Hace diez años, muchos decían que tratar el VIH/Sida en África era imposible. Hoy, gracias al tratamiento antirretroviral, se han salvado millones de vidas en todo el planeta, incluso en los países más afectados. Pero la lucha está lejos de haber terminado.
En Khayelitsha, un enorme suburbio de más de medio millón de habitantes situado a las afueras de Ciudad del Cabo, casi uno de cada tres adultos es seropositivo.
En toda Sudáfrica, epicentro regional de la epidemia, 5,7 millones de personas viven con el VIH, una cifra descomunal que supera a la de cualquier otro país del mundo.
Aquí, en Khayelitsha, resulta dolorosamente obvio que la emergencia mundial del sida está lejos de haber terminado. En todo el mundo, 33 millones de personas viven con la enfermedad, que sigue cobrándose más de dos millones de vidas al año.
Seis millones de personas en el África subsahariana necesitan tratamiento antirretroviral con urgencia, pero sólo un 30% lo reciben, bien porque es demasiado caro, porque sencillamente no está disponible, o porque los donantes están reduciendo la financiación destinada a combatir la enfermedad.
El tiempo se acaba para los nueve millones de personas que necesitan tratamiento en todo el mundo. Sin la atención adecuada, la mayor parte de las personas con el VIH morirá en el plazo de tres años.
Desde su pionera decisión hace diez años de tratar el VIH/sida en Khayelitsha, Médicos Sin Fronteras (MSF), en colaboración con el Ministerio de Sanidad de Sudáfrica, ha conseguido que casi 15.000 pacientes inicien el tratamiento antirretroviral y ha desarrollado formas eficaces e innovadoras de combatir la epidemia.
Gracias a la integración del tratamiento del VIH y la tuberculosis (TB), al apoyo prestado a los pacientes mediante grupos de adherencia al tratamiento y a la formación de enfermeros en la atención para el VIH, cada vez más pacientes en Khayelitsha pueden recibir un tratamiento de calidad y llevar una vida sana y positiva.
Gracias al gran volumen de fondos movilizados internacionalmente en años recientes, se estima que en la actualidad 4 millones de personas en todo el mundo siguen el tratamiento antirretroviral gracias al cual están vivos. Y, al igual que en Khayelitsha, a lo largo de la última década se ha hecho mucho en todo el mundo para hacer frente al VIH.
Sin embargo, en la actualidad se están registrando síntomas preocupantes de que los donantes internacionales están dando marcha atrás en su compromiso de asegurar que el acceso universal al tratamiento del VIH, dejando a millones de pacientes necesitados.
Esta retirada de donantes y el déficit de financiación para la lucha contra el VIH/sida amenazan con borrar de un plumazo los avances de la última década, cuando más de la mitad de las personas que necesitan tratamiento antirretroviral aún no han podido acceder a él.
La emergencia del VIH/Sida exige una respuesta sostenida y ampliada que asegure que más personas puedan acceder al tratamiento a largo plazo.
Sin él, morirán innecesariamente millones de personas en todo el mundo. No es momento de rendirse: no hemos hecho ni la mitad del camino.
http://www.msf-half-time.org/spanish/
En Khayelitsha, un enorme suburbio de más de medio millón de habitantes situado a las afueras de Ciudad del Cabo, casi uno de cada tres adultos es seropositivo.
En toda Sudáfrica, epicentro regional de la epidemia, 5,7 millones de personas viven con el VIH, una cifra descomunal que supera a la de cualquier otro país del mundo.
Aquí, en Khayelitsha, resulta dolorosamente obvio que la emergencia mundial del sida está lejos de haber terminado. En todo el mundo, 33 millones de personas viven con la enfermedad, que sigue cobrándose más de dos millones de vidas al año.
Seis millones de personas en el África subsahariana necesitan tratamiento antirretroviral con urgencia, pero sólo un 30% lo reciben, bien porque es demasiado caro, porque sencillamente no está disponible, o porque los donantes están reduciendo la financiación destinada a combatir la enfermedad.
El tiempo se acaba para los nueve millones de personas que necesitan tratamiento en todo el mundo. Sin la atención adecuada, la mayor parte de las personas con el VIH morirá en el plazo de tres años.
Desde su pionera decisión hace diez años de tratar el VIH/sida en Khayelitsha, Médicos Sin Fronteras (MSF), en colaboración con el Ministerio de Sanidad de Sudáfrica, ha conseguido que casi 15.000 pacientes inicien el tratamiento antirretroviral y ha desarrollado formas eficaces e innovadoras de combatir la epidemia.
Gracias a la integración del tratamiento del VIH y la tuberculosis (TB), al apoyo prestado a los pacientes mediante grupos de adherencia al tratamiento y a la formación de enfermeros en la atención para el VIH, cada vez más pacientes en Khayelitsha pueden recibir un tratamiento de calidad y llevar una vida sana y positiva.
Gracias al gran volumen de fondos movilizados internacionalmente en años recientes, se estima que en la actualidad 4 millones de personas en todo el mundo siguen el tratamiento antirretroviral gracias al cual están vivos. Y, al igual que en Khayelitsha, a lo largo de la última década se ha hecho mucho en todo el mundo para hacer frente al VIH.
Sin embargo, en la actualidad se están registrando síntomas preocupantes de que los donantes internacionales están dando marcha atrás en su compromiso de asegurar que el acceso universal al tratamiento del VIH, dejando a millones de pacientes necesitados.
Esta retirada de donantes y el déficit de financiación para la lucha contra el VIH/sida amenazan con borrar de un plumazo los avances de la última década, cuando más de la mitad de las personas que necesitan tratamiento antirretroviral aún no han podido acceder a él.
La emergencia del VIH/Sida exige una respuesta sostenida y ampliada que asegure que más personas puedan acceder al tratamiento a largo plazo.
Sin él, morirán innecesariamente millones de personas en todo el mundo. No es momento de rendirse: no hemos hecho ni la mitad del camino.
http://www.msf-half-time.org/spanish/