¿Quiénes somos?

Tampico-Madero-Cd. Victoria, Tamaulipas, Mexico
Centro Nacional de Capacitación y Educación para la Prevención, Tratamiento y Cuidado del VIH/Sida

¡Bienvenidos!

México

Hora actual en
Mexico City, México

Espacio de Intercambio de Información, para Promover la Asistencia y Atención Médica en Instituciones de Salud y Asociaciones Civiles de Respuesta al Sida, con Marco de Lineamientos en Derechos Humanos.

Así como Promover, Difundir y Aplicar los Programas que las Instituciones Públicas y Privadas, Nacionales e Internacionales, y que Favorezca la Restitución, Atención y Tratamiento de las Personas con VIH/Sida.

Fortaleciendo así la Capacidad Médica Integral.

sábado, 11 de enero de 2014

La Esperanza de Vida de Adultos Jóvenes con VIH se Aproxima a la de la Población General en Norteamérica


El aumento progresivo de la esperanza de vida en hombres sería superior al observado en mujeres.

Un estudio publicado en PLoS ONE y llevado a cabo con la participación de casi 23.000 integrantes de la cohorte NA-ACCORD, que incluye a personas con VIH de EE UU y Canadá, ha concluido que la esperanza de vida de adultos jóvenes bajo tratamiento antirretroviral eficaz sería muy similar a la de la población general.

Estos hallazgos concordarían con lo observado en el Reino Unido en el año 2012 (véase La Noticia del Día 29/11/2012), donde, incluso en algunos subgrupos tales como los hombres heterosexuales, la esperanza de vida sería mayor entre aquellos con VIH (posiblemente por realizar más controles médicos que los hombres no infectados de edades similares).

El equipo de investigadores del presente estudio tenía por objeto calcular los cambios en la esperanza de vida acaecidos en adultos con VIH de EE UU y Canadá entre los años 2000 y 2007.

En el análisis se incluyeron 22.937 personas con VIH, con una edad mínima de 20 años y que estaban tomando tratamiento antirretroviral de primera línea, es decir una combinación estándar formada por, al menos, tres fármacos, para pacientes que toman medicación contra el VIH por primera vez.

Tres cuartas partes de los participantes eran hombres, el 38% de etnia blanca, el 39% eran hombres que practican sexo con hombres (HSH), el 20% tenían historial de uso de drogas inyectables y sobre un 70% tenían un recuento de CD4 previo al inicio del tratamiento inferior a 350 células/mm3.

Al iniciar la terapia antirretroviral, el 25% de los participantes tenía edades comprendidas entre los 20 y los 34 años, el 42% entre los 35 y los 44 años, el 25% entre los 45 y los 54 años y el 8% restante eran personas de 55 años o mayores.

Los participantes fueron seguidos desde el 1 de enero del año 2000 o el inicio del tratamiento antirretroviral hasta el 31 de diciembre de 2007 o la pérdida del participante en el seguimiento o su fallecimiento.

El cálculo de la esperanza de vida a los 20 años –definido como el promedio de años adicionales de vida que se calcula que una persona vivirá- tuvo lugar por medio de tablas de agrupación de la esperanza de vida por intervalos de edad.

Los participantes en el estudio sumaron un total de 82.022 persona-años de seguimiento.

Durante el seguimiento tuvieron lugar un total de 1.622 muertes, que supusieron una tasa de mortalidad de 19,8 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento.

Las tasas de mortalidad fueron de 12,5 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento entre HSH; 34,5 en el caso de usuarios de drogas intravenosas; 16,0 en el caso de personas de etnia blanca; 22,4 en personas de otras etnias; 23,3 en personas con recuentos de CD4 inferiores a 350 células/mm3 al inicio del tratamiento; y 11,3 entre aquellas personas con recuentos de CD4 superiores a dicha cifra.

Globalmente, en el grupo de personas evaluadas, la esperanza de vida a los 20 años se incrementó de 36,1 años adicionales en el período 2000-2002 a 45,2 años adicionales en el intervalo 2003-2004 y a 51,4 años en el período 2006-2007.

En la población general, la esperanza de vida a los 20 años en Canadá y EE UU calculadas para el estudio fueron de 59,7 y 57,0 años, respectivamente, en hombres y de 63,9 y 61,7, respectivamente, en mujeres.

Las diferencias en la esperanza de vida entre los participantes no difirieron significativamente entre hombres y mujeres, a excepción de durante el intervalo 2006-2007 (el último evaluado), en el que fueron de 53,4 años adicionales en hombres y 47,3 en mujeres.

Como ya se podía deducir de las tasas de mortalidad, la esperanza de vida fue significativamente inferior en personas de etnia no blanca (48,8 años adicionales en el período 2006-2007), con historial de uso de drogas intravenosas (28,8 años adicionales en el mismo período) y en personas que iniciaron el tratamiento con niveles de CD4 por debajo de 350 células/mm3 (46,9 años adicionales en dicho intervalo de tiempo).

Los investigadores resumieron sus hallazgos en una frase: un adulto de 20 años con VIH de EE UU o Canadá puede esperar vivir algo más de 70 años, una esperanza de vida cercana a la de la población general.

La etnia, tener historial de uso de drogas intravenosas o iniciar el tratamiento antirretroviral serían factores que acortarían la esperanza de vida.

En esta asociación subyacerían motivos socioeconómicos y, en el caso de historial de uso de drogas inyectables, a dichos motivos socioeconómicos cabría sumar una componente toxicológica.

El género también jugaría un papel importante en la esperanza de vida, puesto que mientras que en la población general la esperanza de vida es superior en mujeres en todos los grupos de edad, según los hallazgos del estudio, entre personas con VIH no existirían diferencias entre hombres y mujeres (e incluso se detectó un período, el más reciente evaluado, en el cual la esperanza de vida era superior en hombres que en mujeres).

La causa de que el VIH presente un impacto sobre la esperanza de vida de las mujeres superior al observado en hombres podría responder a múltiples causas.

La baja participación de mujeres en los ensayos clínicos podría estar condicionando una sobredosificación de los antirretrovirales en mujeres, lo que se podría traducir en mayores problemas de toxicidad, los cuales, en sí mismos, podrían condicionar la esperanza de vida o, indirectamente, afectar a la adhesión (hecho que también repercutiría en la esperanza de vida).

Dicha baja participación femenina en los estudios también respondería a una menor disponibilidad de tiempo para el cuidado de su salud (por una mayor carga de trabajo y familiar que la de los hombres), hecho que también repercutiría en la esperanza de vida.

Resulta sorprendente que todavía se observen diferencias en la esperanza de vida en función del sexo de tal magnitud en países avanzados tales como EE UU y Canadá, pero los resultados del presente estudio así parecen indicarlo y muestran que es necesario investigar más a fondo por qué se producen para intentar contrarrestarlas.

Fuente: HIVandHepatitis
Referencia: Samji H, Cescon A, Hogg RS, et al (NA-ACCORD). Closing the Gap: Increases in Life Expectancy among Treated HIV-Positive Individuals in the United States and Canada. PLoS ONE 8(12): e81355. December 18, 2013.





Website HIVandHepatitis:

Website PLoS ONE: