Un estudio revela que la potencial reactivación de la hepatitis C durante la quimioterapia no compromete la supervivencia de los pacientes.
De acuerdo con los resultados de un nuevo estudio estadounidense que han sido presentados en el 50 Encuentro Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, la hepatitis C no debería comprometer la supervivencia de las personas coinfectadas por VIH que se someten a una quimioterapia tras un diagnóstico de linfoma.
Los linfomas son un conjunto de tumores que se originan en el sistema linfático –una parte fundamental del sistema inmunitario– como consecuencia de la mutación y proliferación descontrolada de las células T o la células B.
Los linfomas se dividen en dos grandes categorías según su origen celular: los linfomas de Hodgkin y los linfomas no hodgkinianos; estos últimos se clasifican como una enfermedad definidora de sida.
Además, algunos estudios han asociado la infección por VHC con un mayor riesgo de desarrollar linfoma, sobre todo el linfoma no hodgkiniano en pacientes con crioglobulinemia, una complicación relacionada con la hepatitis C y que se caracteriza porque unas proteínas presentes en la sangre –crioglobulinas– se vuelven espesas y gelatinosas a bajas temperaturas pudiendo bloquear los vasos sanguíneos.
En ocasiones, se ha dicho que la infección por hepatitis C podría complicar las decisiones relacionadas con la atención y el tratamiento del cáncer en personas coinfectadas por VIH. Sin embargo, según los investigadores del Centro del Cáncer Fox Chase en Filadelfia (EE UU), hasta la fecha, no se ha evaluado en profundidad el alcance de estas complicaciones asociadas a la hepatitis C en esta población de pacientes con VIH y linfoma.
Las precauciones ante el tratamiento del linfoma en pacientes coinfectados recaen principalmente en que la reactivación del VHC asociada a la quimioterapia pudiera provocar un fallo hepático.
Para evitarlo, en ocasiones, los profesionales optan por reducir la dosis de la quimioterapia lo que podría hacer disminuir la eficacia del tratamiento.
Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión, un grupos de oncólogos y hematólogos del Fox Chase analizaron los datos de pacientes con VIH diagnosticados de linfoma recopilados durante 17 años con el objetivo de conocer en profundidad hasta que punto la hepatitis C influye en los resultados de supervivencia.
Los investigadores querían observar en concreto si la reactivación del VHC, un fenómeno habitual durante el tratamiento del linfoma con quimioterapia, podría afectar a la supervivencia de los pacientes coinfectados por VIH.
Para tal fin analizaron los historiales médicos de 190 pacientes con VIH diagnosticados de linfoma entre 1997 y 2013. Se excluyeron los pacientes con linfomas primarios del sistema nervioso central, Los investigadores hallaron que un 23% (n=53) de los pacientes elegibles estaban coinfectados por hepatitis C.
Durante el tratamiento del linfoma, el virus se reactivó en 17 pacientes.
Los resultados mostraron que los pacientes coinfectados por VIH y hepatitis C tuvieron una supervivencia general de 59,7 meses en comparación con los 88,6 meses de los personas que sólo tenían VIH que no tenían ni hepatitis B ni C.
Sin embargo, la diferencia observada en la supervivencia a favor de las personas que sólo tenían VIH se desvaneció cuando los investigadores ajustaron por variables tales como la edad, el sexo, el origen étnico, el recuento de CD4, la presencia de cirrosis, el tipo de linfoma y los niveles de lactato deshidrogenasa (LDH), una enzima que se utiliza como marcador tumoral.
En definitiva, el análisis multivariable mostró que la coinfección por hepatitis C no se asoció con una disminución en la supervivencia general.
Al mismo tiempo, los investigadores hallaron que los peores resultados de supervivencia general se asociaron con tener un recuento bajo de células CD4 (por debajo de 100 células/mm3), haber recibido un diagnóstico de linfoma no hodgkiniano, encontrarse en un estadio avanzado de la enfermedad, y tener niveles de LDH superiores a 190 o cirrosis.
En los conclusiones los investigadores señalan: “Muchos pacientes experimentan cierta reactivación del virus de la hepatitis C, pero en la mayoría de pacientes se trata de episodios de resolución espontánea”.
De acuerdo con los expertos, estos hallazgos deberían ayudar a los médicos a perder el miedo de tratar el linfoma de forma agresiva en pacientes coinfectados por VIH y VHC.
Con todo, advierten de que “al mismo tiempo, tenemos que ser cuidadosos y cautelosos en el seguimiento de estos pacientes dado que la reactivación del VHC es un hecho y potencialmente podría provocar fallos hepáticos graves".
En cualquier caso, los investigadores esperan que su estudio sirva también para abrir los ensayos clínicos sobre el cáncer a una población de pacientes tradicionalmente infraestudiada.
A las personas coinfectadas por VIH y VHC a menudo se las excluye de la investigación clínica como consecuencia de las potenciales interacciones entre la medicación antirretroviral y la quimioterapia que podrían provocar un fallo hepático entre los participantes.
Según los investigadores, su estudio, en el que los participantes coinfectados toleraron bien la quimioterapia, debería servir para invertir esta tendencia.
Referencia: Sridharan A, Curtis SA, Kaner JS, et al. Hepatitis C co-infection in HIV-positive patients treated for lymphoma. J Clin Oncol 32:5s, 2014 (suppl; abstr 8578)
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