el 83% tenían la enfermedad hepática en estadio Child-Pugh A (el 14% en estadio B y el 3% en estadio C).

Veinticuatro personas habían recibido un trasplante hepático y 25 estaban esperando un trasplante renal o hepático. Como en el caso anterior, el tratamiento era Sofosbuvir/Daclatasvir con o sin Ribavirina.

Más de la mitad de los participantes (n= 166) recibieron biterapia durante 24 semanas, el 20% (n= 58) biterapia durante 12 semanas, el 18% (n= 53) terapia triple durante 24 semanas y el 2% (n= 5) terapia triple durante 12 semanas.

Las tasas de RVS12 fueron del 81 y el 89% en aquellas personas con biterapia durante 12 y 24 semanas, respectivamente.

En el caso de la terapia triple, las tasas fueron del 100 y el 81%, respectivamente, con 12 y 24 semanas de tratamiento.

En personas en estadio F3, la RVS12 con la biterapia fue del 96% con el tratamiento de 12 semanas y del 100% con el de 24 semanas, mientras que en aquellas en estadio F4 las tasas de RVS12 fueron del 70 y el 86% con el tratamiento de 12 y 24 semanas, respectivamente.

El 9% de los participantes experimentó efectos adversos graves, aunque solo dos casos fueron relacionados por los investigadores con el tratamiento.

Tres personas interrumpieron el tratamiento por causa de los efectos secundarios.

Los resultados de las dos presentaciones muestran buenos resultados del uso de la combinación Sofosbuvir/Daclatasvir (con o sin Ribavirina) en personas con genotipo 3 del VHC y enfermedad hepática avanzada en entornos reales.

Ello es una muy buena noticia, ya que el genotipo 3 –por lo ya comentado anteriormente- sería el más difícil de tratar en el contexto de los antivirales de acción directa y que tanto Sofosbuvir como Daclatasvir están disponibles en Europa desde hace ya algún tiempo, hecho que ha permitido una experiencia de uso como la que describen estos dos estudios.

Fuente: HIVandHepatitis
Referencias: TM Welzel, J Petersen, P Ferenci, et al. Safety and efficacy of daclatasvir plus sofosbuvir with or without ribavirin for the treatment of chronic HCV genotype 3 infection: Interim results of a multicenter European compassionate use program. AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 37.

C Hézode, V de Ledinghen, H Fontaine, et al. Daclatasvir plus sofosbuvir with or without ribavirin in genotype 3 patients from a large French multicenter compassionate use program. AASLD Liver Meeting 2015. San Francisco, November 13-17, 2015. Abstract 206.





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