Entre Enero de 2010 y Abril de 2011 se detectaron mil 603 nuevas infecciones (93 por ciento en hombres) en la Clínica Especializada Condesa, de las cuales sólo 42 por ciento acudió a un centro de salud, mientras que al 58 por ciento restante no se le pudo localizar, explicó Juan Sierra Madero, Jefe de la Clínica de VIH del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
Al dar a conocer los resultados de estudios realizados en el centro de salud por María José Nogueda, el experto aseguró que investigaciones hechas por Brenda Crabtree, demostraron que entre 2001 y 2010, poco más de 80 por ciento de las personas que toma medicamentos antirretrovirales, lo hicieron de forma tardía, la mayoría de ellos al tener CD4 –células que atacan a las infecciones– menor a 200 o padecer una coinfección.
En el marco del 5to Encuentro Universitario sobre VIH/sida, celebrado en el auditorio de la Academia Nacional de Medicina, Sierra Madero explicó que estos datos coinciden con los difundidos por el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida, los cuales indicaban que en el país, sólo 40 por ciento de las personas con VIH, lo sabían, y que de este porcentaje, sólo 50 por ciento toma medicamentos, mientras que un 20 por ciento permanece en estado indetectable.
Entre las causas, aseguró el estudio, están la baja autoestima del paciente y los obstáculos para poder acceder a un sistema de salud.
Para el especialista, el hecho que en países como Estados Unidos, 50 por ciento de las nuevas infecciones se hubiera prevenido si la pareja de la persona infectada hubiera sabido que ésta portaba el virus, demuestra que ha sido difícil lograr los cambios de conducta en las personas, por lo que ya no es suficiente la estrategia de promoción del uso del condón.
Así, el especialista en la materia, comentó que ante las nuevas evidencias del beneficio de la toma de antirretrovirales por parte de la persona infectada para evitar nuevas casos de VIH, se debe lograr la canalización de los recién diagnosticados a los servicios de salud, pues se ha comprobado, que el factor de riesgo para que una persona transmita VIH es la carga viral que tiene.
“Los antirretrovirales la reducen y por tanto disminuyen el riesgo de transmisión”, aseguró.
Finalmente, el también integrante del Consorcio de Investigación sobre VIH/sida y Tuberculosis consideró que se debe trabajar más en las primeras etapas –detección y atención– mediante la conexión entre ambas, para así lograr que toda aquella persona recién diagnosticada sea atendida, y se evite, que pasen entre seis meses y un año antes de que acuda a una institución de salud, pues en el transcurso pudo haber causado nuevos casos de la infección.
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En el marco del 5to Encuentro Universitario sobre VIH/sida, celebrado en el auditorio de la Academia Nacional de Medicina, Sierra Madero explicó que estos datos coinciden con los difundidos por el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida, los cuales indicaban que en el país, sólo 40 por ciento de las personas con VIH, lo sabían, y que de este porcentaje, sólo 50 por ciento toma medicamentos, mientras que un 20 por ciento permanece en estado indetectable.
Entre las causas, aseguró el estudio, están la baja autoestima del paciente y los obstáculos para poder acceder a un sistema de salud.
Para el especialista, el hecho que en países como Estados Unidos, 50 por ciento de las nuevas infecciones se hubiera prevenido si la pareja de la persona infectada hubiera sabido que ésta portaba el virus, demuestra que ha sido difícil lograr los cambios de conducta en las personas, por lo que ya no es suficiente la estrategia de promoción del uso del condón.
Así, el especialista en la materia, comentó que ante las nuevas evidencias del beneficio de la toma de antirretrovirales por parte de la persona infectada para evitar nuevas casos de VIH, se debe lograr la canalización de los recién diagnosticados a los servicios de salud, pues se ha comprobado, que el factor de riesgo para que una persona transmita VIH es la carga viral que tiene.
“Los antirretrovirales la reducen y por tanto disminuyen el riesgo de transmisión”, aseguró.
Finalmente, el también integrante del Consorcio de Investigación sobre VIH/sida y Tuberculosis consideró que se debe trabajar más en las primeras etapas –detección y atención– mediante la conexión entre ambas, para así lograr que toda aquella persona recién diagnosticada sea atendida, y se evite, que pasen entre seis meses y un año antes de que acuda a una institución de salud, pues en el transcurso pudo haber causado nuevos casos de la infección.
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