Un estudio concluye que el riesgo frente a la hepatitis C aguda en hombres gais y bisexuales sin VIH es similar al observado en los HSH con VIH.
Las prácticas sexuales de alto riesgo, como el sexo en grupo y el fisting (introducción de la mano en el ano de la pareja), junto al uso de drogas recreativas son frecuentes entre los HSH sin VIH diagnosticados de infección aguda por el virus de la hepatitis C (VHC), según un estudio basado en los datos obtenidos de una clínica londinense de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
El estudio ha sido presentado estos días en Washington DC (EE UU) en el transcurso de la 54 Conferencia Interciencias sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia (ICAAC, en sus siglas en inglés).
Recientes investigaciones han revelado la existencia de una epidemia de hepatitis C aguda entre HSH con VIH en Europa y en Norteamérica.
Estas investigaciones han puesto de manifiesto que el mecanismo de transmisión en la mayoría de estas infecciones es la vía sexual (véase La Noticia del Día 02/06/2014).
Si bien los HSH sin VIH sexualmente activos comparten muchos de las conductas de los HSH con VIH, estos primeros no realizan pruebas de cribado para detectar el VHC de forma rutinaria.
De cara a obtener una mejor comprensión de las tasas de infección aguda por VHC y los factores de riesgo de los HSH sin VIH, un equipo de investigación del hospital Chelsea y Westminster de Londres realizó un estudio retrospectivo.
En el estudio se identificaron todos los casos de hombres sin VIH con anticuerpos de VHC entre enero de 2010 y diciembre de 2013.
Usando los criterios de la Red Europea de Tratamientos del SIDA (NEAT, en sus siglas en inglés), 44 de estas infecciones fueron clasificadas como agudas.
De este total, un tercio de los participantes experimentó remisión espontánea del VHC, el 25% comenzó el tratamiento contra la infección, el 30% fue sometido a observación y no fue posible realizar el seguimiento del 11%.
La mediana de la edad de los hombres con infección aguda por VHC fue de 37 años, con un rango de edades que osciló entre los 24 y los 75 años.
La mediana de los niveles de ARN del VHC al principio del tratamiento fue de 5,47 log10 UI/mL(aproximadamente 295.000 copias) y la mediana de la transaminasa alanina aminotransferasa (ALT) fue de 88 UI/mL.
En los 22 casos en que se determinó el genotipo del VHC, 19 presentaban genotipo 1, uno presentaba genotipo 3 y dos presentaban genotipo 4.
Un total de 36 hombres (el 82%) refirieron prácticas de sexo anal insertivo y receptivo; el 9% sólo prácticas de sexo anal receptivo; y el 2% únicamente sexo anal insertivo.
Doce de estos hombres manifestaron realizar prácticas de sexo en grupo y 11 de fisting.
Veintiuno refirieron haber usado drogas de uso recreativo y 14 dijeron haber practicado sexo anal sin preservativo mientras usaban estas drogas.
Aproximadamente dos tercios de los participantes desconocían si sus compañeros estaban infectados por VIH, VHC o el virus de la hepatitis B (VHB).
En relación a la presencia de infecciones de transmisión sexual (ITS), dos tercios de los casos estudiados no tenían ninguna otra ITS cuando fueron diagnosticados de infección por VHC, mientras que el 15% tenía gonorrea; el 7%, sífilis; el 7%, clamidia y el 4% tenía clamidia y gonorrea.
Ocho hombres habían usado profilaxis Postexposición (PPE)para prevenir la infección por VIH en los seis meses anteriores a su diagnóstico de infección aguda por hepatitis C y dos hombres habían participado en un ensayo de profilaxis pre exposición al VIH (PPrE).
Finalmente, en el estudio de seguimiento se constató que ninguno de los hombres había resultado infectado por VIH.
De entre los 3.811 HSH sin VIH que solicitaron atención sanitaria en el centro de atención de ITS durante el periodo de investigación del estudio, se realizó la prueba del VHC a 565 (el 15%).
El equipo de investigación concluyó que los HSH sin VIH que acuden a centros de atención de ITS tienen conductas de riesgo similares a los HSH con VIH pero, en general, no realizan pruebas de cribado de infección por VHC, lo que facilita la transmisión del virus.
En ese sentido recomendaron incluir dichas pruebas en el seguimiento rutinario de la salud sexua lde aquellas personas con factores de riesgo de ITS, especialmente en regiones con alta prevalencia de infección por VHC.
De igual modo, los autores del estudio resaltaron la importancia de la realización de una buena historia clínica, documentar el uso de drogas y promover la prevención dentro de los programas de salud sexual.
Referencia: McFaul KM, Maghlaoui A, Nzuruba M, et al. Acute hepatitis C infection inHIV-negative men who have sex with men. ICAAC 2014. September 5-9, 2014. Washington, DC. Abstract V676.
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