Estimar la seroprevalencia de VIH en población mexicana no institucionalizada de 15 a 49 años, y aspectos selectos del perfil de la población serorreactiva.
Material y Métodos:
Estudio transversal con una muestra probabilística de la población del país de 15 a 49 años, con información sobre comportamientos obtenida por entrevista directa en los hogares y determinación de anticuerpos para VIH en sangre capilar.
Resultados:
Se identificó una seroprevalencia de 0.15% (IC95% 0.09-0.21) en la población de 15 a 49 años; de 0.07% (IC95% 0.03-0.11) en mujeres, y de 0.24% (IC95% 0.11-0.36) en hombres.
La población serorreactiva a VIH son hombres jóvenes, de mayor nivel socioeconómico en relación con la población general y con información que sugiere una mayor cobertura por la seguridad social (49.9% en serorreactivos contra 34.5% en no Serorreactivos).
El 49.4% de los serorreactivos contra 18.5% de los no serorreactivos se había realizado al menos una prueba de detección de VIH.
Conclusiones:
La seroprevalencia de VIH estimada en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012 sugiere que ésta se ha mantenido relativamente estable desde 2000. La estimación representa alrededor de 104000 personas (rango de entre 53000 y 126000) de 15 a 49 años que viven con VIH en México (75% de los cuales son hombres), de los que 50.6% desconocería su estatus serológico.
Implementando un modelo de corrección de sesgo y agregando a los estimados en hogar, los casos estimados entre población de hombres que tienen sexo con hombres (tanto homosexual como bisexual), la estimación de la seroprevalencia alcanzaría 0.23%, con un total de 140000 personas de 15 a 49 años viviendo con VIH (con un intervalo estimado de entre 92000 y 201000 personas).
Resultados:
De acuerdo con las estimaciones de la Ensanut 2012, en México viven 60.2 millones de individuos de entre 15 y 49 años.
De ellos, la Ensanut 2012 estima que cerca de 92000 individuos son seropositivos a VIH.
La seroprevalencia estimada para el total de personas de 15 a 49 años es de 0.15% (IC95% 0.09-0.21) y para los hombres en el mismo grupo de edad de 0.24% (IC95% 0.110-0.36), en tanto que para las mujeres es de 0.07% (IC95% 0.03-0.11), lo que resulta en una diferencia significativa.
La razón entre hombres y mujeres es de 3.4 hombres con VIH por cada mujer. Por grupos de edad, la seroprevalencia entre adolescentes de 15 a 19 años es de 0.10% (IC95% 0.00-0.21), en tanto que entre adultos de 20 años o más es de 0.16% (0.09-0.23), con diferencias entre hombres y mujeres.
Como se señaló, estos resultados corresponden al análisis de 28760 muestras, de las cuales 43 (0.15%) resultaron reactivas confirmadas por Western-blot.
De éstas, 18 de 16 589 (0.11%) correspondieron a mujeres y 25 de 12 146 (0.21%) a hombres.
El total de muestras que resultaron reactivas confirmadas corresponde a 96% de las reactivas por Inmunoensayo de Mmicropartículas (43 de 45), prueba usada para el tamizaje inicial.
En el cuadro II se muestran las características demográficas, socioeconómicas y de comportamientos para la población serorreactiva y no reactiva.
Como se muestra, la edad promedio de los individuos con VIH es de 33.0 años, y éstos son en promedio tres años mayores que los no reactivos (p menor 0.001).
La población que resultó reactiva para VIH son individuos jóvenes que en promedio reportaron contar con 10.1 años de escolaridad, es decir, superior a secundaria completa, en tanto que los no reactivos tiene una educación promedio menor a secundaria completa (aunque la diferencia no es significativa).
Por lo que se refiere al nivel socioeconómico (NSE), a diferencia de la distribución relativamente homogénea de los no reactivos, los reactivos se concentran en el cuarto quintil, esto es, en promedio las personas con VIH son de mayor NSE, lo que es consistente con el mayor nivel educativo, sin que las diferencias en el porcentaje de la población por quintil entre reactivos y no reactivos sea significativa.
En términos de la protección social en salud, los individuos reactivos tienen una mayor participación en el sector formal de la economía y, por lo tanto, tienen afiliación a la seguridad social (IMSS e ISSSTE) (49.9 contra 34.5% en los no reactivos), y una menor proporción de ellos no cuenta con protección social en salud (19.8 contra 26.3% en los no reactivos).
Al igual que en el caso previo, las diferencias en los porcentajes en la población por tipo de seguro no resultaron significativas.
En términos de problemas de salud reciente, no se identificaron diferencias en el reporte de eventos en las dos semanas anteriores a la entrevista entre ambos grupos.
Por lo que se refiere al conocimiento de su estado en relación con VIH, únicamente 49.4% de los reactivos se había realizado una prueba de detección del VIH alguna vez en la vida; de éstos, 21.1% se había realizado la prueba en los últimos 12 meses (10% del total); esto es, 50.6% de los individuos Seroreactivos no conocía su estado serológico por no haberse realizado detección alguna previamente.
Por otro lado, de los no reactivos, únicamente 18.5% se ha realizado alguna vez una prueba de VIH; ésta sería entonces la población no reactiva que tiene certeza de su estatus serológico.
De los individuos Serorreactivos, únicamente 39.3% reportó haber utilizado condón en su última relación sexual, en comparación con 34.6% en los no reactivos (diferencia no significativa).
Por otra parte, es importante resaltar que la ausencia de diferencias significativas en el reporte de haber usado condón en la primera relación implica que este indicador no permite identificar el uso consistente de protección.
Esto es, si bien se ha documentado que el uso de condón en la primera relación es un factor que predice adecuadamente la probabilidad de uso subsecuente de condón, la consistencia en el uso de protección resulta más complicado de medir y al mismo tiempo de mayor relevancia.
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